Juani Velcoff Andino: "Hoy cuando entro a un estudio sigo teniendo la misma sensación de cuando era chico y jugaba en esos mismos lugares"
Dueño de un estilo fresco y genuino, el conductor de Amanece, por El Nueve e IP Noticias, comparte cómo transita su carrera en un terreno conocido dentro de su dinastía familiar: el periodismo. La importancia de los medios públicos para los adolescentes, el desafío de competir con las plataformas y qué temáticas e inquietudes presenta esta nueva generación en una entrevista que es puro futuro.
Por Noelia Tegli
Suenan Los Piojos de fondo, ceba mates y como todo buen anfitrión, hace que sus invitados se sientan lo más cómodos posibles. Si bien nos recibe en su casa para la entrevista y se lo observa relajado entre flashes y grabadores, su hogar sin dudas son los estudios de televisión, allí donde inventaba copetes a cámaras apagadas mientras su mamá conducía el noticiero… allí donde ahora comienza sus días para hablarles a miles de personas que lo siguen en las pantallas. Juani Velcoff es el conductor de Amanece, por El Nueve e IP Noticias, el premiado Altavoz por la TV Pública y Primer tiempo, el twitch de Diario Olé.
–Bisabuelo, abuelo, mamá y tío… todos periodistas, ¿nunca quisiste ser un poco rebelde y decir: “Yo voy por otro lado”?
–Sí, en un momento cuando era pibe dije: “Me quiero dedicar al fútbol”. Tuve el intento de hacerlo, entrené en un club y demás, pero la verdad, a mí me gustó lo que mamé. También quise ser médico, como mi viejo, me encantaba Biología en la escuela pero tiró más el periodismo, claramente.
–Como futbolero que sos, el estudio de televisión sería tu propia cancha y cada vez que se enciende la cámara es como el pitazo inicial: a partir de ahí son solo tu pasión y vos.
–Te juro que es así. Cuando se prende la luz, para mí no existe absolutamente nada más. Me conecto con lo que llaman “la magia de la tele”, lo que me es familiar desde muy chiquito, cuando acompañaba a mí mamá a trabajar [Marisa Andino, conductora de Telenueve al Mediodía] y corría por los pasillos del canal. Siempre me gustó estar ahí, ver las cámaras, cómo se preparaban, los productores que iban y venían… todo eso siempre me llamó mucho la atención.

–Y qué desafío hacerlo a las 6 am cuando uno se está yendo a trabajar, o preparándose para ir a la facultad, tal vez no encarando el día de la mejor manera...
– Sí, intento transmitirle a la gente lo que a mí me gustaría encontrar del otro lado, recibir las noticias tranquilo, en la tonalidad que necesito escuchar a la mañana. Y se da que nunca encontré un público tan fiel como el de ese horario, porque uno elige a quién ver, su programa, su canal. Y eso me pone muy contento, hay una identificación y me lo hacen saber en las redes. Soy un agradecido a los equipos de producción, tanto de Amanece como de Altavoz, que con sus propuestas logran que se genere este vínculo con el público.
–“Mi sobrino Juan Ignacio seguirá mi camino”, dijo tu tío Guillermo Andino en una nota hace muchos años, ¿fue una bendición o una presión extra?
–Fue una responsabilidad en realidad, y soy muy consciente de eso. Es lógico pensar que en mi lugar, con la historia familiar en los medios, tenga esa presión. Yo dije: “Voy a hacer la mía, seguir mi camino” y me apoyaron en eso. Incluso cuando trabajé con mi mamá en el noti fluía totalmente, nunca intervino en nada. Sí me aconsejaba, hablábamos de cosas del día a día del laburo en la mesa familiar sin ser densos, pero no más que eso. Y obvio que se emocionó y lloró al aire sin disimulo en el primer y último programa (se ríe). Es un recuerdo hermoso que me va a tocar a mí compartirlo con mis hijos en el futuro.

