Miami: por qué vale la pena seguir eligiendo a la "Ciudad del sol"

Tomar un baño de inmersión mirando la puesta del sol frente al mar turquesa de las costas de Florida es una experiencia mágica: allí, en el piso 15 de nuestra suite, el mundo se detiene y el estrés desaparece.

¿Quién no es feliz como huésped del Ritz? ¿A quién no le gusta -al menos por unos días- esa sensación de verano eterno que invade Miami? El sol omnipresente, el mar cristalino de aguas cálidas y la arena blanca finísima se conjugan perfectamente con el servicio cinco estrellas y las comodidades del primer mundo que ofrece un destino como Bal Harbour.

El comienzo de un viaje 5 estrellas

Nuestro viaje comienza con una estadía en el Ritz Carlton de Bal Harbour, uno de los hoteles más elegantes de todo Miami, donde las habitaciones miran a la bahía y donde es posible tomar un baño con paredes de cristal que dan a la playa misma. También podemos desayunar con vista al mar, tanto desde nuestra suite como desde el restaurante de la planta baja, que ofrece opciones a la carta con platos asombrosos: avocado toast XL, acai brasilero, french toast y una patisserie digna del mejor bistro frances.

La piscina de este hotel es inmensa y también tiene vista al mar. Es mejor disfrutarla por la mañana, cuando da el sol, y pasar la tarde en la playa. En ambos casos, el Ritz cuenta con un impecable servicio de reposeras, toallas,  bloqueadores solares, cremas humectantes y camareros disponibles para cualquier antojo que nos invada mientras descansamos contemplando el agua.

Para almorzar y cortar con el sol, Bal Harbour ofrece alternativas únicas en un destino de la playa: a metros de nuestro hotel, Bal Harbour Shops se extiende sobre la Collins Avenue con las firmas de moda más importantes del mundo y grandes opciones gourmet. En nuestro caso, elegimos un almuerzo en Carpaccio, un clásico italiano de Miami donde el excelente servicio y los platos deliciosos se mezclan con el jet set local para brindarnos una experiencia inolvidable. Si uno no va a Carpaccio, es que no visitó Bal Harbour.

Las tardes en el Ritz incluyen caminatas por la playa o sesiones de spa, todo al alcance de la mano en la privacidad de un reducto íntimo en el que hasta los ascensores (solo dos suites por elevador) brindan la privacidad y discreción que buscamos para tener unos días de verdadero descanso.

Las noches en Bal Harbour también pueden ser fabulosas: cruzar del hotel a los shops, recorrer las vidrieras de Gucci, Prada, YSL o Chanel, hacer fotos y videos, reírse con amigos y coronar el día con una cena en Makoto, el hot spot más atractivo de todo Miami que se encuentra en el tercer nivel de Bal Harbour shops y reúne lo mejor de la comida asiática con un diseño completamente instagrameable y gente muy divertida.

Confort, lujo y un entorno paradisíaco

Al día siguiente nos mudamos al hotel St. Regis, justo en frente a los shops, para disfrutar de un desayuno buffet (de lujo, aclaramos) al borde de la piscina, sobre la línea del mar. El entorno paradisíaco de este restaurant, el Atlántikos, se conjuga con una serie de delicias gastronómicas entre las que destacamos los waffles, el salmón curado, la notable selección de quesos y frutas y el inconfundible yogurt griego, producto insignia del lugar.

El St. Regis es otra de las opciones de hotelería cinco estrellas de Bal Harbour. Allí todas las suites miran al mar, algunas cuentan con servicio de mayordomo y personal shopper, hay cabañas privadas sobre la playa para pasar el día sin tener que subir a nuestra habitación y el hall de entrada nos remite a la época dorada de Hollywood, como para sentirnos verdaderas estrellas ni bien cruzamos la recepción.

Por la noche, nuevamente, cruzamos a los shops para una cena en la gran novedad del complejo: se trata de ABA Miami, un restaurante árabe con una variedad de humus impresionante y miles de platitos que los camareros traen a gusto propio para que probemos un poquito de cada una de sus delicias.

El glamour que encierra Bal Harbour puede también combinarse con experiencias más familiares, con opciones de hotelería en modo apart donde podemos ir con chicos, pasar más días, cocinar y vivir una experiencia que se acerca más a lo cotidiano, respetando los estándares del destino.

En este sentido, una novedad muy grata para quienes visitamos Bal Harbour de manera frecuente fue conocer el Beach Haus Miami, una opción de residencias vacacionales que también funciona en la isla de Key Biscayne y cuyo slogan es “When holiday meets home” (cuando las vacaciones conocen el hogar). Lo más destacable de este espacio es la simpleza de su decoración, las mesas enormes de madera clara junto a la cocina (ideales para invitar amigos y cocinar juntos), los departamentos de dos y tres habitaciones que nos hacen sentir en casa y la posibilidad e utilizar el servicio de playa del Ritz, ubicado justo en frente, con una mezcla de five stars treatment y hospitalidad únicas en Miami.

Otro hotel a destacar es el Sea View, con una excelente relación precio calidad, frente a Bal Harbour Shops y sobre la playa. Una opción que combina la exclusividad que ofrece el destino Bal Harbour con precios más amables. De estilo europeo, este hotel se destaca por su servicio personalizado y cuenta con nuevas habitaciones completamente renovadas, obviamente con vista al mar.