Esteban Prol: "Todos tenemos un universo infinito, solo hay que aventurarse a descubrirlo"
La valentía de ir al encuentro de uno mismo es un acto profundamente revolucionario en un mundo que, muchas veces, nos impulsa a conformarnos con lo superficial. En este sentido, Esteban Prol parece ser un alquimista de la incertidumbre, la autenticidad y la búsqueda permanente.
Con una colección de éxitos televisivos en su haber ("El agujerito sin fin", "Montaña rusa", "Floricienta"), hoy se muestra generoso a la hora de conversar y abierto a reflexionar sobre su trabajo y la huella que le gustaría plasmar en su paso por la vida:
“Vine acá a evolucionar, a aprender y a dejar el alma lo más luminosa posible pero tengo mis cosas también –reconoce con naturalidad–. . Lo principal es ser uno mismo, después lo demás se adivina, se insinúa o se traduce desde algún lado, en mi caso es a través del arte”.

En esta charla revela esos proyectos que abarcan la dirección teatral, las letras, la música y, por supuesto, también la actuación que por estos días despliega con la obra "Es solo sexo", donde comparte el escenario del Picadilly con Andrea Salonia, Paula Morales, Mercedes Lambre, Alejandro Botto y Sergio Surraco, bajo la dirección de Iván Sineiro.
“Es la historia de tres parejas amigas que, a partir de un hecho puntual, terminan intercambiándose entre sí y lo divertido pasa a ser un dilema. Es una comedia donde la gente se ríe muchísimo, opina durante la obra y, a la vez, se queda reflexionando. Es tan fuerte el espejo que devuelve que es imposible no sentirse identificado”, resume.
ACTUAR, DIRIGIR, ESCRIBIR
–Tenés una importante trayectoria como actor pero ahora también estás dirigiendo, ¿qué me podés contar de esos proyectos?
–Estoy en la dirección de dos obras, una se llama "El ascensor", y se va a estrenar el 6 de octubre en el teatro Border, y la otra es "Laghansa", que está ahora en Microteatro con David Masajnik y Victoria Arrabaça. La idea, al menos, es divertirnos primero, eso ya es una bendición, porque no hay plata que te pague pasarla mal. Como director, me interesa que realmente se pueda contar el cuento de la manera más creativa y lúdica posible.
–Más de una vez mencionaste que te gusta escribir, ¿se viene una obra de tu autoría?
–Yo escribo canciones. Ahora estoy en etapa de hacer la preproducción de unos temas míos junto con Rafael Varela. Tengo más amigos músicos que actores, esa es la realidad, y yo toco muchos instrumentos pero tres notas cada uno y todo mal, pero me divierte ese mundo.
Me gusta tanto la música que me vuelvo muy exigente, por ejemplo, no le haría escuchar una canción mía a mi hijo, le diría que mejor ponga a Spinetta. Con la escritura es lo mismo, no le daría mis cuentos o poesías, le recomendaría que vaya a leer a Borges.

