'Obi-Wan Kenobi' llegó a su fin: del enojo inicial de los fanáticos a un desenlace a la altura de Star Wars
“Lo que empieza con furor termina con tibieza”, dice una sentencia popular. En el caso de “Obi-Wan Kenobi”, la miniserie del universo de “Star Wars” cuyo último capítulo acaba de subir la plataforma Disney+, podría decirse que se aplica el efecto inverso.
Los expertos en la saga creada por George Lucas se hicieron cruces a lo largo de los primeros cuatro episodios de la serie. Por lo tan desajustada que lucía en cada uno de sus aspectos.
Pero llegaron los últimos dos capítulos (uno de ellos el de cierre) y la ficción levantó la puntería. No había arrancado bien la cosa. Una legión de críticos opinó sobre el programa. Y s dividieron entre los indignados (en el diario español El Mundo la calificaron como “La peor serie de la semana"); y los que la trataron con equilibrio (en A. V. Club elogiaron algunas actuaciones pero también calificaron algunos momentos de “absurdos”).
También hubo quienes la defenestraron, como Dominic Pattenn, de Deadline Hollywood. El crítico afirmó que la serie fue “casi pura nostalgia sin sabiduría que impartir y sin mucha historia que contar".

Un poco de contexto
Recapitulando –y para los no iniciados o simples espectadores que entraron en la historia sin conocimientos previos de la saga ni de los personajes- la trama de “Obi-Wan Kenobi” se ubica diez años después de los eventos de “Star Wars: Episodio III - La venganza de los Sith”.
La película de 2005 cuenta la historia cuando los Jedi (los miembros de la Orden Jedi, que estudia, sirve y usa las energías místicas de la Fuerza, el llamado “Lado Luminoso”) fueron destruidos por la Orden 66 y el aprendiz de Obi-Wan Kenobi, Anakin Skywalker, quien al final de ese filme se convierte en Darth Vader, caballero negro que abrazó el Lado Oscuro y es el villano por antonomasia de las tres primeras películas.
En la miniserie, durante el reinado del Imperio Galáctico, Obi-Wan (interpretado como en la serie de filmes/precuela que siguieron a la trilogía inicial por Ewan McGregor, quien volvió a blandir sables láser con maestría) está escondido en el planeta Tatooine, cuidando al hijo de Anakin, Luke, cuando lo llaman en una misión para rescatar a la hermana de Luke, Leia (sí, la princesa que en futuro encarnará Carrie Fischer), después de que ella es secuestrada por los inquisidores cazadores de Jedi del Imperio en un complot para hallarlo a él.
Esto lleva a una confrontación entre Kenobi y Vader, personaje que volvió a interpretar Hayden Christensen, en una revancha para el actor cuya carrera cayó en el ostracismo tras dejar al hombre enmascarado en 1999.

Sin adelantar mucho más de la historia (se sabe, el consumidor de plataformas streaming vive en alerta permanente de spoiler), se puede decir que hubo personajes que entraron con fuerza a la serie y luego fueron debilitando su influencia (el caso más ostensible es el de Reva, la Inquisidora Imperial interpretada por Moses Ingram, actriz afroamericana que sufrió ataques racistas tras su aparición), y otros que, al contrario, fueron engrandeciéndose a medida que corrieron los capítulos, como en el caso de Christensen.
También estuvieron Joel Edgerton y Bonnie Piesse como Owen y Beru Lars, más conocidos como el tío Owen y la tía Beru de Luke Skywalker. Quienes se encargaron de criar a Luke lejos de Darth Vader. Entre los malos, además de Reba se lucieron Rupert Friend (ex “Homeland”) como el Gran Inquisidor y Sung Kang como el Quinto Hermano, entre otros.

Mirada de directora
Otro de los logros que indicaron un cambio de rumbo satisfactorio para estos últimos dos episodios fue el trabajo de la directora canadiense Deborah Chow, que venía de dirigir dos episodios de “The Mandalorian”, la primera serie de la saga creada por Lucasfilm para Disney+ (disponibles sus dos temporadas en la plataforma) y de una calidad superlativa. Algo que no resultó beneficioso para “Obi-Wan Kenobi”, que lógicamente sufrió con la comparación.
Según Chow, su paso por esa serie fue clave: “Creo que no hubiese podido hacer esta miniserie si no hubiese hecho ‘The Mandalorian’ primero”. Aprendí muchísimo de Dave Filoni y Jon Favreau (N de la R: las mentes detrás de la ficción protagonizada por Pedro Pascal). Ellos realmente me guiaron en esa Galaxia en cuanto al estilo de narración y la comprensión, y también con respecto al tono que debe tener “Star Wars””, declaró.

Cuenta la directora que, en ese momento, la propuesta de “Obi-Wan Kenobi” le entusiasmó por dos motivos: por un lado, porque transcurría en un período dentro de la línea temporal de “Star Wars” que no había sido desarrollado, y por otro, porque se trataba de una historia impulsada por los personajes. “Esto era un enorme arco narrativo en el que estábamos tratando de contar una historia basada en los personajes a lo largo de seis episodios. Sentí que era muy importante tener una visión única y coherente de principio a fin. Fue una enorme cantidad de trabajo, pero me encantó poder elaborar algo a lo largo de todo el arco narrativo”.
Chow confiesa, a su vez, que sintió que la oportunidad de contar la historia a lo largo de seis episodios era única: “Una de las cosas que me entusiasmaron mucho fue la oportunidad de tomar la historia de principio a fin, porque uno así la siente propia.
La realizadora aspiró a honrar todo lo ya contado creando mundos nuevos: “Uno quiere expandir la Galaxia, pero tiene que sentir intuitivamente que es algo coherente. Lo sientes como algo que pertenece al mundo de “Star Wars” o no lo sientes”, explicó.
Los seis capítulos de “Obi-Wan Kenobi” están disponibles en Disney+ para verlos, ahora sí, de un tirón. Habrá quién los ame, quien los odie y quien sienta que pasó un buen rato de aventuras con personajes reconocibles y otros nuevos, todos habitantes del vasto mundo lleno de mística y mitificación creado hace casi medio siglo por George Lucas.