Turismo de Estancia: una escapada rápida hacia la desconexión
Esta modalidad de turismo se ha ido potenciando con el transcurso del tiempo, hasta llegar a su máximo esplendor en la actualidad. Las estancias están preparadas para brindar al turista confort, buena gastronomía y vida silvestre. Lo simple y el retorno a la esencia, ha ido ganando terreno en los últimos años, por eso, el destino rural es una opción cada vez más elegida por aquéllos viajeros que buscan hacer una escapada rápida de la ciudad.
Ya no es necesario recorrer cientos y cientos de kilómetros para respirar otro aire y dejarse abrazar por la madre tierra; a sólo una hora y media en auto, desde la Capital Federal, se encuentra Lobos, la ciudad natal de Juan Domingo Perón que conserva su casa de la infancia como un museo abierto a todo público. A pocos kilómetros del centro, escondida en la ruta, sin una gran señalización, se ubica una de las mejores opciones, en cuanto a turismo de estancia se refiere: La Candelaria.

Un viaje en el tiempo
En medio de la llanura pampeana, se yergue este enigmático castillo de estilo francés, construido en el año 1894, que enamora a sus visitantes. Enmarcado en un maravilloso parque diseñado por el paisajista Carlos Thays, el mismo de los Bosques de Palermo y el Rosedal, la fortaleza magnetiza a quien lo visita o se aloja en él. El lugar es un oasis de ensueño, rodeado de naturaleza, paz y tranquilidad.
Después del apacible viaje, llegamos a las puertas del palacio que se abrieron de par en par y, con ellas, las de la imaginación también: quienes leyeron o crecieron escuchando las historias de Glastonbury, el Rey Arturo, Camelot, el mago Merlín, Ginebra, Láncelot y el Santo Grial, rápidamente se sentirán tentados a jugar y recrear las ¿fantasías? de su niñez en las instalaciones que el castillo ofrece. ¡Es que el sitio parece salido de un cuento de hadas!
Los baños circulares que se encuentran forjados en las torres, el balcón y las ventanas con vista al parque, las fuentes y las estatuas, el piano nobile, el rechinar de las maderas de los pisos de los pasillos al andar y el salón de estar, devenido hoy en desayunador, dan un marco de leyenda a la estadía de cualquier turista.
Ubicado en el corazón de las 40 hectáreas de la estancia, en plan romántico, se ofrece la posibilidad de alojarse en el Molino holandés de estilo campestre chic. En otro espacio, encontramos la opción de las habitaciones con estilo colonial y los bungalows, ideales para familias o grupos. El hecho de que la señal de wifi sea intermitente y no haya televisión en las habitaciones, es absolutamente perfecto para desconectarse de todo.

Tiritan, azules, los astros a lo lejos
Lobos sorprende con sus cielos. La noche estrellada merece una mención aparte: si está despejado, no hay manera de no caer rendido ante la imponente majestuosidad del firmamento que muestra a la vía láctea en su máximo esplendor. Y aún es más emocionante, si tenemos la fortuna de captar alguna estrella fugaz y pedir un deseo al universo. El fundirnos con esta experiencia de observar, nos regala la oportunidad de recordar lo pequeño que somos los humanos transitando esta inmensidad a la que llamamos tiempo. Las caminatas nocturnas por el jardín, invitan a la introspección, pero también está la opción de resguardarse en el fogón de La Caballeriza bar, degustando algún trago.
En el día hay distintas actividades para todos los gustos: bicicletas, cabalgatas, tenis, futbol, juegos de mesa, ping-pong, pool, piscina descubierta o sino, el simple hecho de contemplar la vasta llanura de nuestra pampa, es más que revelador. Hay también actividades especiales según los días de la semana: es muy recomendable hacer la armonización con cuencos tibetanos, ya que tiene un efecto sanador en el caduceo y fortalece la unidad entre cuerpo, mente y espíritu.
En la antigüedad, los griegos y los romanos sostenían que el reino animal, principalmente los pájaros, habían inventado la música y los seres humanos, por mímesis, la aprendimos de ellos ¿Es posible que las aves expresen emociones a través de su canto? No parece una idea tan descabellada. Creamos en esto o no, es indiscutible la belleza que emiten con sus sonidos y esta estancia pareciera ser el hogar de un coro que alberga a cientos de especies distintas que se vanaglorian con sus diversos cantos, mientras planean por los aires o descansan entre las copas de los árboles.

Dime lo que comes y te diré quién eres
Una pieza fundamental del turismo de estancia es la gastronomía, por eso cabe destacar la acertadísima propuesta del restaurante Chukker 5, que ofrece platos abundantes con una pisca de sofisticación. Todas sus comidas tienen una base de inspiración rural, acompañada con un vuelo de creatividad que hacen de la ensalada reliquia y la bondiola braseada por 36 horas, dos de los majares de la carta.
Si bien los platos fuertes, como no podía ser de otra manera en el campo argentino, incluyen carne, hay varias y muy buenas opciones para vegetarianos. El desayuno es variado, con un gran buffet a disposición, pero lo mejor de todo, es que se sirve en un salón de estilo rococó, con un techo extraordinario, con vistas al parque. La calidad del servicio en los distintos ámbitos es excelente.
Datos importantes
1. Para los que no cuentan con auto, o simplemente, no quieren hacer uso de él, hay servicios de combis que sale de distintos puntos de Capital Federal a Lobos.
2. Una vez llegados al centro de la ciudad, pueden tomar un remis. Roberto trabaja en conjunto con La Candelaria y vive hace más de 30 años en el +54 9 2227 45 8588.
3. Nota: lleven repelente dado que, por momentos, hay invasión de mosquitos.
Estancia La Candelaria
Ubicación: Ruta Nacional 205, km 114,5 Lobos, Provincia de Buenos Aires.
Créditos
Fotos: Gimena Bugallo