Volvió el baf
La influencer y fashion blogger Lulu Biaus inaugura su columna en El Planeta Urbano con el regreso a nuestra ciudad de la tan esperada Semana de la Moda local.
Qué nos dejó el Fashion Week porteño? Veo una ecuación entre las marcas de moda más reconocidas, las de mayor trayectoria, las que se animan a la pasarela por primera vez, los diseñadores conceptuales de las camadas más recientes y los premiados por la iniciativa y el empuje.
Este es el espectáculo que se percibe y el que nos invita a actuar, a presenciar y a vivir como influencers, espectadores, periodistas o realizadores esta Semana de la Moda en Buenos Aires, que vuelve después de un año y promete resignificar su apuesta como valor agregado.
La desventaja de esta escena tan variada, en donde hay propuestas que se desprenden unas de otras, es la imposibilidad de agrupar lo presentado en una serie de tendencias que clarifiquen el panorama y nos pongan en órbita con lo que todos esperan escuchar: lo que se viene, lo que se usará, lo que no te puede faltar esta temporada.
La oportunidad, en este caso, es la de ser auténticos y tener capacidad para absorber tanta variedad de propuestas en tan corto plazo. La de mirar y percibir esa mezcla justa para desarrollar tu propio estilo.
A pesar de esto, sin lugar a dudas habrá una serie de repeticiones y guiños que, estoy segura, vas a querer apartar para tu guardarropas, como es el caso de la estética Woodstock y la vuelta a las gamuzas, el broderie, los estampados militares, las flower power en tonos pastel, el denim gastado y los tejidos de crochet como se avistaban a fines de los 60. También verás la propia interpretación de la sastrería, que se simplifica e introduce en universos como el deportivo y también en la estética rockera. Las prendas sastreras hacen de esta una temporada más net, con largos modulares y morfologías más cuadradas.
A este varieté se le suma un dato no menor: los invitados, los que frecuentamos el evento, los que no queremos pasar inadvertidos y como dresscode obligatorio buscamos hablar de nosotros con lo que portamos y vestimos, llueva o truene (porque el tiempo no acompañó en esta edición). Armamos un equipo afín a cada ocasión: para la fiesta de cierre de Swatch me arriesgué con un look fiel a mi estilo prom con detalles rockeros que conviven con mi reloj inspirado en la torre Chrysler de Nueva York.
Los concurrentes también somos y buscamos ser observados, y esa oportunidad de la que hablo tiene que ver también con percibir y registrar lo que sucede en los pasillos debajo de la pasarela. Lo que la gente viste, lo que llama tu atención, lo que combina y cómo eso habla de cada uno.
Absorber, abrir los ojos y animarse a elegir tu propia aventura, nada menos que la de vestir para esta temporada.