Claves de las nuevas series históricas: el feminismo se ajusta el corsé
En tiempos en que las plataformas de streaming entregan producciones a mansalva, llama la atención una tendencia relativamente reciente iniciada, quizás, con el boom que constituyó la adictiva miniserie "Bridgerton", inspirada en las novelas de la escritora estadounidense Julia Quinn: los dramas de época con un twist moderno y, en algunas casos, con visos feministas para atrapar a los centennials.
Aunque parezca un oxímoron hablar de corsés y feminismo, algunas de estas series ensayan, cada una a su manera y en sintonía con los tiempos que corren, visiones más frescas y descontracturadas de reinas o personajes relevantes en la cultura (escritoras, íconos feministas, etcétera), mostrando cómo fue la vida para las mujeres o minorías de entonces.
Desde lo que sabemos o podemos intuir hasta supuestos “lados B”, estas series explotan aspectos que el público general desconoce o bien los reimagina mediante altas dosis de ficción.

"LOS BRIDGERTON", LA SERIE HIT QUE DIO EL PUNTAPIÉ
En vez de convocar a un director británico para adaptar los libros de Quinn, ambientados a principios del siglo XIX, en la época de la Regencia inglesa, la producción de la serie que en 2020 se convirtió en la más vista en la historia de Netflix recurrió a Shonda Rhimes, conocida por ser la creadora del novelón médico "Grey's Anatomy", pero también de "Scandal" o "How to Get Away with Murder".
De este modo, "Bridgerton" abrió la puerta a contar una historia que todos conocemos, chica-conoce-chico, o romance tradicional, pero reimaginando una alta sociedad británica interracial y con tintes de "Gossip Girl", en donde las redes sociales toman la forma de pasquines anónimos con chismes de los poderosos. Si a eso le sumamos un cast poco solemne con actores jóvenes, interpretaciones musicales de temas conocidos en formato clásico y algún que otro guiño en el guion, tenemos la fórmula ganadora que conquistó al público e hizo que la serie vuelva por, al menos, dos temporadas más y que se haya producido un spin-off.

"La reina Charlotte" sería la primera serie derivada del universo de "Bridgerton", y cuenta la historia de amor entre la reina Carlota (encarnada por una actriz afroamericana) y el rey Jorge, también conocido como “Mad George” o “el rey loco”. Lo interesante de este nuevo producto es que, aparte de retratar el vínculo de estos dos consortes, narra las diferencias de clase y de raza en una sociedad dividida y profundiza en la línea que desarrolla el problema de salud mental que el rey tuvo.
¿REINAS ADELANTADAS A SU TIEMPO?
Si ver reinas intentando romper mandatos y “revolucionar” la manera de hacer las cosas es de tu agrado, la oferta es grande y variada, ya que en el último tiempo aparecieron títulos como el drama real estrenado por Netflix este año, "La emperatriz" (The Empress); la nueva temporada de "The Great" (Hulu), y una versión de "María Antonieta" (BBC) que enojó bastante a los franceses por su representación “poco fiel”.
Si la búsqueda es la rigurosidad histórica, probablemente no debería verse ninguno de estos productos, aunque ese no parece ser el punto aquí, como advierte la leyenda “An Almost Entirely Untrue Story” (“Una historia casi completamente falsa”) en "The Great".
Casualmente, estas dos últimas tienen algo en común que justifica su tono sardónico, ya que cuentan con showrunners que fueron guionistas de "La favorita", el irreverente film candidato al Oscar: Deborah Davis ("María Antonietta") y Tony McNamara ("The Great"). Así, la primera vuelve a contar la historia de la monarca nacida en Austria, con la actriz alemana Emilia Schüle en el papel principal; mientras que "The Great" encara la divertida tarea de imaginar qué fue de los años juveniles de Catalina la grande, quien gobernara Rusia en el siglo XVIII y fuera una de las mujeres más poderosas.

