Barras solidarias: así es el curso de coctelería que Inés De Los Santos, Sebastián Atienza y Federico Cuco brindan en el barrio Padre Mugica

Es una mañana muy fría que empieza a templarse gracias al sol. A bordo de un motocarro, Sebastián Atienza, Inés De Los Santos y esta periodista emprendemos el recorrido por el barrio Padre Mugica (ex Villa 31) para visitar los espacios comunes, la zona comercial y terminar en el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral, donde Inés dará una masterclass en el marco del curso de coctelería que Tres Monos ofrece gratuitamente aquí.

Paramos en la confitería Mabelu, una de las tantas opciones gastronómicas del barrio, para calentarnos con un café servido con donas y churros, y empezamos a caminar las callecitas llenas de comercios. Luego de recorrer la feria principal hacemos una parada en Las Palmeras, el reconocido restaurante del chef José Zapata, para degustar un exquisito ceviche, entre otros platos de su cocina peruana.

Ahora sí, bien alimentados, llegamos al centro donde se dictan este y otros cursos organizados por la Dirección General de Integración Económica, que busca dar a los vecinos del barrio herramientas y conocimientos para desempeñarse laboralmente.

El curso en la ex 31

El curso de coctelería se divide en modalidad teórica y práctica a lo largo de cuatro meses y consta de ocho clases dictadas por Federico Cuco. Las teóricas se dan en el Barrio Mugica, y las prácticas, en el Estudio Tres Monos, ubicado en el primer piso del bar de Palermo, lo cual suma la posibilidad de visitar ese y otros bares de la ciudad. Además, incluye dos masterclasses, una a cargo de Inés De Los Santos y otra de Mona Gallosi, ambas en el barrio. El curso es gratuito y, una vez finalizado, los egresados reciben un diploma para sumar a su perfil profesional.

“Mi primer acercamiento a la gastronomía fue en el barrio Ramón Carrillo, un barrio muy humilde del Bajo Flores”, relata Seba Atienza, uno de los dueños de Tres Monos. “Yo soy de Pompeya, y como mi tío nació en aquel barrio, mis viejos abrieron una pizzería/rotisería ahí. Yo tendría 13 años, estaba arrancando la secundaria e iba los fines de semana a ayudar haciendo delivery, algo que la pandemia me hizo volver a hacer años después (se sonríe). No nos fue bien pero fue una linda experiencia.”

Sobre la iniciativa de dar clases en el Barrio Mugica, Atienza cuenta: “Siempre tuve ganas de hacer cosas para dar una mano. Desde que trabajamos con Andy Kusnetzoff en la radio –él hace trabajo solidario–, pensamos la manera de incorporar la coctelería para ayudar desde nuestro lugar, pero era difícil entender cómo hacerlo con el alcohol y demás. Así que cuando Katy Labrador, a quien conozco de la gastronomía, me planteó que estaba trabajando en la integración de este barrio, me puso muy contento poder participar y poner el estudio a disposición para compartir nuestro conocimiento. También a nosotros como emprendedores nos hacía falta personal y gente que tuviera ganas de trabajar. Empezamos el año pasado con tres cursos con muy buena convocatoria y este año ya lo armamos de una manera más concreta, con un curso más largo. Estamos muy contentos con lo que está pasando y también viendo la salida laboral de cada uno de los chicos. Uno ya está trabajando con nosotros en Cofi, y estamos viendo el perfil de cada uno y las búsquedas que aparecen, confiando en que al haber hecho nuestro curso ya tengan una parte ganada”.

Por su parte, Inés De Los Santos expresa: “Vine al barrio hace quince años, y verlo tan cambiado, tan crecido, con tantas propuestas, es muy emocionante”. 

Un encuentro inspirador

Su masterclass fue una charla muy inspiradora donde habló de sus inicios en la coctelería, sus estudios, lo difícil que fue hacerse un lugar en la barra siendo una mujer muy joven y cómo de a poco fue logrando sus metas sobre la base de mucho trabajo. Compartió sus trucos y herramientas a la hora de la creatividad y de superar las frustraciones. Y lo mejor: preparó varios cócteles a modo de demostración.

En cuanto a la salida laboral del curso, Inés afirma: “Cuando uno tiene herramientas y ganas de hacer, las oportunidades aparecen”. Y a quienes no se animan a participar, los alienta: “Nunca está de más conocer un nuevo oficio, nunca sabés cuándo te puede servir, así que animate, agrandá tu conocimiento”.

Fede Cuco es el bartender a cargo de cada clase, y como gran formador de las nuevas generaciones, es la persona ideal para dar el curso, no solo por su experiencia sino por su generosidad. Cuenta: “A mí siempre me gustó enseñar, lo mucho o lo poco que sé siempre lo comparto y me gusta hacerlo de una manera coloquial. Cuando me ofrecieron dar clases en el barrio, ni les pregunté si me iban a pagar, les dije que sí, porque enseñarle a gente a la que le puede cambiar la vida aprender un oficio me pareció algo hermoso. Uno tiene que tratar de cambiar el mundo desde su lugar”.

Los alumnos

Matías tiene 20 años y es uno de los alumnos del curso. Trabaja como bartender desde hace un año y se anotó en el curso para adquirir más experiencia. “Aprendí por mi cuenta, preguntando donde laburaba de runner de barra, mirando desde afuera cómo preparaban los cócteles. Cuando entré de barman empezó toda esta pasión y una vez que empecé ya no paré.” Y sueña en grande: “Una meta a corto plazo sería trabajar en Brandy, porque a largo plazo quiero abrir mi bar. La idea surgió porque tengo varios amigos bartenders que son máquinas, y sé que trabajar en un mismo sitio con todos ellos sería la envidia de los demás lugares porque la romperíamos (se ríe)”.

Aldana tiene 20 años y se anotó en el curso por otra razón. “Mi objetivo es aprender a hacer tragos, enseñárselos a mi mamá y que ella el día de mañana también pueda tener un espacio para venderlos. Ella tiene un almacén pero la venta bajó bastante, así que esto puede ayudar económicamente a la familia”, cuenta. Su primer acercamiento a la coctelería fue en una clase que dio Seba Atienza en el barrio: “Quedé fascinada porque la parte de gastronomía nunca me había llamado la atención, pero esto de hacer cócteles me encanta”. En cuanto a sus aspiraciones, asegura: “Estoy estudiando Periodismo, becada en la Escuela de Comunicación Perfil, y mi idea es poder seguir trabajando y agregando herramientas para poder incorporarlas no solo a mi vida laboral”.

Aldana sabe que todo suma. En este curso, como en muchos otros, no solo se aprende el oficio en sí sino también sobre métodos de trabajo, hospitalidad, trato al cliente. Además, Tres Monos les abre una gran puerta en el mercado laboral.

Cuco cierra: “Los chicos y las chicas que están tomando el curso son gente con mucha pila, eso también te da ganas de ir a dar la clase. Me llena el alma, la verdad; me deja muy contento”.

Fotos: Daniela Milana / BA Integración