Astroturismo: tres cielos para maravillarse en Buenos Aires
Lejos de la gran ciudad, el cielo de la provincia de Buenos Aires se vuelve profundo, oscuro y, paradójicamente, claro para la contemplación. Por ello, les compartimos tres lugares, muy próximos a la Capital, para poder observar la majestuosidad de los cielos, sus astros y misterios.
Hemos tenido la oportunidad de hablar en varias oportunidades del firmamento a lo largo y ancho del país y de la histórica y profunda curiosidad del hombre por los misterios que habitan en el universo. Las antiguas civilizaciones tomaban el cielo como guía, poniendo su atención en los astros para realizar una lectura detallada de cada acción que acontecía en el cosmos comprendiendo que, como es arriba es abajo y, todo aquello que allí ocurría, tenía repercusiones en la Tierra y en cada uno de nosotros.
Estamos transitando la primavera que, junto con el verano, son las épocas ideales para participar del turismo astronómico y observar la oscuridad con la cabeza en alto. Los caminos rurales y campos abiertos que podemos encontrar en la provincia de Buenos Aires, son tesoros que nos ofrecen las mejores imágenes de la Vía Láctea.

OTROS MUNDOS
"El astroturismo es imaginar otros mundos posibles, preguntarse si habrá vida en otros planetas y, al mismo tiempo, entender por qué estamos acá. Contemplamos el cielo como lo conocieron nuestros antepasados, desde el inicio de la humanidad", afirmó el fotógrafo Sebastián Jeremías.
Por su parte, Nicolás Ariel Arias, astrónomo amateur y coordinador adjunto de la sección de estrellas dobles de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA) agregó, “La mayoría de las personas se maravillan al reconocer la Vía Láctea, nuestra galaxia; o con planetas como Júpiter y Saturno. También cuando encuentran objetos y nebulosas que desconocían por completo.”
Lejos de las grandes ciudades y de las pequeñas localidades, el cielo de la provincia de Buenos Aires se vuelve profundo, oscuro y, paradójicamente, claro para la contemplación. Por ello, les compartimos diversos lugares, muy próximos a la Capital, para poder contemplar la majestuosidad de los cielos, sus astros y misterios.
Bragado, Buenos Aires
La leyenda cuenta que este lugar debe su nombre a una historia que juega entre la realidad y la ficción y se remonta al siglo XVIII, cuando un potro salvaje, increíblemente bello y desafiante, defendía valientemente su libertad ante los diversos intentos de capturarlo. Tal es así que, cuando un grupo de lugareños estaban por hacerlo prisionero, se precipitó desde lo alto prefiriendo morir antes que verse cautivo.
Bragado se encuentra a 200 kilómetros de la Capital, de hecho, es conocido por su gran accesibilidad y conectividad a través de las rutas que lo vinculan con los grandes centros proveedores de servicios y comercialización. Aquí, se puede hacer turismo rural, visitar el Centro Náutico Municipal, el Centro Cultural Florencio Constantino, la Parroquia Santa Rosa de Lima y recorrer el casco histórico pero, sin lugar a dudas, lo que aquí también comenzaron a hacer varios turistas es disfrutar de la inmensidad de los cielos.

Punta Indio, Buenos Aires
A sólo 150 kilómetros de Capital Federal, al costado del río de La Plata, yace este lugar de campo que mantiene su paisaje autóctono, casi prístino, donde las anomalías magnéticas, las estrellas y la presencia de una base aeronaval que ha identificado cientos de hechos inexplicables con su radar, hacen de Punta Indio un pueblo que encierra una mística única, propia de los lugares sagrados.
La Federación Argentina de ovnilogía denominó "El Nido" a la zona comprendida entre Punta Indio, Magdalena y Atalaya debido a la cantidad de avistamientos. Es un lugar virgen de guías o garitas turísticas, por lo que se recomienda lanzarse a la experiencia de mirar el cielo por cuenta propia, dado que la visual es inmensa y silenciosa, lo que nos permite estar atentos a lo que va deparando el camino.

Mercedes, Buenos Aires
Menos de 100 kilómetros separan la ciudad de Mercedes con la Capital y el acceso a este lugar es muy fácil y rápido, de hecho, en una hora y media uno puede llegar a encontrarse con este precioso espacio plagado de árboles, campos y un cielo abierto.
Es cierto que, como toda ciudad, tiene una plaza principal donde la mayoría de la gente se junta, diversas iglesias y centros de comercios para comprar comida o sentarse a tomar un café, pero el recorrido que uno puede hacer aquí, invita a viajar en el tiempo disfrutando de las antiguas pulperías y almacenes de campo.
Además, hay muchos lugares, similares a estancias, donde uno puede alojarse y conectar en profundidad con los astros puesto que la calma que acontece y el horizonte, merecen la pena ser visitados.

Foto de portada: Sebastián Jeremías
Agradecimientos: Prensa Turismo BA