Julieta Nair Calvo: el universo a medida de una actriz sin límites
Desde muy chica, la actriz, cantante y actual embajadora de Puma creía que su futuro estaría en la televisión… y tenía razón. Hoy, con una carrera superexitosa y una larga lista de personajes entrañables, continúa perfeccionándose para seguir brillando en todos los desafíos que se propone.
Julieta Nair Calvo tenía tan sólo cuatro años de vida cuando le dijo a su mamá: “¿Por qué hay gente en miniatura metida adentro de la tele? ¡Quiero estar ahí!”. Sin saber qué responder, su madre esquivó el tema y ella insistió, insistió y siguió insistiendo hasta que la llevaron a un casting para que entendiera de qué se trataba aquella magia. “Nos tomamos el colectivo desde Quilmes hasta Capital las dos juntas, fuimos a mil castings y empecé a quedar, y a partir de ahí nunca paré. Nunca quise hacer otra cosa y tengo la bendición de haber podido trabajar de esto toda mi vida.” Julieta recuerda aquellos primeros pasos con alegría, habla de sus estudios en la escuela de Julio Bocca a los catorce años, del secundario que terminó a pesar de ser una niña estrella y de la mudanza sola al centro de la ciudad, a los diecinueve.
–¿Cuándo te diste cuenta de que tenías una voz digna de ser escuchada por el resto de la gente?
–(Risas) Me causa gracia porque yo nunca digo que soy cantante, nunca me consideré así. Siempre lo tomé como un complemento extra a la actuación, y si bien lo estudio y mi maestro me dice que soy buena, es algo en lo que no me tengo demasiada confianza; quizá también por eso nunca lo desarrollé por fuera de mi carrera como actriz.
–Sos cantante pero siempre ligada a la comedia musical o a los proyectos actorales. ¿Pensaste en sacar tu propio material discográfico?
–Varias veces me lo han propuesto, pero siento que tiene que ser una idea que venga medio armada, redondita y que me mate. En general, siempre estoy con algún proyecto que me lleva mucho tiempo, y desarrollar un disco desde cero requiere de mucha energía y mucho tiempo, y en mi caso nunca encontré el espacio.
–¿Qué tipo de música te gustaría hacer? Porque ahora es todo urbano.
–Sí, y no creo que ese sea mi estilo. A mí me gusta mucho Ligia Piro, aunque no sea lo que más garpa para la gente de mi edad. Ella hace folklore, tango, zambas; a mí esas cosas me encantan y nunca tengo la oportunidad de cantarlas. Es difícil, porque si te lanzás como cantante, para que explote tenés que seguir las reglas del mercado. Y me pasó que todo lo pop que me mostraron como maquetas no me representa.

–Has protagonizado grandes comedias musicales, ¿cómo es la exigencia de ese género?
–Lo difícil de los musicales es hacer todo al mismo tiempo: actuar, transmitir con lo que estás diciendo y además bailar. Hay un entrenamiento de zona media para sostener la voz y que no tiemble, que no falte el aire. No es lo mismo que cantar cuando estás sentado o parado dando un concierto. Es otro tipo de entrenamiento, se hace mucho ejercicio corriendo en la cinta y ese tipo de resistencia; es un entrenamiento bravo pero a mí me encanta, me parece que es hermoso.
–¿Te ves haciendo otra cosa?
–A mí me gusta mucho la astrología, el tarot y esas cosas. Lo estudié y quizás me podría dedicar a eso. La astrología es un universo que me encanta, y también lo aplico mucho para la actuación.
–¿Cómo sería eso?
–Y… vos podés crear un personaje a partir de la astrología. Lo hace Julio Chávez, por ejemplo. Se pueden tomar las características de un signo y llevarlo a un personaje y actuar más en profundidad, es una técnica buenísima. Para mí, la astrología es un material que sirve muchísimo, incluso para autoconocimiento.
–¿Y sos bruja perceptiva o sólo estudiosa?
–(Risas) Bueno, puede ser que sea perceptiva, pero tampoco es que tenga poderes. Creo que todos podemos ser muy perceptivos, es cuestión de tener abierto ese canal y no estar muy mental todo el tiempo. Ahora el mundo en el que vivimos es muy mental, todos estamos cien por ciento con la cabeza puesta en algo, y eso hace que sea muy difícil dejarte fluir, porque todos tenemos muchos compromisos, el día se hace fortísimo y todo pasa por la cabeza. Pero si lográs conectar, hacerte alguna meditación o tomarte un tiempito para vos, hay algo que se despeja.
–¿Cómo son esos espacios para vos?
–Bueno, medito. Tengo mi maestra que me pasa sus meditaciones grabadas y las practico. Y también pongo mucho foco en la respiración: con la respiración podés llegar a donde quieras. Por ejemplo, ahora que estoy en el Bailando… y me dan muchos nervios, antes de salir a la pista, atrás de la pantalla, me pongo a hacer respiraciones y eso me re baja de tanto estímulo que hay ahí.
–¿Sos muy ansiosa?
–Creo que lo justo y necesario.
–¿Sos muy exigente con tu trabajo?
–Sí, muy.
–¿Cómo vas a congeniar esta exigencia con la idea de formar una familia? ¿Sentís que vas a tener que relegar algo de tu profesión?

