Recomendados EPU: “No miren arriba”, el cataclismo que viene, en forma de farsa
Con seis nominaciones a los Globos de Oro (incluidas Mejor Película Comedia/Musical, Mejor Actriz –Jennifer Lawrence- y Mejor Guión), este estreno del próximo viernes 24 en Netflix vuelve a mostrar las señas de identidad de Adam McKay como director “serio” luego de La gran apuesta y Vice.
El Dr. Randall Mindy, un astrónomo emérito y profesor universitario (Leonardo Di Caprio) y Kate Dibiasky, una estudiante destacada en la materia (Lawrence), descubren un cometa gigantesco (10 km de diámetro, todo un “asesino de planetas”) que se acerca a gran velocidad hacia la Tierra, lo que en medio año causará un cataclismo que probablemente destruya a la humanidad toda.

Pero lo que debería ser una noticia que ponga en alerta al mundo, se convierte, por obra y gracia de la banalidad de quienes deciden escuchar al dúo de científicos (entre ellos Janie Orlean, la presidenta norteamericana interpretada por Meryl Streep, una suerte de versión femenina de Donald Trump) en una exageración o, en todo caso, un dato a ser refutado (de hecho es lo que sucede) por otros científicos, funcionales al poder político o mediático.
McKay, como sucede en Vice, utiliza la sátira como fórmula para teorizar sobre los medios de comunicación, las redes sociales y la cultura norteamericana. Y si algunas de las increíbles reacciones ante la inevitable catástrofe que se avecina –que van de la negación total al aprovechamiento político- nos resultan familiares, es porque no se han vivido circunstancias demasiado diferentes desde la declaración de la pandemia de SARS-CoV-2.

Son muy buenos los trabajos de Lawrence y Di Caprio (Dibiasky es la especialista intransigente que ve cómo la estupidez y desidia arrasa con todo; Mindy el científico sin mayores atractivos que se empalaga con las mieles de la corporación mediática, olvidando su misión), y también están perfectos Cate Blanchett (interpreta a una fría presentadora de TV que seduce al Dr. Mindy) y Mark Rylance como un empresario mega millonario que quiere aprovechar la caída del cometa para hacer más plata.
McKay echa mano a recursos formales que acaso le hayan funcionado mejor en sus dos opus anteriores, algo que la crítica global le hizo saber (hablan de un argumento pobre y remanido y de cierta soberbia bienpensante). De todos modos, No miren arriba es un film que no podría haber llegado a la N roja en mejor momento: nada como una película de las esperadas –y esta lo es- para disfrutar durante el fin de semana navideño.