Campo de Piedra Pómez: la belleza árida de Catamarca
Ubicado a 530 kilómetros de la capital de la provincia, este paisaje de aspecto lunar es uno de lo más singulares del noroeste argentino. Se trata de un Área Natural Protegida desde 2012, con una extensión de más de 75 mil hectáreas,
Por Diego Jemio
Un pueblito aquí otro mas allá. Y un camino largo que baja y se pierde. Y un camino lago que baja y se pierde. Esos son algunos de los versos de la zamba “Paisaje de Catamarca”, que de alguna forma definen el espíritu de una provincia que ofrece grandes bellezas.
Algunas de las más conocidas son la Ruta de los Seismiles, con su sucesión de volcanes, y las Termas de Fiambalá. Una que fue ganando popularidad en los últimos tiempos -con gran mérito pese a la distancia- es el Campo de Piedra Pómez, en el departamento Antofagasta de la Sierra.
Se trata de un Área Natural Protegida desde 2012, con una extensión de más de 75 mil hectáreas, ubicada a 63 kilómetros de la villa de Antofagasta y a diez de la localidad de El Peñón. Los que padecen de la altura deben ir con cuidado porque el promedio es de tres mil metros sobre el nivel del mar aunque en algunos puntos puede llegar a los cuatro mil.
La llegada desde San Fernando del Valle de Catamarca no es cosa sencilla, pero la travesía vale la pena. Está ubicado a 530 kilómetros de la capital de la provincia. A través de la Ruta Provincial 43, se accede por una huella sólo apta para vehículos 4x4; hay que estar atentos a las condiciones del terreno y evitar las épocas de lluvia. Las pequeñas localidades de El Peñón y Villa de Antofagasta sirven como base para las excursiones al campo; es fundamental contratar a un guía que conozca bien el territorio.

LUNA DE CATAMARCA
Al llegar al lugar, la geografía impresiona por su aspecto lunar y la gama de colores, que va del blanco típico de la piedra al rosa y pasando por el gris y el rojo. Para saber las razones de la gran acumulación de piedra pómez hace que remontarse a millones de años y a la actividad de los volcanes de la zona, principales proveedores del material a través de depósitos y emisión de flujos. Y, por supuesto, mucho tiempo.
El clima es árido, de puna, con una baja presión atmosférica y menor dilución de oxígeno en el aire; en definitiva, basta mirar al mapa para darnos cuenta que estamos en el sudoeste de la Punta de Atacama, otra de las maravillas cercanas, en el vecino país de Chile.
Las excursiones, en la mayoría de los casos, comienzan temprano por la mañana; es el mejor momento del día porque el viento no sopla tan fuerte. La travesía dura unas cinco horas y se suele cobrar por coche.

Además del Campo de Piedra Pómez, donde el visitante se puede entretener en sus corredores y “avenidas”, además de ver aves, algunos operadores ofrecen la visita a unas dunas y al Volcán Karachi, que a sus pies tiene una preciosa laguna visitada por flamencos y llamas.
Dos tips fundamentales por las condiciones del lugar: llevar protector solar -el sol de la puna no tiene piedad- y anteojos de sol. Y no olvidar llevar ropa de abrigo. En verano la temperatura puede llegar a los 25 grados pero baja abruptamente durante las horas de la noche.
Los valores paisajísticos de Catamarca no sólo están en sus zambas ni en la prosa de sus músicos y poetas. Basta con visitarla para quedar maravillado con los colores y con su árida e infinita grandeza.