Nicki Nicole • Años luz

Luego de su paso por el programa Jimmy Fallon, el ciclo de TV más visto de los Estados Unidos, la artista volvió al Saldías para seguir revolucionando al mundo con nuevas rimas. Crónica de una tarde de rodaje con la dueña del ascenso más vertiginoso de la música urbana latina.


“Todavía estamos todos pensando si alguien pagó para ir”, bromea Nicki Nicole aún sin poder creer que fue la primera artista argentina en participar de The Tonight Show, el icónico programa de televisión estadounidense que conduce Jimmy Fallon. Es 16 de mayo, y aunque ya pasaron más de dos semanas del hito que sacudió a la industria musical local, las repercusiones siguen, por eso Nicki se mueve entre amigos. En esta ocasión, el Saldías Polo Cultural cerró sus puertas para la grabación de Atrevido en vivo, una reversión del álbum debut de Trueno, su novio y colega, y ella lo acompaña para sellar una nueva colaboración.

Rodeada de un equipo que la mantiene con los pies en la tierra (su hermana y asistente Micaela; su personal manager, Matías Santoro; sus productores, y su profesora de canto), vocaliza puertas adentro de un camarín y define los detalles del vestuario para salir a cantar “Mamichula”,el featuring que lanzaron a mediados de 2020 junto al productor Bizarrap y que superó las 286 millones de reproducciones en YouTube. Porque sí, Nicki canta y es de las pocas.

“Me gusta cómo queda la campera puesta”, dice mientras se acomoda una puffer de cuero negra que hace juego con sus pantalones. Horas más tarde, subiría una foto con el look completo a su cuenta de Instagram (ojos verdes apenas delineados, boca roja y un piluso estampado blanco y negro como su remera) y obtendría más de un millón de likes.

La rosarina de 20 años y un metro cuarenta de altura es dueña del ascenso más vertiginoso de la música urbana argentina: desde que se presentó con su bicicleta BMX roja y un bate de béisbol en “Wapo traketero”, su primera canción, hasta su show en lo de Jimmy Fallon pasaron dos años exactos, y ese dato lo confirma. “Tener lo que presumen jamás me hizo falta/ Casi sin querer, lo mío se destaca”, cantaba por las calles de tierra de Fisherton, cuando todavía cursaba la secundaria en una escuela pública nocturna. Tenía razón.

Sólo dos semanas después de lanzar ese video, mientras estaba en clase, Nicki recibió una notificación en su teléfono que revolucionó su vida por completo. “Duki SSJ te mencionó en una historia”, le avisó Instagram. El gran fenómeno del trap local la había descubierto y estaba flasheado con su música. A esa altura, las mujeres en la escena del rap no eran escuchadas y ella tenía todas las fichas para dar vuelta la historia.

Las rimas de “Wapo traketero” fueron su pasaporte sin escalas al mainstream. No sólo por la cantidad de followers, comentarios y alertas en YouTube que recibió, sino porque, por primera vez, una productora se contactó con ella: Lauría Entertainment quería acompañarla en su carrera. Así, en menos de un año (siete meses y trece días, para ser exactos), Nicole Denise Cucco pasó de rapear en las batallas de freestyle de su ciudad natal, donde los competidores la mandaban a lavar los platos por ser mujer, a convertirse en Nicki Nicole y lanzar Recuerdos, un álbum que le dio la oportunidad de responder al gran interrogante del momento: quién era ella y en dónde había estado antes de grabar su primer hit. Con ese disco de doce canciones, en el que colaboraron artistas de la talla de Cazzu (la jujeña fue la primera que la llevó como invitada a una serie de shows en el teatro Ópera) y Duki (otra vez), logró dos premios Spotify Awards y se asentó en una industria que la recibió con los brazos abiertos. Eso sí, tuvo que aprender a lidiar con los haters –algunos se burlaban por su corto repertorio, otros por su altura y hasta por su ropa holgada– y eso costó trabajo. “Tengo una obsesión con lo que dicen de mí”, diría más tarde.