–Me gustaría armar mi propia familia, eso seguro. Pero cuando lo hablamos con Andrés no encontramos el tiempo ahora, porque los dos trabajamos mucho.
–Bueno, ya que sacaste el tema, hablemos de tu novio, Andrés Rolando, que además es amigo mío. Andrés es dueño de Trade Sky Bar, de Uptown y de Nicky, entre otros emprendimientos gastronómicos. Andrés es un amor.
–Es un bombón y se merece todo lo mejor, qué te puedo decir.
–Se te ve muy enamorada.
–Sí, claro.
–¿Hace cuánto están juntos?
–Tres años.
–¿Cómo te llevás con este mundo de la gastronomía que es tan demandante?
–Bueno, a diferencia de mí, él aprendió a delegar, y eso es fundamental para estar en paz.
–¿Cómo manejás los celos con un chico tan guapo que labura en la noche porteña?
–(Risas) No, no soy celosa, cero.
–¿Y él con vos?
–No, él ya se curtió. Con todas mis novelas y mis besos, imaginate. Somos relajados, dentro de los límites de la sanidad.
–Hoy creo que no existen los límites de la sanidad, Julieta.
–Bueno, pero si viene una chica y se lo encara sin pudor, ahí pongo los puntos.

–Hicimos unas fotos divinas acá, en Saldías Polo Cultural, y estás enteramente vestida de Puma con unos looks increíbles. ¿Cómo te llevás con esta faceta de embajadora de la marca?
–¡Me encanta! Lo hago hace muchos años y me re identifica el espíritu de Puma.
–¿Sos muy deportista?
–Hago funcional y ahora además me entreno mucho en La academia de Showmatch, y Puma siempre me acompaña en estos proyectos. Me encantó que hiciéramos una tapa urbana deportiva, porque es un estilo que me identifica mucho.
–Durante la pandemia, lo urbano deportivo llegó para quedarse.
–Durante la pandemia, la joggineta se convirtió en una fija. Puma cien por ciento. Y la verdad es que para la vida afuera también lo mecho bastante. Puma tiene muchas cosas que están copadas para combinar, por ejemplo, un topcito de Puma con un jean de otra marca y unas buenas zapas. Es la que va.

–¿Cómo influye el feminismo en tu vida?
–Siempre me estoy aggiornando y aprendiendo, como todas. Porque todas crecimos en un mundo machista, con cosas impuestas que nos oprimen. Y de repente viene alguien y te dice “abrí los ojos, tu voz vale, te podés vestir como quieras, nadie puede opinar sobre tu cuerpo”. Son estereotipos que poco a poco hay que derribar. Esto va a llevar un tiempo y cada uno lo procesa como puede. De cualquier manera, rescato que nos enfoquemos en la sororidad entre nosotras, que a veces cuesta tanto, porque una de repente de la boca para afuera es muy sorora pero después critica por detrás. Entonces ahora trato de decirles a mis amigas: “Che, si vemos algo que antes nos parecía gracioso y podía herir a la otra, no lo hagamos más”.
–¿No creés que eso puede atentar contra el humor?
–No digo volverse serios, digo volverse empáticos. Uno puede hacer humor con cualquier cosa pero sin lastimar al otro.
–¿Cómo es la mirada del hombre hacia vos siendo tan bella? ¿Te sentís muy juzgada u observada?
–Tengo muchos más comentarios halagadores de mujeres que de hombres, a partir de mi personaje de Jazmín en Las estrellas. La verdad es que, de parte de los hombres, no he recibido comentarios feos o situaciones de acoso. Por suerte yo no he sido víctima del odio en redes, pero veo a muchas chicas que recién empiezan y las destruyen, y eso me parece muy grave. Tenemos que estar más atentos.