Con McNamara detrás y la actriz Elle Fanning como la excéntrica monarca, lo que puede verse es una sátira deliciosa y por momentos con un humor bien negro sobre el ascenso de Catalina. Fanning, con excelente timing de comedia, encarna a una soberana entre sorprendida y decepcionada por la ineptitud para gobernar de su marido (Pedro III, interpretado por Nicholas Hoult). Durante las primeras temporadas, la monarca intenta asesinar a su esposo y realiza experimentos para hacer su gobierno más benevolente y moderno y también para mejorar su matrimonio.
Habiendo estrenado su tercera temporada, "The Great" se consolida como exponente de esta tendencia que, mediante anacronismos en una pieza de época (inconsistencias históricas, uso de lenguaje y música actual e, incluso, el hecho de que nadie hable el idioma que corresponde), muestra lo duro que es ser una mujer, sea la época que sea.
O como explicaba un artículo de Rolling Stone, “captura el sentimiento de una mujer en un país extranjero, siendo rehén de hombres idiotas con excesiva confianza en sí mismos”. ¿Suena familiar? Habrá que bucear aún más atrás para recordar cómo la "Marie Antoinette" de Sofia Coppola inauguraba esta línea estética y editorial hoy tan en boga tanto en la TV como en el cine. Pensemos también en nuevas adaptaciones de clásicos recientes, como "Mujercitas" o la mal recibida "Persuasión".

Por su lado, en "La emperatriz", coproducción alemana que cuenta la historia de Isabel de Austria (también conocida como “Sisi, la rebelde”) aunque en tono más telenovelero y dramático, el recorrido es parecido. Criada en el campo, amante de los caballos y los libros, de espíritu libre, Sisi es enviada a la asfixiante corte austríaca para desposar al archiduque Francisco José y consolidar una alianza geopolítica. Sisi se la pasó huyendo de las convenciones de la corte, era gimnasta, insistía en hacer caridad y viajes por su cuenta y terminó falleciendo en un atentado contra su vida.
CARAS CONOCIDAS, NUEVA FÓRMULA PARA ATRAER A LOS CENTENNIALS
En un intento tanto por hablar de problemáticas contemporáneas rescatando géneros y sacudiéndoles un poco el polvo como por acercar figuras históricas relevantes a las jóvenes y poco retentivas audiencias, sean reinas o, en el caso que sigue, escritoras, todas estas producciones buscan perfeccionar la fórmula: una protagonista atractiva, inteligente e independiente, encarnada por alguna actriz joven o en ascenso y con un enfoque más o menos actual.
"Dickinson", quizás el exponente menos logrado de toda la camada, fue la apuesta de Apple TV+ en esta línea que venimos describiendo, con tres temporadas emitidas y con Hailee Steinfeld en la piel de la intrigante y por momentos mórbida autora británica Emily Dickinson. En esta trama moderna, Emily es bastante similar a cualquier otra joven que intenta dar tanto con su identidad como con su vocación como escritora, y además se explora una incipiente historia de amor con otra chica.

Incluso tenemos un registro musical casi enteramente actual sin ningún tipo de disfraz y al rapero Wiz Khalifa haciendo de la Muerte en la fantasías de Emily. Tampoco faltan los diálogos a la cámara que rompen la cuarta pared.
Por el contrario, el enfoque de "La ley de Lidia Poët", otra coproducción de Netflix, esta vez con Italia, procede con más cautela agregando unas pizcas de misterio y crimen al romance de época, y ayudándonos a conocer a una figura histórica fascinante: Lidia Poët, la primera mujer abogada de Italia. Matilda De Angelis brilla en pantalla salvando los gaps del guion.
El resultado es un relato muy entretenido que permite hablar sobre lo que fue la lucha por los derechos de las mujeres en ese momento y continente, y echar luz sobre la figura de Poët, quien además fue una gran activista del sufragio universal.

¿Seguiremos viendo más de estos ejemplos o esta tendencia se extinguirá rápido? Por lo pronto, vuelven "La emperatriz", "La ley de Lidia Poët" y, como dijimos, al menos dos temporadas más de "Bridgerton", al tiempo que "The Great" se consolida ante la crítica con su tercera temporada y siguen apareciendo cada vez más ejemplos de coproducciones internacionales.