Flor Otero: “Me interesa repensar el rol de la mujer en la música”
“Los derechos conquistados no son inalterables, por eso es importante seguir hablando sobre la desigualdad que hay”, cuestiona la cantante y presentadora de Puente Musical (El Nueve) que el 17 de marzo tocará en un evento gratuito en la librería Caras y Caretas.
En el marco de la Semana de la Mujer, la actriz, cantante y co conductora de Puente Musical (El Nueve, junto a su pareja, Germán Tripel) reflexiona sobre cómo el arte puede seguir visibilizando los derechos de las mujeres, una infatigable lucha que “nunca está dada”, y cuenta cómo cría a su hija Nina (8) con conciencia feminista.
–¿Cómo surgió la idea de participar de Nuevas Voces, el encuentro de música y poesía en homenaje al Mes de la Mujer el próximo 17 de marzo en la librería Caras y Caretas? (Junín 365, CABA)
–Tuvimos una reunión con el equipo creativo de Caras y Caretas y les conté que tenía ganas de hacer algo. Me parecía importante repensar el rol de la mujer y poner en la mesa esto de que los derechos conquistados no son inalterables. Nos siguen matando y vivir así es un martirio. Además, hablar de la desigualdad que sigue habiendo.
–Y partir de eso surge este evento en el que vas a hacer un repetorio que incluye canciones desde María Elena Walsh y Mercedes Sosa a Fabiana Cantilo.
–Exacto. Hay mucha desigualdad en la música y pensé ‘por qué no nos reunimos un grupo de artistas compuesto por mujeres para expresarnos’. Ahí surgió esto de interpretar canciones que se hicieron famosas porque las cantaron hombres. Entre las que elegimos están Júrame, que popularizó Luis Miguel pero escribió (la compositora mexicana) María Grever y temazos increíbles de María Elena Walsh, que tiene una música increíble para las infancias.
–Y además de presentar estas canciones también vas a leer poesía…
–Sí, voy a leer poemas de Alto el fuego, un libro de Giuliana Rimini. La idea es tender la voz por las que no la tienen y, de alguna manera, cantar por los derechos. Sobre todo para agradecerles a las artistas que nos abrieron un camino que no es nada fácil. Creo que además de gozar de los derechos conquistados tenemos que seguir hablando de las mujeres invisibilizadas y alzar la voz por las que están en silencio.

–¿Cómo le explicás a tu hija (Nina) acerca de la lucha que representa el 8M?
–Nunca la llevé a las marchas pero hablamos todos los días. En el último 8M pude pasar un rato hasta que me tuve que ir porque tenía función en el Centro Cultural San Martín (con Terco, el espectáculo multidisciplinario creado por Marcelo Savignone y con música de Pedro Aznar). Nina es una nena que indaga mucho, está en pleno despertar y al principio te aterra.
–No es fácil hablar con hijas mujeres sobre todas las problemáticas que vivimos…
–Sí. Es complicado compartir data sin que tengan pánico… Las mujeres vamos por terror por las calles y creo que es inevitable que surja preocupación cuando les explicamos a nuestras hijas.
–Muy difícil encontrar las palabras justas.
–Completamente. Además, aunque les hables mucho, les afecta lo que escuchan por parte de sus compañeritos. Entonces a veces hay que hablar también con esos padres. Para Nina es tácito, por ejemplo, que el amor no tiene género. Y puede que en el ámbito escolar se encuentre con algún amiguito que le diga que eso está mal o que no se puede hablar en inclusivo. Así que el trabajo es constante.
–Y en esas charlas que tenés con tu hija, ¿qué tipo de planteos o preguntas te hace?
–Y… viste que siempre te agarran en el momento justo para hacerte una pregunta complicada. La otra vez preguntó “qué era ser virgen”. Y tiene solo ocho años. La pregunta surgió porque había visto una película en la que unas brujas sacrificaban a una mujer virgen (Las brujas de Salem). Entonces ahí es cuando, para saber el contexto, le pregunto cosas cómo: “¿por qué querés saber eso?” o “¿dónde viste esa película¿”. Uno evalúa qué información le puede brindar y en qué dosis. Muchas veces le respondo: “Te lo digo cuando tenga una respuesta”. A veces intentamos no parecernos a nuestros padres… pero somos humanos y no vinimos con un libro como para saber de inmediato qué linea bajar.

–Criar en libertad es experimentación pura, ¿verdad?
–Claro. Es que a veces uno intenta protegerlos aislando a los hijos del dolor, pero vas aprendiendo a acompañarlos siendo una guía de ese dolor. No es que lo podamos evitar pero sí darles herramientas. A mí con Nina se me llenan los ojos de lágrimas descubriendo el mundo nuevamente a través de ella. Y es un orgullo cuando da algunas respuestas, que pueden interpelar o incluso hacernos doler.
–¿Por ejemplo?
–La otra vez estábamos en la cama, estaba por cumplir ocho, y me dice: “Mamá, el mundo me creció”. Entonces le comento que qué lindo sería que volviera a mi panza, a lo que me responde: “Ya tuve suficiente en tu panza”. Y enseguida me tira: “Yo no voy a ser mamá”. Entonces, tal vez desde el egoísmo le dije que cómo no me iba a convertir en abuela. Entonces con lo que me dijo me rompió el corazón pero a la vez me generó mucho orgullo. Tal vez, el día de mañana se arrepienta o no, pero entendió todo. Ella es de una generación en la que los juguetes no tienen género, al igual que los colores, mientras a mí cuando era chica me decían que era machona si me vestía de azul o jugaba con mis hermanos. Las cosas cambiaron para bien.
–¿Y cómo te descubriste en el feminismo?
–El movimiento Ni una Menos (NIM) fue fundamental para mi despertar y el de muchas. También me parece muy importante que no nos agredamos por no saber, porque no es algo que funcione desde la imposición. Creo que lo mejor es que nos expliquemos con paciencia y con amor, y que entendamos de qué se trata en lugar de repetir conceptos. Además, ninguna verdad es absoluta y creo que ese es el camino… todos estamos tratando de aprender a deconstruirnos.

Dónde y cuándo ver a Flor Otero en teatro y en vivo
En Terco, con funciones los martes y miércoles a las 20hs en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551, CABA).
En La vida ante mis ojos, los sábados a las 19.30hs en el teatro Border (Godoy Cruz 1838, CABA).
El 17 de marzo a las 19.30hs en la librería Caras y Caretas (Junín 365, CABA), con entrada gratuita, junto a Sol Bardi, Giuliana Rimini y Martín Mazzon al piano.