Pequeños hábitos, grandes diferencias
A todos nos gusta sentirnos llenos de energía y vitalidad para llevar a cabo nuestros proyectos, para brindar atención a nuestra familia y amigos y para disfrutar de cada instante.
Alimentarse con conciencia, trabajar el cuerpo de manera inteligente, aprovechar al máximo la capacidad pulmonar al respirar, practicar técnicas de concentración y mantener buenas relaciones humanas son pequeñas cosas que generan una gran diferencia en la vida cotidiana, mejoran nuestro desempeño y hacen que nuestra existencia sea más placentera.
Para 2015 te proponemos incorporar algunos hábitos que van a mejorar superlativamente tu calidad de vida.
Incorporá una buena alimentación
Observá la calidad, la cantidad y el momento del día en que comés. Probablemente descubras que hay muchos alimentos que no te aportan energía e incluso te desgastan y generan pesadez por ser de digestión lenta. Para mejorar tu performance alimentate con frugalidad y elegí de manera inteligente y consciente cuál va a ser la materia prima que constituye tus células.
Podés comenzar incorporando una mayor cantidad y variedad de frutas y verduras frescas y reducir el consumo de carnes de todo tipo.
Practicá técnicas para reeducar la respiración
Para mejorar la oxigenación de tu organismo e incrementar el nivel de vitalidad, es importante incorporar la respiración completa a la vida diaria. Para ello te proponemos entrenar la siguiente técnica:
* Respirá siempre por la nariz, observá que la inspiración y la exhalación sean bien profundas.
* Al inspirar llená sucesivamente las partes baja, media y alta de los pulmones, dilatando para ello el abdomen, la zona intercostal y la parte alta del tórax.
* Retené el aire unos segundos y exhalá en sentido inverso, vaciando primero la parte alta, luego la parte media y finalmente la parte baja de los pulmones.
Entrená tu concentración.
Cuando estás más concentrado tenés un mejor desempeño en las actividades que realizás, las disfrutás más y es más simple alcanzar los resultados deseados. Tomate diariamente un momento para realizar el siguiente ejercicio:
* Sentado en una posición cómoda, cerrá los ojos y visualizá un triángulo.
* Concentráte en él. Si surgen dispersiones, dejalas pasar y volvé rápidamente tu atención a esa imagen.
* Mantené la imagen del triángulo nítida y sin interferencias durante un minuto.
* Repetí este ejercicio todos los días, aumentando cada vez más su duración, hasta llegar por lo menos a diez minutos.
Trabajá el cuerpo de manera inteligente
Al realizar técnicas de fuerza y elongación, permanecé en las posiciones sin repetir. Mantenete allí el máximo de tiempo posible que el bienestar y el confort te permitan. Usá el sentido común, que te propone esforzarte sin forzar. Para mejorar la flexibilidad de tu columna, realizá posiciones de anteflexión, retroflexión, torsión y lateroflexión. Las dos últimas deben realizarse hacia ambos lados.
Cuidá tus relaciones humanas.
Calidad de vida también es vincularse de manera distendida, ética y responsable, agregando siempre generosidad, elegancia, respeto y cariño a nuestras relaciones humanas. Evitar enfrentamientos, resolver los problemas de manera educada y cordial, disculparse y usar más “por favor”, “gracias” y “permiso”, siempre da buenos resultados.