Pilar Gamboa: "Los trabajos comerciales me han dado un aprendizaje enorme"
Pilar Gamboa sabe que tiene oportunidades. Consciente de su talento y ductilidad recorre el espacio interpretativo independiente pero también el más popular sin renegar de ninguno. La actriz que viene de destacarse por sus interpretaciones en la serie División Palermo y en la película 30 noches con mi ex, no se queda quieta: acaba de terminar el ciclo de entrevistas Un acto de fe, donde dialogó sobre el oficio con colegas actrices y actores (Érica Rivas, Juan Minujín, Mercedes Morán y Daniel Hendler) y ahora está presentándose con el proyecto en construcción Parlamento, de Piel de Lava, célebre colectivo teatral del que es miembro fundadora, y también con Sombras, por supuesto, del grupo El silencio, con dirección de Romina Paula, ambas en la sala Arthaus Central. El Planeta Urbano pudo hablar con ella para conocer más detalles de su brillante presente.

–Hiciste un ciclo de entrevistas a actores y actrices, ¿te interesa indagar en la profesión, pero desde las cosas que te pasan a vos?
–Y sí, porque yo soy actriz y estoy entrevistando actores y actrices, entonces también hay algo de que no soy periodista pero me gusta preguntar, me gusta escuchar, viste esa gente que dice: “¿Por qué siempre te cuentan a vos?”. No sé, a mí me gusta porque se ve que estoy disponible para eso, para escuchar. Igual, siendo actriz, hay algunas preguntas que son agua para mi molino porque les quiero sacar información a estos actores que tanto admiro. Se armó algo re genuino, re interesante, de desmalezar de la actuación y ver qué zonas de sensibilidad le tocan a uno y qué zonas de sensibilidad le tocan al o la otra.
–En el ciclo estaba Pilar ahí sentada dialogando con un compañero, una compañera. ¿Qué pasaba ahí en ese momento en el teatro?
–Es interesante porque siento que era algo muy teatral y muy genuino que también lo íbamos armando entre todos, además porque después la gente preguntaba cosas también o sea que sí, era un armado colectivo. Yo decidí estar lo más presente posible en esa charla para poder conversar y siento que me pasa un poco cuando actúo también pero bajo la máscara de algún personaje.

–¿Cómo es para vos seguir trabajando en áreas más independientes de la profesión y en otras más comerciales?
–No es que si yo hago algo de tinte más comercial, hago otra cosa, yo le perdí el prejuicio. Por ahí cuando empecé a actuar era de pensar: “La tele es lo peor del mundo”, pero a mí me divierte tanto actuar y me gusta tanto y pienso tanto en la actuación y me prende tan fuego actuar que, aunque esté haciendo algo que no me interese o no me guste mucho, igual voy a poner ahí mi impronta para divertirme, por eso intento ir sin prejuicios.
Además, los trabajos más comerciales me han dado un aprendizaje enorme y como actriz tuve que resolver situaciones. Me salió así, me sale así, puedo protagonizar una película con Suar y una obra en una residencia artística. Creo que todo eso va constituyendo quién soy sin planearlo. Además, yo empecé tarde, a los 30 empecé a trabajar en la tele, que no es lo mismo que si empezás a los 18.
–¿Cuánto influye la mirada del otro en lo que vas haciendo y en cómo te vas sintiendo como actriz o como madre, en cualquier ámbito?
–Un montón me influye. Yo creo que también uno se para arriba de un escenario básicamente por un estado de carencia enorme: que es que quiere ser querido. Entonces me influye un montón a lo largo de mi vida, a lo largo de la terapia. He tratado que no me influyera tanto, de empezar a decirme: “Bueno, si te influye mucho, mucho, te obtura”.
–Es un año con mucho reconocimiento, Cóndor de Plata por el protagónico en 30 noches con mi ex, nominación por tu personaje en División Palermo, Mejor actriz en los premios Produ, ¿cómo te sentís con esas distinciones?
–Me re gusta, me encanta recibir premios. Me da mucha pena que no pude ir a las entregas, pero los premios me ponen re contenta, no sé por qué, me pasa algo como si me ganara la Copa, me dan ganas de besarla, como el Diego. Es como cuando eras chico y ganabas un trofeo por algún deporte.
Ganar por 30 noches con mi ex fue de una gran alegría porque como actriz fue una película muy riesgosa, no riesgosa por su arriesgue, sino porque tenía que actuar en un contexto más comercial, tocando una tecla que no había tocado nunca.

ACTUAR Y MATERNAR
–¿Cómo hacés para repartirte entre los ocho mil proyectos que tenés y la vida familiar?
–Malabares. La verdad, malabares, porque sí; trabajo mucho, pero a la vez estoy bastante también en mi casa. Tengo una niñera que se llama Yami, que me ayuda un montón con los chicos, y también mi novio, el padre de las niñas, que nos vamos repartiendo tareas, y a la vez también siento que materno un montón, sí; con un cansancio que no conocía, un cansancio completamente nuevo, porque además tengo dos hijos muy chiquitos.
Pero también siento que si no hiciera todo lo que hago, sería peor madre. Viste que cuando uno sale de la casa para hacer cosas que le gustan, después vuelve y es mejor persona. Hay cosas que cuando estás ahí, no sé, te modifican; una charla que tuviste donde aprendiste algo nuevo y después tenés algo nuevo para dar.
Si no siento que se me volvería muy autómata la maternidad. De esta manera lo voy llevando por zonas que a mí me gustan y siento que igual puedo estar un montón y que si salgo a hacer lo que me gusta, cuando vuelvo, soy una mejor versión de mí misma para mis hijos.

–De todo lo que te habían dicho sobre la maternidad, ¿qué cosas comprobaste y qué cosas nadie te avisó?
–Comprobé que no se duerme, aprendí a funcionar con menos horas de sueño y voy bien. Lo que también comprobé es que mi tiempo personal lo aprovecho mucho más: si tengo dos horas, las recontra exprimo, son esas dos horas y valen oro.
Además, la maternidad me dio un saber, un conocimiento, una experiencia, y me devolvió algo de mi propia infancia, de criar, de cuidar a una persona, de cuidar a dos personas, de cuidarlos de verdad... me espejó algo de una emoción muy profunda y de mi propia infancia, de cómo fui criada. Todo eso que se retroalimenta con la propia historia, que me parece fascinante, y creo que te lo da la maternidad.