Elvira Sastre: "La poesía es una necesidad, algo físico en mí"
“A la mierda el conformismo, yo no quiero ser recuerdo. Quiero ser tu amor imposible, tu dolor no correspondido, tu musa más puta, el nombre que escribas en todas las camas que no sean la mía. A quien maldigas en tus insomnios, a quien ames con esa rabia que solo da el odio”. Este es un fragmento del poema de Elvira que lleva el título de la gira que viene a presentar a la Argentina, "Yo no quiero ser recuerdo". Indudablemente, para esta joven escritora, la poesía es su espacio de libertad, un verdadero refugio del mundo para decir sus verdades más inconfesables.
Sastre esculpe cada verso con una intensidad poética que repercute con suma belleza en sus palabras sin adornos, cargadas de un significado profundo que no pasa inadvertido para el corazón. Su arte abre una ventana incomparable a un poderoso espectáculo que demuestra que la poesía también se puede deleitar en un escenario musical: desde el acústico más puro junto a su partenaire Manu Míguez, pasando por una mezcla de melodías electrónicas y referencias musicales de todo tipo de género, hasta su voz sola inundando el silencio.
Quedan las últimas entradas disponibles para la gira que la tendrá el 6 de mayo en Buenos Aires en el Teatro Ópera, en Córdoba en el espacio Quality y concluirá en la Plataforma Lavardén en Rosario.

–¿Cuando te diste cuenta del poder que tenía la palabra?
–Desde pequeña, cuando empecé a leer mis primeros libros me di cuenta del viaje que era la palabra y la fuerza que eso tenía. Siempre ha sido algo natural para mí, como descubrir un poder, interiorizarlo y saber que existe y que va a existir siempre, eso me hace vivir de una manera un poco más tranquila, más confiada.
–Pareciera que los textos te brotaran del cuerpo, ¿es más lo que te gusta escribir o es el hecho de que no podés dejar de hacerlo?
–Depende del género, pero en el caso de la poesía es una necesidad, es algo físico en mí: sale de dentro como un vómito casi, es algo instintivo y muy carnal. La poesía es mi manera de expresarme al final, es mi lenguaje, es como siento y pienso la vida.
–Tus escritos son muy descarnados, ¿cómo encauzás ese desahogo tan puro y personal para que resuene en otras personas?
–Supongo que en el fondo no somos tan distintos, todos atravesamos caminos muy similares. Hay unas pautas ya marcadas en la sociedad y en la vida que hacen que todos, más tarde o más temprano, pasemos por las mismas cosas o parecidas. Entonces, una puede contar su experiencia y que le resuene a otra persona que ha pasado por otra cosa diferente, pero que tenga puntos y lugares de unión. Yo puedo leer un poema escrito hace cien años y que me emocione y me traiga a un sitio similar al que estoy transitando ahora. Esa es la magia de la poesía, que conecta sin importar los tiempos.
DE PREJUICIOS Y REDES SOCIALES
–¿Sentís que todavía existen prejuicios entre los poetas o escritores que nacen en redes sociales con los que hicieron su camino a partir de circuitos más tradicionales?
–Creo que ahora eso está un poco más tranquilo que hace algunos años. Al principio con la irrupción de las redes, quizás hubo gente más mayor que se vio amenazada y creo que ahora se han dado cuenta de que es todo lo contrario.
Yo, por lo menos, me dedico siempre a compartir mis lecturas y eso hace que el círculo se amplíe y que muchos de los poetas se vean beneficiados, de hecho, varios de ellos ya tienen premios. Como toda cosa disruptiva, pues en su momento, quizás hubo alguien al que no le gustó del todo lo nuevo y ahí tenía la crítica fácil. Pero al final todo se recoloca, se pone en su sitio y también se ve quién sigue y quién no en este camino.