–"Altavoz" es un programa que se destaca porque sus tribunas presenciales y virtuales están compuestas por jóvenes comunicadores de todo el país que intervienen en las entrevistas, preguntan, plantean temáticas e inquietudes. ¿Notás que los pibes ahora tienen más curiosidades que nosotros a su edad?
–Pasa que hoy tienen otras herramientas. Yo si tenía una duda en el colegio, tenía que llegar a casa, conectarme a internet y buscar. Y la verdad es que prefería salir a jugar a la pelota que resolver alguna duda (se ríe). Cuando era pibe no sabía quiénes eran los candidatos a las elecciones legislativas, por ejemplo. Hoy a ellos directamente esa información se les aparece en las redes, sin buscarlo. Entonces, de ahí surge esa curiosidad y por supuesto, mucho más conocimiento.
–Cuando nosotros estudiamos Periodismo queríamos dar las respuestas a todo, y ahora ellos buscan que nos preguntemos todo, es al revés.
–Ahora está en discusión todo, y eso está buenísimo. En lo macro, la marea feminista vino a poner un manto de consciencia en todo el mundo. Esta generación es muy genuina, son pibes que te dicen lo que sienten sin ningún drama. Uno en la adolescencia se está encontrando, y a veces es difícil saber quién sos y tener seguridad. Hoy ellos exponen sus cuestionamientos, sus problemas y conversan sobre eso.
–¿Qué llevás de eso a tu grupo de amigos de tu generación?
–Cuando yo tenía la edad de los chicos, nuestro desafío era mostrar quién era el más macho, el que más se la aguantaba y ahora eso no pasa más. Hace un año, un amigo me dijo: “Che, loco, ¿por qué no nos contamos los problemas? ¿Por qué no podemos decir ‘estoy mal’? ¿Por qué no podemos llorar entre nosotros si nos pasa algo?”. Recién hace un año. En cambio, esta generación ya lo tiene incorporado, les es natural.

–Cuando recibiste el Martín Fierro al Mejor programa juvenil por "Altavoz" dijiste: “Que no muera la tele para los jóvenes”, ¿a qué hacías referencia?
–Está claro que el rating de la tele bajó, pero desde antes de que aparecieran estas nuevas plataformas. Los pibes eligen entretenimiento en los streams, sí, pero la tele aún tiene mucho para dar a las juventudes. El mensaje fue para los que la hacemos: “Che, no nos convirtamos en una tele que solo haga contenido para la gente que ya nos elige, invitemos a los jóvenes a que también se sientan parte, hagamos cosas para ellos”. No es fácil, pero siempre este medio se caracterizó por ser flexible.
Ahora hay que adaptar, no queda otra, no los podés dejar afuera. El deporte y las noticias se siguen viviendo por la tele, mirá lo que pasó con el Mundial y las elecciones, uno las sigue por ahí. Entonces, los que dicen que la tele murió mienten y lo saben.
–¿Qué temáticas observás que son las más cercanas a los jóvenes?
–Medio ambiente, desigualdad de género, inclusión social, salud mental. Aún muchas personas tal vez dicen: “No me pasa nada”, pero cuando llegan a su casa están destruidos de la cabeza, no pueden hacer terapia porque no tienen acceso o aún tienen un sesgo sobre la psicología, tampoco pueden encontrar en sus amigos una solución porque no quieren mostrar debilidad… Ahí, a esa persona, si vos le facilitás herramientas a través de la pantalla, le estás tirando un salvavidas, lo estás ayudando. ¡Mirá si no va a ser importante generar contenido sobre lo que los jóvenes ponen en agenda!
–¿La televisión pública cumple un papel importante para la sociedad?
–Recontra, y todos sabemos que hay contenidos que solamente se pueden hacer ahí, otros canales de aire no los van a agarrar porque pueden llegar a no vender, a no generar rating, no garpa. Ahí interviene el rol clave de la TV pública, en crear contenido que la sociedad necesita sin pensar en mediciones.

–¿A identificar la importancia de la salud mental también te enseñaron los pibes?
–Sí, y el día a día, como cuando una vuelta entré al canal diciendo: “Me muero acá”. Me revisó el médico y me dijo que no tenía nada. En ese momento trabajaba de lunes a lunes, porque no quería desaprovechar las oportunidades que se presentaban. Lo que yo tenía era un pico de estrés, estaba pasado de rosca. Las nuevas generaciones no hacen eso, cuestionan el mandato social, priorizan el disfrute, la salud del bocho, son más flexibles y saben que el tiempo es lo más valioso.
–Tenés solo dos tatuajes, así que entiendo que son de las cosas más importantes en tu vida. Uno es dedicado a Racing y el otro es nada menos que una televisión, ¿por qué decidiste llevarla en la piel? ¿Qué representa para vos?
–La tele es toda mi vida, el hilo conductor. Hoy cuando entro a un estudio sigo teniendo la misma sensación de cuando era chico y jugaba en esos mismos lugares. Y parece que te estoy tirando la frase para el título, pero es real. La tele no es solamente el programa y lo que pasa delante de la cámara, es mucho más, es el lugar donde realmente me siento como en casa.
–¿Y qué pensás que representa para nosotros?
–Compañía, a pesar de los años y los cambios, la tele mantuvo eso. Mi mayor logro sería saber que fui la compañía de alguien a través de la pantalla.
Fotos: Alejandro Calderone Caviglia