Peto Menahem: el misterio de la felicidad
Como actor y humorista cosecha éxitos masivos en televisión, teatro y radio y cuenta también con una sólida trayectoria en cine. Trabaja de lo que le gusta, tiene buenas críticas y un público fiel que lo festeja y lo acompaña en sus diferentes proyectos. Él se deleita con alegría y, lejos de definiciones pretenciosas, propone no pensar en el sentido de la marea y disfrutar del oleaje.
Como actor y humorista cosecha éxitos masivos en televisión, teatro y radio y cuenta también con una sólida trayectoria en cine. Trabaja de lo que le gusta, tiene buenas críticas y un público fiel que lo festeja y lo acompaña en sus diferentes proyectos. Él se deleita con alegría y, lejos de definiciones pretenciosas, propone no pensar en el sentido de la marea y disfrutar del oleaje.
Tito, Pedro, Keko, Teto. Hasta Beko Méndez y Pepo Menabel le han dicho alguna vez ¿O es un chiste? Cómo saberlo… Si hay algo que tiene Peto Menahem es humor. No ese humor excesivo de quien tiene que estar demostrando todo el tiempo que es divertido “como en la tele”, sino el de quien sabe reírse de sí mismo para poder reírse con el otro.
Arrancó este 2014 siendo uno de “los galanes del jardín” en la gran apuesta de Telefé Señores papis. Está contento con el producto y no escatima en elogios hacia sus compañeros – Luciano Cáceres, Joaquín Furriel y Luciano Castro–. Después de todas esas horas de grabación que requieren las tiras, llega al Multiteatro con la mejor de las sonrisas a la par de Federico D’Elía, quien se incorporó recientemente a Le prenom en reemplazo de Germán Palacios. Le hace un chiste a la agente de prensa y se ofrece, antes de hacer la nota, a preparar unos mates. Una vez cebado el primero, ya está listo para lo que venga.
–Hace poco reestrenaron Le Prenom con la incorporación de Federico D’Elía. ¿Cambió en algo ese reemplazo?
–Sí, lo que cambió es que Fede es más comediante, entonces trajo su cuota de comedia en sectores donde no había, había otra cosa. Eso es genial. Genial en el sentido… (Interrumpe su propia respuesta y sigue). Tengoque aclarar que yo soy muyboludo, me interesan cosas que por ahí no son importantes (risas). Para mí todo es cuestión de puntos de vista, así veo las cosas. Me parece que la opinión es algo muy sobrevaluado, no es tan importante, cambia como el clima.
–Sí, pero cuesta no darle bola.
–No, no cuesta si tenés un criterio. Y eso es lo que está bueno de lo que viene con la edad, que uno se va dando cuenta de que no es lo mismo tener criterio que opinión. En una obra de teatro es muy notorio cómo dos actores distintos leen una misma situación de dos maneras totalmente diferentes. Y es un efecto dominó porque hace que todos lo leamos diferente. Te voy a decir dos contradicciones que conviven: sigue siendo la misma obra pero, por otro lado, y este es un lugar común pero es verdad, en teatro siempre es como la primera vez. El público es distinto y el que contesta es el público. Eso es genial, es lo más lindo del teatro, que no lo tienen ni la tele ni el cine, la radio por ahí lo tiene, es ahora y nada más.
–Quienes hacen radio dicen que tiene algo de momento perfecto y de felicidad. Casualmente la acaba de comparar con el teatro en ese sentido, ¿experimenta eso?
–Soy insoportable porque te voy a decir que todo sí y todo no. Entiendo lo que decís y lo comparto y vivo eso también. Ahora, ¿me da felicidad? A veces. Pero la verdad es que la felicidad no es algo que me preocupe; porque no dependede mí, es algo que viene. Y cuando viene la recibo con los brazos abiertos, y cuando no viene, no me voy a morir por eso. Me preocupa, en todo caso,el bienestar.
–¿Qué cosas de las que elige hacer y dependen de usted le dan felicidad?
–A mí trabajar me hace muy feliz, eso me da algo parecido a lafelicidad, mucho bienestar. Me da alegría. ¡Eso! Lo que depende de mí es la alegría, eso sí es una decisión. Trabajar y hacer lo que hago me da mucha alegría. Las tres cosas que estoy haciendo en este momento. Y escuchar música.
–Es recurrente su alusión a la música en diversas entrevistas, ¿es melómano?
–Me gusta mucho. Y tocar también; tocar con mi hijo, eso sí es muy parecido a la perfección. Ahí tenemos una comunión, un entendimiento hermoso. Los dos tocamos la guitarra, sólo que él toca bien y yo como el orto (risas). Ese momento en el que guitarreo con mi hijo es perfecto. Y tocar solo también.
–¿Es verdad que a los personajes les piensa sus gustos musicales?
–Sí, es verdad. Y no se lo pregunto ni al director ni al guionista, se los pienso yo.
–Mauro, su personaje de Señores papis, ¿qué escucha?
–Bueno, es una pregunta muy interesante porque todavía no la terminé de contestar. Hasta ahora pensé que le gustan mucho Los Redondos. Yo fui mucho de chico a ver a Los Redondos y me acuerdo de personajes que eran unos ricoteros más, sólo que iban de mocasín. Mauro es de esos. También le gustan mucho las canzonettas, la música italiana melódica.
–¿Tiene un placer culposo?
–Marco Antonio Solís le encanta (risas). Pero creo que hay más ahí que todavía no descubrí.