–¿No creés que esa autoexigencia puede generarte una presión excesiva?
–Sí, ¡claro! Ese es el tema que trato todo el tiempo en terapia, pero también me divierte. Hago las cosas y a través del juego y la curiosidad voy logrando el aprendizaje. Eso a mí me traduce, me lleva a ser mi propia energía y lo disfruto. El arte desde algún lugar a mí me ha salvado, me ha transformado, me ha hecho entender el mundo y la vida, siempre con humor, por supuesto, que es lo que me ayuda a tener perspectiva.
–Sos un artista multifacético, ¿hay alguna rama con la que te sientas más identificado a la hora de comunicar?
–Depende del tiempo y el espacio. Por ahí en ocasiones uno puede comunicar mejor con determinadas herramientas y luego, en un contexto diferente, surgen algunas otras. Ahora hace rato que vengo escribiendo dos cómics y quiero ver si al menos termino uno para fin de año.
Me fascina el cómic, pero lo hago desde un lugar mucho más independiente, si se quiere. Dibujo con mi forma y mi estilo que es muy emocional. Desde la adolescencia tengo grandes cuadernos en espirales que tienen mi vida ahí adentro, si bien los hice para mí, me parece que en un momento dado está bueno que algunas cosas salgan a la luz.
Igual creo que siempre el mensaje es el mismo, traducido en diferentes disciplinas. Para mí todo se trata de dar lo mejor, recibir lo más hermoso, dejar un lugar más bonito del que encontré y que haya de todo para todos. Creo que inspirar a otros es el mayor elogio al que uno puede acceder, esa es un poco la idea: animarnos entre todos.
EL ARTE COMO TERAPIA
–Esto que decís me hace acordar a la entrevista que te hizo hace poco Gastón Pauls en "Seres Libres", en donde contaste que le hiciste un libro para acompañarlo en su recuperación, con una playlist especial para cada etapa.
–Es que Gastón es familia, ¿cómo no iba a hacer eso? Expliqué también que me enojé un poco con él por no habérmelo dicho antes y sentí vergüenza conmigo, porque creí no haber sido tan buen amigo para brindarle la confianza necesaria para que se abra.
Hice eso para que entienda que siempre de mi lado iba a haber un abrazo y que jamás lo iba a juzgar, porque también él me ha rescatado a mí, ya sea escuchándome o regalándome una mirada nueva para poder ver las cosas desde otra óptica. Ese libro fue una forma de reparar la confianza.

–¿Se te ocurrió replicarlo en serie para que le llegue a otras personas que puedan estar atravesando un proceso de recuperación?
–Eso se le ocurrió a Gastón, dice que hay que editarlo en todo el mundo ¡qué sé yo! No suelo pensar en el resultado, las cosas tendrán el camino que tengan que tener. Por ejemplo, en cuarentena hice un piloto hermoso que se llama "El cuento o la canción", lo escribí, lo actué, lo dirigí y ahora lo estoy moviendo en diferentes mercados. Está teniendo tan linda recepción que creo que es inevitable que en algún momento tenga su lugar. Es muy especial para mí, porque es inclusivo y eso tiene que ver con mi energía inherente.
Siempre estoy ocupado tratando de hacer algo de alquimia en la torre, de sembrar una buena semilla para que, como te decía antes, inspire a los otros, lo principal es dar amor. Todos mis amigos se sumaron enseguida al piloto, con gran disposición y eso me hace sentir que soy rico.
EXPERIMENTOS Y CREENCIAS
–Acabás de estrenar la obra "Es solo sexo" y ahora se viene la serie "Previa", de Victoria Chaya Miranda. Parece que el tema de la sexualidad es recurrente en tu trabajo actual.
–Sí, es verdad, la filmamos en Córdoba. La serie la va a romper, primero, porque tiene un elencazo increíble; segundo, porque Victoria es una realizadora maravillosa, y después por el tema que trata que es, justamente, la previa del sexo, desde un lugar muy particular.
El guion lo hizo junto con una sexóloga y una psicóloga y propone descubrir una sexualidad que uno cree que no existe y sí. Está basado en hechos reales. Son ocho capítulos, el que me tocó a mí es con Mariana Genesio Peña y César Bordón.

–Es habitual escucharte decir la frase: “Soy creyente, pero no religioso”, ¿en qué creés?
–En que hay algo que si vos golpeás la puerta y tenés claro lo que querés, aparece. Los milagros existen, yo viví milagros, pero reales, concretos y no hablo de la parte religiosa, por favor que no se malinterprete. Esto sería ya para otra nota igual, porque no sé si lo puedo abarcar en un solo párrafo.
Creo que hay una inteligencia superior, llamala Dios, Universo o la vida misma. Hay una sintonía que cuando la surfeás, hace que suceda lo que tiene que suceder y ahí aparece la persona, situación o proyecto que tiene que aparecer. Por eso es tan importante mirar para adentro. El único viaje es hacia uno mismo, para eso venimos a este plano, esa es mi creencia, no es la verdad.