Cigar bar: sólo para hedonistas
Lejos de los estereotipos, la ceremonia íntima de los puros conquistó a mujeres y hombres jóvenes que triunfan en sus profesiones y encuentran en este exclusivo ritual el delicioso placer de hacerse humo.
La ceremonia del puro requiere de ciertos códigos. Conocerlos es pertenecer a un universo misterioso y exclusivo. La experiencia es íntima, es un placer al que hay que entregarse entero, sin prisas, por puro deleite. Favio Palazzi, gerente general de Puro Tabaco SA (distribuidora exclusiva de habanos para la Argentina, Uruguay y Chile), define: “Fumar un habano es dejarse llevar por el disfrute, relajarse y distender los pensamientos”. Los detalles hacen a la cosa, como explica el sommelier especializado en tabaco Pablo Colina: “Más allá de tener tiempo y un lugar para fumar, se necesita un buen cortapuros para no lastimar el cigarro, un encendedor o, mucho mejor, varillas de cedro; un cenicero grande, un encendido cuidado y parejo. Y también, claro, una bebida para acompañar el momento”. Entonces, y sólo entonces, los secretos del humo podrán ser revelados.
“Fumar un puro es una búsqueda. La misma búsqueda de sabores, aromas y sensaciones que experimentamos al beber una malta, un vino, un coñac o un ron”, dice Matías Bernasconi, supervisor y bartender del Oak Bar del Palacio Duhau. “Lo primero es elegir el cigarro, controlar al tacto que tenga la humedad exacta, el corte, el encendido, el primer aroma, el sabor que va recorriendo el paladar, un buen coñac, un oporto o un ron que acompañe”, sugiere Fernando Alcuaz, del Cigar Bar del Alvear Palace Hotel.
Pertenecer tiene sus privilegios
Los clubes de fumadores se están poniendo de moda y funcionan en los llamados cigar bars. Algunos son tabaquerías que se van aggiornando y ofrecen bebidas, o al revés, bares que ofrecen la posibilidad de fumar un puro o comprar tabaco (incluso con humidor y cava bien nutrida). Pero la nueva tendencia es visitar un cigar bar, lugares especiales que no sólo le ofrecen al fumador la posibilidad de comprar puros o habanos de la más alta calidad, sino que cuentan con atractivas propuestas para acompañar el placer del humo. Asesoramiento, catas, degustaciones, clases con maestros torcedores, maridajes con chocolates, bebidas, gastronomía, lockers a temperatura adecuada para guardar los propios puros y accesorios para fumar. Es el caso de Vuelta Abajo Social Club, uno de los pocos cigars bar de la ciudad que ofrece todo esto. Su dueño, Nicolás Weil, cuenta: “Esto no es una tabaquería, eso está obsoleto, yo propongo un club de fumadores en el que se brinda un servicio especial. Hoy tenemos 1.500 socios, es un gran submundo, conservador, que prefiere mantenerse en el misterio. Venís a buscar el producto, pero con nuestro asesoramiento se produce un encuentro con lo sensorial. Es pertenecer a un universo para pocos. Acá viene gente que se olvida de todo cuando cruza la puerta y se encuentra con otros que tienen el mismo interés: fumar puros, habanos, tabaco. Hay pocos cigar bar como este, no somos un bar que ofrece puros, acá funciona un club; la gente que viene pertenece, tiene membresía”.
Un universo particular
“Los consumidores tienen entre 35 y 65 años. En general son profesionales de nivel socioeconómico alto cuya cualidad principal es la de ser hedonistas y exitosos. Son personas que ante todo realzan el disfrute de lo que hacen y que, además, el éxito los acompaña en su vida en general”, explica Palazzi. Sobre cuál es el estilo de cigarro preferido entre los porteños, Ana Alsogaray, experta de Prado y Neptuno, aporta: “Es difícil determinar cuál es el puro favorito del fumador porteño, pero sin duda el habano (el que se produce en Cuba, que tiene denominación protegida) es el más buscado”. Para Weil, los fumadores son curiosos, pueden tener su puro de cabecera pero siempre están abiertos a probar novedades. Rodrigo Torelli, de Puro Bistró, suma que los habanos están primeros en la lista (Cohiba, Partagás, Montecristo y Romeo y Julieta, entre las marcas más vendidas), pero también hay demanda de puros de otros orígenes, como de Nicaragua, México, República Dominicana y Honduras, entre otros.
Las mujeres también fuman Claribel Terré Morell es la presidenta del Club de Mujeres Fumadoras de Habanos. “Nos reunimos desde hace seis años, somos entre 45 y 60 mujeres que nos juntamos en casas o en un cigar bar. Compartimos esta pasión, hacemos catas, degustaciones. Hay mujeres de todo tipo, muchas argentinas, aunque la mayoría son extranjeras. Derribamos muchos mitos, como que las mujeres fumamos sólo tabaco suave o cigarros pequeños, que duran menos. Todo eso no es cierto, cada una tiene su gusto.” Weil agrega: “Las mujeres que fuman puros son extravertidas, con mucha personalidad, no es fácil sentarse entre veinticinco hombres a saborear un habano. Las que lo hacen son admirables”.
Nuevas tendencias
Todos los consultados coinciden en que la vorágine de la vida actual está cambiando un poco los tradicionales hábitos de los fumadores. Palazzi resume: “Las nuevas tendencias en consumo son formatos cortos, de entre 11 y 13 cm de largo, de calibres gruesos. También se buscan habanos elaborados con hojas de tabaco más añejadas. Hoy, la ecuación sería “tengo poco tiempo para disfrutar un muy buen puro”. Un placer caro que genera cada vez más fanáticos.
Para visitar
Vuelta Abajo
Vuelta de Obligado 1932 o Guido 1949
Tel.: 4896-1849
Prado y Neptuno
Ayacucho 2134
Tel.: 4802-9872
Oak Bar (Palacio Duhau)
Avenida Alvear 1661
Tel.: 5171-1350
Alvear Palace Hotel
Av. Alvear 1891
Tel.: 4808-2949
Puro Bistró
Thames 1920
Tel.: 4776-8129
Algunos de los habanos más elegidos
Cohiba línea Behike ($410 a $540 por unidad)
Cohiba línea Maduro 5 ($150 a $350 por unidad)
Montecristo Edmundo ($164 por unidad)
Partagas Serie D Nº 4 y Serie P Nº 2 ($140 a $165 por unidad)
Romeo y Julieta Wide Churchill ($150 por unidad)