Luleå, un proyecto textil que busca revertir la cultura del consumo y del descarte

Mercedes Calo Stapich y Leonardo Mustafá El Abed lideran un emprendimiento de indumentaria pensado para la práctica de actividades mindful que además fomenta el desarrollo de la conciencia, reduciendo el impacto ecológico y creando comunidad para el beneficio de todos los seres de nuestro planeta.

Mercedes Calo Stapich y Leonardo Mustafá El Abed se conocieron gracias a Luleå. Él estaba empezando a darle forma a las ideas de un proyecto con el que siempre soñó. Ella trabajaba como ilustradora freelance y tenía un emprendimiento de objetos ilustrados. Sus caminos se cruzaron y al poco tiempo eligieron ser primero compañeros y luego socios

El nacimiento de su hija los invitó a plantearse si tenía sentido seguir trabajando en diferentes proyectos. Pero esa fue tan solo la excusa perfecta para pronunciar en voz alta lo que ambos ya estaban diciéndose en voz baja: el deseo de fusionar sus propósitos laborales

Desde el principio pensaron en Luleå como una marca de indumentaria de empresa B, planteando sus bases desde la responsabilidad social y ambiental, con una filosofía opuesta a la industria del fast-fashion, donde se produce mucho, rápido y con bajo costo, destruyendo a su paso el ecosistema, las economías alternativas y explotando a los trabajadores en condiciones indignas.

Creemos en la idea de regenerar nuestra comunidad, nuestra naturaleza de la que somos parte y que está siendo arrasada con tantos años de explotación”, dice Mercedes firmemente. “Queremos regenerar esta cultura del consumo y del descarte en la que estamos inmersos. Planteamos alternativas en todos los procesos: productivos, de venta, de comunicación y distribución para ser lo más amigables posible con las personas y el medioambiente.”

“Ser yogui no significa alcanzar un estado determinado, sino simplemente emprender la búsqueda de descubrir quién soy detrás del constante murmullo mental.”
(Mercedes Calo Stapich)

–¿Qué es ser una empresa B? 

Leonardo Mustafá El Abed: –Las empresas B usan la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales. Luleå fue certificada y recertificada a nivel global, después de pasar por un proceso riguroso en el que nos sometimos a la evaluación de terceros. Además tomamos todas nuestras decisiones desde un “proyecto regenerativo”. Donamos un porcentaje de nuestras ventas a diferentes ONG y realizamos acciones solidarias periódicamente, como una forma de activismo y con una genuina intención. En tiempos de “green-washing”, donde todas las empresas quieren decirse “sustentables” aunque no lo sean, está bueno contar con la aprobación de una ONG con trayectoria internacional que certifique que eso que estás comunicando es verdadero. Buscamos un cambio de paradigma que contribuya a salvar la humanidad y el planeta, generar conciencia dentro de la comunidad yogui para que, a partir de ese “despertar”, empecemos a entender lo que está pasando en el mundo.

–¿Qué es ser un yogui? ¿Se puede serlo estando en una ciudad caótica? 

Mercedes Calo Stapich: –Se puede ser yogui en cualquier parte del mundo, incluso en la ciudad más ruidosa. Ser yogui no significa alcanzar un estado determinado, sino simplemente emprender la búsqueda de descubrir quién soy detrás del constante murmullo mental. Y acá es donde aparece el yoga, que siempre llega para transformar y te pone de cara frente a tu realidad tal cual es. En ese reconocimiento, surge el cambio. Empezás a registrar tus patrones de conducta y desarmarlos de a poquito, a tomar cada decisión de forma consciente. Te torna más sensible, te genera un compromiso con la vida, con la de uno y con la de los demás. Este camino nos lleva a comprender que en esencia todos los seres vivos somos una sola energía, una sola conciencia, y eso te hace valorar cada instante en este planeta diverso y maravilloso. 

En el cielo con diamantes

Leonardo nos cuenta que Luleå es una ciudad del norte de Suecia y supo de su existencia planificando un viaje por Europa. En seguida, la vibración de la palabra le resonó como una melodía celestial en sus oídos. “Esta ciudad se encuentra donde desemboca el río Lule, uniendo Noruega y Suecia, lo cual funcionó como una metáfora del fluir, de dejarse llevar por el deseo profundo, y también de unir comunidades que, en parte, es la misión de nuestra marca”, dice. “Diseñar el logo fue más laborioso que pensar en el nombre. Tenía la idea de que se viera reflejada la apertura de una flor, como metáfora de la iluminación, del despertar de la conciencia.” 

–¿Qué es Luleå Mothership?

M. C. S.: –Es el espacio que soñamos y que hicimos realidad en la ciudad de Mar del Plata. Allí converge todo lo que es nuestra marca como concepto: la propuesta de una vida más consciente, saludable y sostenible. En Luleå Mothership conviven la tienda, nuestro estudio 14/7 Vinyasa Yoga y No Coffee No Prana, nuestra cafetería de especialidad que, además, es vegan friendly. Ahora estamos construyendo un nuevo espacio en Chacarita que se llamará Luleå Lighthouse. También va a tener tienda, estudio de yoga y café plant based, pero además sumamos la construcción responsable, energía solar, recolección de agua de lluvia, huerta y formato escuela-taller para seguir expandiendo la educación y el activismo ambiental. Estamos muy cebados con este nuevo proyecto. Esperamos abrir sus puertas en junio.

