Juan Santa Cruz
El diseñador, empresario creativo y entrepreneur chileno dejó su base en Buenos Aires para instalarse en una de las ciudades más atractivas del mundo. Desde Mayfair, su circuito preferido en Londres, cuenta su vida en la capital británica y habla sobre la apertura del glamoroso Casa Cruz London.
Tenía ganas de expandirme internacionalmente, sentía la necesidad de crecer, de estar en un lugar más grande, porque no había mucho más que yo pudiera hacer en Buenos Aires. A mí lo que me divierte, lo que me da satisfacción, es la creación. Hacer un lugar, y luego otro, y luego otro”. Juan Santa Cruz habla sobre esta nueva etapa de su vida mientras caminamos por las elegantes calles de Mayfair, una de las zonas más distinguidas de Londres y, me atrevo a decir, del mundo entero. Es casi primavera y un sol inesperado tiñe las calles de este barrio full of privates clubs, pequeños bares, restaurantes superchic, sastrerías, camiserías y hasta tiendas de corbatas a medida. El paraíso para cualquier hombre con aspiraciones de lord inglés.
Nuestro último encuentro con Juan había transcurrido en Buenos Aires, una fría mañana de agosto en la que compartimos un desayuno en el bar del Malba.
En aquella reunión, hace más de dos años, me contó sus planes de expansión en Londres, su necesidad de crecer y las ganas de conquistar una nueva ciudad. Como cuando plantó bandera en la capital porteña hace diez años, creando el emblemático Casa Cruz y luego el sofisticado Isabel, dos bares y restaurantes que fueron íconos de esta ciudad.
Por aquel entonces, la idea de instalarse en Londres parecía lejana, casi imposible. Ahora, es un hecho. Casa Cruz London abrió sus puertas a principios del pasado mes de julio, en una gran casona del emblemático barrio de Notting Hill y con el apoyo de los players más poderosos de la ciudad. Juan Santa Cruz, una vez más, lo logró. “Londres cambió mucho. Cuando yo vivía en Nueva York y venía de viaje, no era esta ciudad tan cosmopolita, entretenida y grande. Siempre fue una ciudad muy importante, pero ahora es una de las capitales del mundo. Hay mucho creativo, y eso la hace supervibrante”, me explica diez minutos después, sentados en un exquisito club de caballeros de Mayfair. “Tenía ganas de que me resultara en NY, porque conocía más la ciudad y me quedaba fácil el viaje desde Buenos Aires. Pero yendo a NY todo el mundo me decía que quería llevar su carrera hacia allá, la nueva frontera. Entonces me salté un paso y empecé a venir a Londres. En mi segundo viaje conocí a un señor que estaba haciendo un hotel y necesitaba un design director. Y así sentados, como estamos ahora, le mostré mi trabajo y me dijo que yo era la persona perfecta. Así que volví a Buenos Aires, armé mis valijas y me instalé acá. Ahí me empecé a dar cuenta de que Londres, a pesar de que tiene unos restaurantes espectaculares, no tiene el lugar que a mí me divierte”.
“Londres cambió mucho. Cuando yo vivía en Nueva York y venía de viaje, no era esta ciudad tan cosmopolita, entretenida y grande. Siempre fue una ciudad muy importante, pero ahora es una de las capitales del mundo. Hay mucho creativo, y eso la hace supervibrante".
–¿Como cuando hiciste Casa Cruz en Buenos Aires, que era una aventura?
–Una aventura y un lugar bonito, divertido, con glamour.
–Era un espacio casi de fantasía, que en ese momento no existía en la ciudad.
–De hecho, acá hay lugares geniales, pero esa combinación de glamour internacional con fuerza y energía latina, no hay. Casa Cruz era la combinación perfecta entre NuevaYork, Buenos Aires y esa cosa latinoamericana.
–De Río, por ejemplo.
–Río, exactamente. Es una combinación que sale muy bien.
–Y que a Londres le falta.
–Sí, le falta. Es todo divino, elegantísimo, impecable, pero no tiene ese touch latino.
–¿Cómo lograste hacer realidad este sueño de abrir un espacio en Londres?
–La ciudad es muy organizada, entonces cada paso requiere un montón de trabajo. Al principio mi idea era ir y venir desde Buenos Aires, pero luego me di cuenta de que para que esto me saliera bien, al nivel que yo quería, tenía que dedicarle toda mi atención y todo mi esfuerzo.
–¿Y cómo va tu vida social londinense?
–La agenda social aquí es intensa. Lo que pasa es que te mandan un e-mail invitándote a una comida o evento con un mes y medio de anticipación. Te dicen “Are you free?” en tal fecha, y si contestás que sí ya quedas superagendado y ni se te ocurra fallarles.
–¿Cómo te adaptaste a este mundo?
–Desde que llegué jugué by the rules. Si me decían cruzá el semáforo y caminá hacia la izquierda, lo hacía tal cual para no cometer ningún error. No me di lugar a equivocarme, me propuse que esto tenía que salir bien. Estoy apostando mucho, y no puedo fallar.