–¿Ves a las redes como una herramienta a favor de expandir la poesía, un discurso o un pensamiento?
–Eso no depende tanto de la red social, sino del usuario. Para la gente cabal, que sabe usar las cosas con cabeza, es una herramienta muy poderosa. Lo que pasa es que no todo el mundo es de ese modo. Las redes también tienen una parte oscura que considero hay que combatir para evitar que se difundan determinados mensajes dañinos. En eso estamos. Imagino que, poco a poco, se irá asentando todo y acabará siendo un lugar espejo y, deseo de corazón, de paz para todos. Quizás suene un poco idealista.
–¿Podrías contarme algo de lo que va a ser el tour "Yo no quiero ser recuerdo"?
–Me hace mucha ilusión llevarlo allí. Es un show totalmente nuevo que he hecho solo en España y México, en la Argentina todavía no, aunque he estado allí otras veces, lo que he presentado fue totalmente diferente. Este es un espectáculo superpreparado y trabajado, me llevo a mi músico y mi técnica.
Mi intención es que la gente viva una montaña rusa emocional, que pase por todo tipo de estados de ánimo y que se sienta reconfortada al escuchar los poemas seleccionados que llevo. Este concierto va más allá de la poesía.

–Va a haber un meet and greet antes del show, ¿cómo vivís esos momentos donde compartís directamente con tu público?
–Es precioso, porque en el meet tengo tiempo de que la gente me cuente sus cosas, puedo firmar libros, hacerme algunas fotos y sobre todo charlar –aunque lo único que tengo en mente todo el rato es agradecer profundamente a todos– es muy bonito recibir tanta calidez antes de empezar el show, me tranquiliza. Además ahí siempre me dan muchísimos abrazos y, aunque yo no soy de que me toquen mucho, cuando voy a Latinoamérica me encanta, luego llego a España y eso se me pasa.
LA MARAVILLA DEL ABRAZO
–En la Argentina somos de abrazar y besar mucho, de la nada somos familia.
–Sí, pero es maravilloso, porque corta mucho el muro y la distancia que tienes cuando conoces a alguien. Es una manera muy bonita de relacionarse que en España no tenemos y menos en los sitios del interior, como Segovia por ejemplo, de donde soy yo.
Es verdad y reconozco que la primera vez que fui a América latina, a Colombia, me pasó y me bloqueé bastante porque no me lo esperaba. Pero vamos, es algo que ansío y deseo, ¡me encantan esos abrazos que dan vosotros!
–Si tuvieras que elegir, ¿preferís la soledad de la escritura en un cuarto o la compañía de un teatro con música y tus recitados?
–Pues es una pregunta complicada, pero te voy a decir que la soledad de la escritura, porque al final los recitales son algo precioso que me recargan de energía y muy necesarios en mi carrera, también para darle aire a los libros, pero es verdad que previamente lo paso mal. El proceso cuando se lanzan las entradas y todo eso me da quebraderos de cabeza. Luego lo hago y estoy feliz, pero lo que me brota de dentro es la escritura antes que el recitado en público. Tengo la suerte de que las dos cosas se pueden combinar, quedan bien y eso me permite experimentar ambas.

–¿Qué poetas argentinas te interesan?
–Soy muy fan de la poesía latinoamericana. Alejandra Pizarnik, por supuesto está en el top, pero te voy a decir dos poetas contemporáneas que me fascinan, que quiero mucho y que además son mujeres muy generosas: Luciana Reif y Natalia Romero. Las he conocido gracias a las redes. A Luciana le presenté su libro aquí cuando ganó el premio “Loewe” de poesía y Natalia tiene unos libros preciosos que me han acompañado mucho este último tiempo.
–¿En qué estás trabajando actualmente?
–Estoy en proceso de escritura de mi segunda novela y a punto de publicar mis poesías completas con la editorial Visor, es un honor y un orgullo, porque significa algo de poetas muy asentados. También voy a sacar de forma autoeditada y autopublicada un fanzine con textos, poemas y fotografías, así empecé, esto es un poco volver a la raíz. Lo tendremos a la venta en nuestra tienda elvirasastreshop.com. Queremos llevarnos algunos a la Argentina, espero que hagamos a tiempo. Esto me hace mucha ilusión, porque considero que es importante tener el origen siempre presente.