La historia de Sol Macaluso, la reportera argentina que conmueve en Ucrania
Lo que llega a las casas de la gente y atraviesa la pantalla durante su cobertura de la invasión de Rusia en Ucrania, asegura Sol Macaluso, se dio un "sin querer". Es que en una conexión con los tantos noticieros y programas para los que reporta, la periodista argentina se hizo viral semanas atrás al contar la historia personal que vivió con Max, su productor o "fixer", tanto en Kiev, Járkov o ahora en Leópolis, las ciudades en las que la joven nacida en Olavarría cuenta la guerra, y donde las duras historias que sufren los refugiados en Ucrania tienen su especial atención.
Max, casi una "figura paterna" para ella, le pidió por favor que refugiara a su hija Dana, de 17 años, y la sacara del país. “Me dijo: ‘Yo voy a tener que volver a Kiev, voy a tener que volver a sacar a mi familia y yo necesito que vos me digas que te vas a hacer cargo de mi hija’”, rememora Macaluso. “Tanto él como su familia no querían dejar el país pero decidieron poner a salvo a Dana, y yo hice todo lo que estuvo a mi alcance para que llegara a Barcelona”, agrega.
Sin planearlo, Sol contó la conmovedora historia que se hizo viral. Hoy se refiere a Dana "como mi familia, mi hermana". En diálogo con El Planeta Urbano, Macaluso destaca que antes que periodista, "es persona, con sentimientos y con emociones". Asegura que es eso lo que hay que mostrarle al espectador: "Creo que eso atraviesa la pantalla, pero es la forma que tengo de ejercer mi trabajo, que ahora tiene más visibilidad pero que siempre ha sido de la misma manera".
Desde hace casi dos meses, Macaluso está en el frente de batalla del conflicto, allí donde también lo cubre Clarisa Ward, la periodista de CNN que tanto admira. Bajo el miedo y la incertidumbre, además de contar lo que pasa, lo que prima es el objetivo de salir ilesos para seguir informando. Es por eso que tras la escalada del conflicto, el equipo que integraba junto a dos personas, pasó a un total de diez. Las sirenas que advierten sobre un nuevo bombardeo, cuenta, "se convierten en la alarma del despertador de cada día".
En ese sentido, recuerda lo más duró que vivió: "Las primeras cuarenta y ocho horas de bombardeo en Kiev". Que se traduce así, en su experiencia: "Despertarnos con las bombas, escuchar las sirenas y confirmar que los peores escenarios de los que tanto veníamos informando se estaban cumpliendo". Su labor en un país que está en guerra, en el que "cualquier cosa puede cambiar de un minuto a otro", la tiene con los sentimientos a flor de piel. La devastadora realidad, además, la invita naturalmente a ejercer su activismo –que motoriza en redes–: eso incluye recaudar dinero para los damnificados.

Su cobertura en un hospital materno infantil: dar vida en medio de la guerra
Otra de las experiencias más transformadoras, cuenta, fue su visita al Hospital Materno-Infantil –que recibe a las mujeres evacuadas por los corredores humanitarios desde las zonas más complicadas–, donde conoció a Irina, una mujer embarazada que llegó a Lviv desde Kiev en uno de los trenes que traslada a los refugiados. En pleno trabajo de parto y con la anestesia epidural ya colocada, sonó la alarma que obliga a todos a acudir a un refugio subterráneo.
“Con la dilatación aumentando y el bebé pujando para salir, completamente desnuda y expuesta, Irina tuvo que bajar al sótano del hospital y retrasar su parto más de media hora”, relata Sol. Afortunadamente, no fue más que una alarma, así que la flamante madre pudo contarle su historia con su recién nacido en brazos. “Un verdadero milagro de amor en medio de tanta muerte y angustia”, narra la reportera, quien se refirió a las 56 madres primerizas que dieron a luz en medio de la guerra y eligieron quedarse resistiendo en la tierra que las vio nacer como “las verdaderas heroínas”.
Respecto a ser una periodista mujer que cubre una guerra, y más en una industria liderada históricamente por hombres, Macaluso explica: "Justamente ese es el viejo concepto que vengo a romper. Un poco sin buscarlo, por supuesto, pero la verdad es que me alegra que todo esté tomando este camino. Me alegra ser mujer y que haya muchas de nosotras cubriendo este conflicto en el terreno, y que varias de ellas sean argentinas. Y creo que es momento en esta altura de la vida y en el 2022 vengamos a romper con todo lo que estaba socialmente aceptado, por decirlo de alguna manera".