Mientras su cotización como artista crecía y crecía, la pandemia llegó como un baldazo de agua fría a la vida de todos. Pero lejos de apagarla, la terminó por encender. Lanzó “Colocao” (en 24 horas conquistó el puesto número uno en catorce países y superó el millón de views en YouTube) y “Mala vida” (inspirada en la saga de El Padrino), viajó a Miami y recibió una nominación como Mejor Artista Nueva en los Latin Grammy. Nicki se estaba convirtiendo en eso que siempre había soñado, y lejos de conformarse, fue por más. Así, en plena cuarentena, afianzó su relación con Jess Praznik, la directora audiovisual de sus últimos videoclips y su mano derecha; grabó más de 30 temas con sus productores Mauro de Tommaso y Facu Yalve, y comenzó a tomar clases de canto con Ayelén Zuker (de pasado en Illya Kuryaki, aunque también hizo voces para Emmanuel Horvilleur y Nathy Peluso). “No sé si la gente sabe la ética de trabajo que tiene Nicki, es imparable, tremendamente intuitiva, y con esto me refiero a un concepto musical global: sin haber estudiado teoría de la música en profundidad, todos sus parámetros (rítmica, timbricidad, afinación, matices, articulación, expresión) están organizados de manera óptima. A la vez, no para de formarse, lo que más le interesa de su carrera es hacer la mejor música que pueda. Escucha todo lo que se le pone delante, es curiosa por todo y muy profunda en su búsqueda”, cuenta Zuker.

No para de formarse, es cierto, y eso le permitió crecer a nivel artístico y personal. Algunos datos curiosos: fue la tercera artista más nominada de los Premios Gardel 2021, justo detrás de Nathy Peluso y Fito Páez; pasó de “Nunca voy a decir que pienso tal cosa del feminismo, pero estoy cien por ciento adentro” a grabar “Venganza” junto a No Te Va Gustar y dar un claro mensaje contra la violencia de género. ¿Uno más? Durante su última visita a España, además de haber sido invitada al late-late night La resistencia, la rosarina volvió a charlar con el streamer Ibai Llanos a través de su canal de Twitch y mostró un pequeño adelanto de lo que será su próximo lanzamiento. “Es con una persona que yo admiro muchísimo, que es Delaossa. Es una canción que hicimos hace dos años y teníamos ganas de terminarla juntos. Que tu ídolo se vuelva tu amigo es increíble.” Nicki descubrió el rap a través del andaluz y hoy trabajan codo a codo. O beat a beat.

Pero hay otros datos (random) que también la pintan de pies a cabeza: en Rosario compartió una fiesta del Cirque du Soleil con Messi y fue él quien se acercó a saludarla; Trueno le propuso casamiento en una terraza del barrio de La Boca y no pudo pararse porque le tiene miedo a las alturas; le gustaría ser joven para siempre; usa flequillo porque no le gusta su frente; varios sucesos claves de su vida ocurrieron gracias a las redes sociales y la tecnología (así como el mensaje de Duki llegó por Instagram y la propuesta de Lauría también, hace menos de dos meses hizo historia al convertirse en la primera cantante argentina en pisar los estudios de Jimmy Fallon, y la propuesta llegó a través de un correo electrónico). “Fue re loco, porque me llegó un e-mail del grupo de Fallon diciendo que querían entrevistarme. Yo no hablo inglés, entonces iba a ser raro ir con un traductor, no iba a ser gracioso”, revela la artista en una charla casual en Saldías. “¿Entrevista y show o sólo entrevista?”, le pregunto. “Y… creo que entrevista más que nada. Nosotros propusimos hacer un show.”

Tras recibir la propuesta, Nicki analizó junto a su equipo las performances de los artistas que pasaron por el mismo escenario previamente (la lista va desde Paul McCartney hasta Madonna, pasando por Justin Bieber, Ariana Grande y Bad Bunny) e ideó una puesta en escena con banda incluida para tocar dos de sus canciones más conocidas: “Wapo traketero” (es la canción que tocará toda su vida, lo sabe) y “No toque mi Naik”, una de sus últimas colaboraciones con el puertorriqueño Lunay. “Lo malo fue que, al haber cuarentena, no pude hablar con Fallon”, agrega.

Afuera hace frío, pero en Saldías se siente el calor humano. A punto de empezar a grabar “Mamichula en vivo” (esta semana fue subido a YouTube y llegó al top 3 del ranking mundial), su profesora de canto dice lo que todos queremos escuchar. “En agosto, cuando saques el disco, tenés que hacer la entrevista. En tres meses te preparás a full con el idioma.” “Debería”, responde Nicki. Hay música nueva y arranca la cuenta regresiva.

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