Concepción Cochrane Blaquier: freak & chic
La heredera más excéntrica de estas latitudes tiene todos los ingredientes de una verdadera jetsetter: viaja por el mundo en busca de nuevas tendencias, asiste a las fiestas más espectaculares de sus amigos internacionales y se ha convertido en un verdadero ícono de estilo para la prensa local.
Soy una chica tropical y prefiero el verano, así que migro como las aves”, explica Concepción en el marco de una puesta de sol perfecta, típica de José Ignacio. Allí, en la chacra de Grupo Mass se encuentra una de las it girls del momento, lista para posar ante nuestras cámaras. Es verano, obviamente –si no ella, un ave estival, no estaría entre nosotros, los mundanos que nos adaptamos a las estaciones de nuestro hemisferio–, y Concepción parece estar agotada de tantos eventos esteños. “Mis veranos en Uruguay últimamente fueron bastante agitados”, dice, muerta de cansancio. “Debo decir que el mes de enero es agotador, por eso creo que voy a empezar a frecuentar más el mes de febrero, donde hay menos gente y mayor tranquilidad”, analiza.
Concepción, hija única del brasileño Lair Cochrane y quinta heredera de Dolores Blaquier, es el centro de atención en todo evento que sea digno de contar con su topetitud. ¿Su secreto? Un estilo único –“freak and chic”, lo define– que combina de manera perfecta piezas de diseñador con prendas vintage y accesorios osados que, tratándose de ella, nunca están de más. Lo interesante de su caso es que, sin temerle al ridículo, nunca cae en semejante estado: ese punto justo de equilibro entre lo extravagante y lo correcto, lo divertido y lo adecuado, le sienta perfecto a esta heredera que juega sin límites y se atreve a todo. Su última aventura, por caso, fue organizar su propia fake wedding: un simulacro que contó con todos los rituales de la típica ceremonia de unión matrimonial, pero sin casamiento alguno. Sólo se trató de una fiesta, para divertirse, que Concepción celebró en su estancia de Lobos y a la que invitó a 150 amigos de todo el mundo. Quién pudiera…
–Atesora el guardarropa más envidiado y comentado del país, ¿cómo podría describirlo?
–Envidiado no es una palabra que me guste mucho. Es un halago que guste lo queuso, pero debo decir que si bien mi guardarropa está lleno de sorpresas, es muy complicado encontrarse ahí adentro. Trato de clasificar las perchas por familias, estilos o telas, pero como el lugar es acotado termina complicándose bastante. Una de las razones por las que me demoro tanto en vestirme es porque tardo en encontrar las cosas. ¡Necesito un walking closet como el de Mariah Carey! Lo ideal sería tener todo colgado en perchas individuales, pero eso a veces no sucede.
–Tiene muchas cosas antiguas en su ropero. ¿Qué importancia le da a rescatar el espíritu vintage?
–Soy una gran compradora de mercados de pulgas. Me encanta el regateo, es uno de mis “deportes” favoritos (risas). Una terapia.
–¿Se considera una acumuladora compulsiva?
–Soy coleccionista de ropa, guardo todo de todas las épocas. ¡Nunca es suficiente!