–¿Qué es lo que el cliente busca y necesita en función de la vestimenta a la hora de realizar actividades mindful?

M. C. S.: –Para la práctica de asana es fundamental tener ropa que acompañe el movimiento, que ajuste pero no limite, que se adapte a tu cuerpo y no te distraiga con incomodidades. Ofrecemos prendas técnicas que están diseñadas específicamente para yoga, con detalles que suman confort y resistencia. Consideramos parte fundamental de nuestra misión el hecho de producir prendas de alta calidad, multifuncionales y durables para consumir menos pero mejor. También ofrecemos seis meses de garantía, reparaciones sin cargo y el proyecto de economía circular. Son prácticas pensadas para honrar las prendas que nos acompañan y no considerarlas un elemento a descartar, como sucede con la mayor parte de lo que consumimos hoy. 

“En tiempos donde todas las empresas dicen ser ‘sustentables’, está bueno contar con la aprobación de una ONG que certifique que eso que estás comunicando es verdadero.”
(Leonardo Mustafá El Abed)

–¿Cómo es el proceso de producción de las prendas ligado a la reducción del impacto ecológico? 

M. C. S.: –Elegimos los procesos de producción con responsabilidad y cuidado, poniendo atención a los detalles. Trabajamos con pequeños talleres familiares o microemprendimientos en condiciones dignas, libres y legales, para fomentar la equidad y el desarrollo económico sostenible. Usamos un packaging zero waste (cero basura): entregamos las prendas en bolsas de film vegetal compostables y solubles en agua. 

L. M. E. A.: –Además, nuestras etiquetas colgantes fueron diseñadas para usarse como señaladores, y la totebag de tela es lavable para ser reutilizada. Tratamos responsablemente los residuos de la producción y de nuestro trabajo cotidiano, compostamos, reciclamos, medimos el impacto ambiental del transporte, planeamos la distribución para reducir el impacto negativo y hasta medimos cuántos de nosotros vamos a trabajar en bici. Estamos en vías de compensar todas las emisiones de carbono de la historia de nuestra marca para ser neutrales en carbono. 

M. C. S.: –También minimizamos el descarte de la tela al momento de cortar, utilizando programas de corte que maximizan la eficiencia. El descarte que no se puede evitar es reutilizado en nuevos productos. Impulsamos un proyecto de economía circular para reducir el número de prendas que son descartadas, posibilitando que los clientes puedan entregar sus Luleå que ya no usen a cambio de un cupón de compra que equivale al 25 por ciento del precio actual de un producto nuevo de iguales características. 

Esperanza de liberación

Al escuchar hablar a Mercedes y a Leonardo no puedo evitar pensar que quienes nos lean pueden llegar a sentir que muchas veces el aporte individual tiene sabor a poco. Que el mundo es inmenso y que lo que uno haga o deje de hacer no hace la diferencia. Y el gran “¿para qué sumarnos?”.

A veces los pensamientos que nos aturden y se hacen oír más que otros son tan solo una manera de invitarnos a dudar, aunque sea un ratito, para –a fin de cuentas– reafirmar lo que nuestra alma nos viene recordando. Y aquí es cuando se nos aparecen personajes como Paul McCartney, por ejemplo, que junto a sus hijas creó la campaña Meat Free Mondays (Lunes sin Carne), que tiene como objetivo crear conciencia sobre el impacto ambiental del consumo de carne.

Y uno dirá: “¿Con no comer carne un día a la semana, como sugiere el ex beatle, vamos a ayudar en algo al mundo entero?”. Sí, está comprobado científicamente que se reducen significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero al tener, al menos, una comida sin carne a la semana. Sigo perdida en mi hilo de pensamientos y se me aparece ahora Eduardo Galeano y una frase que se le atribuye: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Casi como reafirmando a Paul en mi novela mental. 

Aprovecho estos disparos cerebrales y, en un rapto de impulsividad absoluta, se los comunico a Mercedes y Leonardo. Les pregunto si hay algo de todo este universo que les recito que les resuena con lo que Luleå transmite. 

Casi no hay silencio, inmediatamente afloran las palabras.

M. C. S.: –Esa frase de Galeano nos representa muchísimo. De hecho, en nuestra web tenemos otra que dice: “Yoga significa unión, es la unión de todos nuestros esfuerzos para hacer de este mundo, uno mejor. Luleå es nuestro granito de arena”. Sabemos que el mundo es inmenso, que hay corporaciones gigantescas destruyéndolo todo, que los intereses económicos no saben de amor y empatía. Pero también sabemos que estamos llegando a un punto de no retorno y que el momento de cambiar es ahora. Cada vez somos más las personas pequeñas haciendo cosas pequeñas. Definitivamente, vamos a cambiar el mundo juntos.

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