Ropa que recarga dispositivos, lleva GPS o permite sacar fotos: cuando la moda se vuelve inteligente
Hoy la vida entera es fotografiable, likeable, storizable, y nuestros celulares podrían cargar su batería con aquellas viejas remeras de las que no te querés deshacer por nada del mundo. Sí, leíste bien. En vez de buscar enchufes como un sabueso, podés cargar la batería con tu camiseta.
Nadie va a notarlo, porque la nueva tecnología vestible pasa totalmente inadvertida para el ojo del vecino. “Sonríe, te estamos grabando”, pero ni siquiera lo sabés. Y si alguna vez cantaste culposo en la ducha una de Franco de Vita que dice “eres un golpe de energía cuando estoy sin batería”, ya fue todo, secate y enchufate a tu chaqueta.
Para los que siguen predicando París como la meca de la moda tenemos noticias viejas: hace años que el orden mundial de la industria indumentaria está en manos de China. Desde los buyers que mueven el negocio de las marcas de lujo hasta el volumen grueso de retail, el mercado asiático en general marca el ritmo del negocio y también el de los avances en tecnología vestible: prendas contemporáneas, cómodas y portables que a la vez son increíbles gadgets.
Un grupo de investigadores chinos con base en la Universidad de Fudan dio a conocer por estos días que ha desarrollado un tipo de fibra con capacidad para cargar dispositivos personales y médicos. Ya la producen en masa y pudieron demostrar que pueden cargar un smartphone de forma inalámbrica con sólo llevar puesta una prenda confeccionada con baterías de fibra.
Si alucinás RoboCop o Lil Nas X con su armadura dorada en la Gala del Met, te comento que no es la idea: a simple vista es un textil común y corriente, se puede meter en el lavarropas y doblar sin dañarlo. Es más, dicen que los sucesivos lavados podrían aumentar su capacidad de carga.
Pero este no es el primer desarrollo tecno wearable ni mucho menos. Hace años que la moda y la tecnología vienen histeriqueando, y llegó el momento de concretar. Desde el hilo elástico hecho de nanotubos de carbono que genera electricidad cuando se retuerce o estira y permite recargar monitores de actividad física con sus propios movimientos, hasta las medias Sensoria, que siguen y monitorean la actividad runner ofreciendo información sobre ritmo, distancia, tiempo y estilo de carrera mediante un entrenador de inteligencia artificial que puede mejorar las performances y reducir el riesgo de lesiones.
Es así cómo la moda está lista para abrazar sensores, colaboraciones y nuevas ventas. Porque, después de todo, hablamos de industrias que mueven millones en desarrollo, fuerza de trabajo, distribución, oferta y demanda.
Si creés que no necesitás los tres sensores de presión textil que miden el impacto en tu pie durante la carrera, te tiro otra oferta que quizá sea imposible de rechazar: desde hace un par de años existe Levi’s Commuter Jacquard by Google, una chaqueta inteligente desarrollada por la división experimental de Google ATAP y Levi Strauss. La prenda recupera el modelo clásico Commuter pero le agrega sensores y un dispositivo minúsculo conectado a la manga que permite manejar tu celular.
La tela inteligente Jacquard está insertada en la manga de la campera y fue fabricada con hilos conductores que se cosen en una base de denim absolutamente lavable. Los sensores transmiten una señal del usuario a un chip que está pegado con un botón y retransmite la señal al teléfono. Sí, leíste bien: sacás fotos moviendo el puño.
Ojo que si hacés un trip pospandémico a Corea conseguís también el traje inteligente NFC de Samsung y Rogatis, con el que podés desbloquear tu celular, intercambiar tarjetas de presentación digitalmente y configurar todos los dispositivos que se te ocurran. Cuesta 500 dolaritos, el tema es el pasaje a Seúl y la cuarentena.
Si preferís ir corriendo no olvides tu corpiño OMsignal. Desarrollado por una compañía canadiense, el soutien deportivo registra las distancias recorridas, tu frecuencia cardíaca y respiratoria y te avisa cuando estás en condiciones de retomar la actividad después de un descanso.
Pero si querés tirarte a dormir una siesta que te lleve a Japón no te pierdas el pijama Xenoma: puede usarse en juegos de realidad virtual, monitorear tu sueño y mejorar la posición que adoptás durante tus horas de descanso.
Pero dejemos de soñar que sonó el despertador y la pregunta es, ¿por casa cómo andamos? Digamos todo, el principal problema con los nuevos desarrollos tecnotextiles es que generalmente surgen de emprendimientos independientes y, por lo tanto, carecen de una inversión fuerte.
Pero por otra parte, la cintura latinoamericana para afrontar crisis económicas con ideas es impresionante: en Chile la firma Antartic lanzará suelas y guantes calefaccionados que funcionan a través de control remoto, un desarrollo pensado para la explosión de delivery con el fin de hacerles la vida más fácil a esos motoqueros amigos que merecen manos y pies calientes.
Las chicas argentinas también piensan en nosotras; si aún no las conocés, te presento a Freeling y Trusa, dos marcas de ropa interior high tech que me provocaron curiosidad. Obviamente, falta (quizás poco) para que carguemos el celular con la bombacha, pero en el Instagram de Freeling vi que tienen diseños anatómicos cancheros y superusables con un diferencial: es ropa interior tecnológica y sustentable diseñada para la menstruación. Tienen alta absorción sin modificar su forma, a la vez que eliminan bacterias y neutralizan olores. Un producto seguro, gran opción de reemplazo para esos tampones y toallitas que tardan más que un dinosaurio en degradarse.
Pongo a cargar el celular en mi buzo y me encanta. Billie Eilish tiene razón: I’m in love with my future.
