Vinos La Flor: una historia familiar contada desde las copas
Se trata del proyecto de la cuarta generación de la familia Pulenta, compuesta por los primos Eduardo, Diego y Nina Pulenta, quienes tuvieron el deseo de contar su propia historia y dejar su huella en un legado familiar de más de 100 años. Algo que empezó como un juego, se convirtió en una pasión y en un trabajo conciente.
“Todo comenzó hace 5 años atrás, cuando decidimos tomar la línea La Flor y empezar a darle nuestra impronta, buscando crear vinos con el equipo enológico más joven de la bodega”, comentó Eduardo Pulenta (hijo), cuarta generación y gerente comercial de Pulenta Estate.

El cambio de imagen estuvo a cargo de Nina Pulenta, Europe & Asia Brand Ambassador y Directora de Marketing de la bodega, para el cual trabajaron con un prestigioso estudio de Londres, especializado en diseño sustentable.
“Buscamos una imagen que represente el estilo de los vinos de La Flor y también que nos identifique a nosotros como generación. El diseño final es súper minimalista, simple y elegante. Trabajamos un año en su desarrollo y sentimos que pudimos transmitir el espíritu de la marca y sus valores”, detalló Nina.
La novedad de La Flor no es sólo estética sino que conlleva una apuesta ecológica seria que incluye desde energías renovables en la bodega, manejo del suelo, uso eficiente del agua, hasta el cambio de la botella por una de 85% de vidrio reciclado, más liviana para reducir la huella de carbono en el transporte y un programa de reciclado con comunidades locales. Además, tienen el primer punto de carga en una bodega argentina para autos eléctricos.

EL EVENTO
El Wine Studio donde se presentaron las novedades de La Flor consistió en una instalación artística en formato pop-up de cinco días que ofreció diversas propuestas sensoriales. El impacto visual se lo llevó el video dirigido por Olivia Parra proyectado en una instalación cúbica creada por el diseñador Javier Pita. Fue como espiar pequeñas escenas del trabajo cotidiano en la finca y los procesos de elaboración del vino. Además, hubo un interesante laboratorio de aromas de La Flor donde los invitados jugamos a reconocer las notas olfativas presentes en los vinos.
Al momento de la degustación, probamos la cosecha 2022 de La Flor Malbec, elaborado con un blend de dos fincas, una de Valle de Uco (que da vinos más concentrados) y la otra de Agrelo, Luján de Cuyo (de aromas más frutales y florados; vinos fáciles de tomar). El resultado: un vino redondo, estructurado y amable. La Flor Cabernet Sauvignon es 100% de Agrelo, un vino suave, de perfecta madurez de taninos y buen volumen en boca que lo hace fácil de beber.

La Flor Blend, el gran corte de tintas está hecho con 45% de Malbec, 45% de Cabernet Sauvignon y 10% de Merlot, dando como resultado un vino de taninos suaves, muy equilibrado. La línea se completa con un Sauvignon Blanc de uvas de Valle de Uco y de Agrelo, y un Malbec Rosé de la misma finca. En todos los casos, las uvas provienen de viñedos de fincas propias de la familia Pulenta.
Son vinos jóvenes y frescos que tienen poco paso por madera (se utilizan barricas usadas) para que se exprese bien el varietal de las fincas. Este fue otro de los cambios de la línea La Flor, uno sutil: quitarles a los vinos un poco de madera para que tengan mayor pureza varietal y sean más minimalistas, tal como la nueva imagen. Son etiquetas de excelente relación precio-calidad ya que su valor ronda los $2.500.

Para maridar, la chef Titi Siegrist ideó un menú pensado especialmente para realzar los vinos de La Flor, basado en materias primas nobles y productos de estación, con mayoría de platos sin gluten, vegetarianos y veganos.
“La Flor es una celebración de nuestro amor por el buen vino, un reflejo de lo que hemos aprendido y hacia dónde nos dirigimos. Al igual que nuestros padres, lo estamos haciendo a nuestra manera”, Diego Pulenta.