Ronan Farrow: un periodista contra el silenciamiento
“El establishment se protege a sí mismo.” Esa sola sentencia del ganador del Pulitzer y hermano de Dylan Farrow, hija de Mia y Woody Allen que manifestó haber sido abusada por su padre a los siete años, prendió la mecha del #MeToo con una nota en The New Yorker y motoriza las verdades plasmadas en el libro/podcast/serie Catch and Kill.
Los labios se abren y se cierran con un cierre metálico. La que dibujó esa boca que ahora no calla para la tapa del libro que escribió su hermano es Dylan Farrow, la hija de Mia y Woody Allen, que manifiesta haber sido abusada por su padre a los siete años. La ilustración fue hecha para Catch and Kill, texto de Ronan Farrow después convertido en podcast y también en la serie del mismo nombre, disponible en HBO Max.
Periodista de investigación, abogado, niño prodigio, ganador del Pulitzer a los 29 años gracias a la nota que destapó las violaciones cometidas durante décadas por el magnate del entretenimiento Harvey Weinstein publicada por The New Yorker, Ronan prendió la mecha del #MeToo como movimiento social. Fue quien, en un mundo en el que el periodismo parece en extinción –empujado por la presión de las métricas–, logró mover los cimientos de una industria basada en una pirámide de abusos desde tiempos inmemoriales.
Si no, fijate lo que significa la expresión “catch and kill”: es una práctica muy usual en los medios por la cual pescan una noticia incómoda, la negocian con el autor del material y en vez de publicarla la sepultan para siempre. Es lo que Hollywood hizo desde que el cine es cine y la tele es tele. Y también lo que permitió que figuras como Weinstein, Bill Cosby o Allen siguieran trabajando, amasando fortunas, poder y reconocimiento con la complicidad del sistema, mientras sus denunciantes eran condenadas al ostracismo.

Ronan Farrow no reniega del hecho de ser hijo de Allen ni minimiza su peso. Pero siempre conoció cómo trabaja ese séquito de publicistas y abogados para ahogar los temas que importan y permitir que el statu quo se mantenga inalterable. Lo sabe porque su madre, Mia Farrow, lo padeció, pero sobre todo porque Dylan, antes de ilustrar la tapa de su libro, sufrió silenciamiento.
Cuando Dylan salió a hablar por primera vez como víctima de abuso infantil fue cuestionada por el propio Ronan, quien le dijo: “Te vas a exponer y terminarás dañada. No cambiará nada y tu vida va a ser un infierno. Lo mires por donde lo mires, no te conviene”. Aún hoy se arrepiente y siente que su hermana le abrió un nuevo nivel de conciencia; en cierto sentido, él también era un engranaje de la maquinaria que ahora cuestiona.
En la serie Catch and Kill puede verse mucho de ese camino que lo llevó a escuchar y buscar más allá de lo evidente. Desde su investigación para la cadena NBC, abortada cuando estaba a punto de ser televisada gracias al efectivo apriete de Weinstein y los innumerables trapos sucios de Matt Lauer, acosador serial y ex figura estrella de la señal, hasta ese juego de espías que fue la publicación por parte de The New Yorker.

Una trama infernal que involucró amenazas, ex agentes del Mossad, censuras previas y carpetazos varios. Y la decisión de una revista de ir para adelante, armada con un formidable equipo de chequeadores, editores y la valentía de los testimonios. Lo dice su editora, Deirdre Foley-Mendelssohn: “El periodismo se está muriendo porque no hay tantos medios con el presupuesto para contar estas historias, ni las pelotas para publicarlas”.
Y quizá se trate de coraje, por eso Ronan elige arrancar la serie con el testimonio de Ambra Gutierrez, la mujer que grabó con su celular el acoso de Weinstein, lo denunció y posteriormente hizo un arreglo extrajudicial, pero mediante una hábil maniobra logró guardar el audio incriminatorio. Farrow, pudiendo optar por el impacto que causan figuras como Rosanna Arquette o Rose McGowan, elige empezar por Ambra. ¿Por qué si es trabajadora sexual se le baja el precio a su declaración?
La verdad a veces puede ser incómoda y poco elegante, y la ruta para alcanzarla suele estar plagada de contradicciones. Farrow no dibuja a sus testigos, los abraza en toda su complejidad y con sus dilemas morales a cuestas. “Me interesa mucho este sistema que permite a los depredadores ser impunes”, sentencia. Mientras tanto, acá Catch and Kill aún no se ha editado y la serie de HBO Max está pasando bajo el radar. Pero como dirían Mulder y Scully en The X-Files, la verdad está ahí afuera. Dylan y Ronan bajan el cierre, saben que esta vez nadie los mandará a callar.