Francisca Valenzuela: "Creo que hay una hermandad muy fuerte entre mujeres y disidencias en la música donde existe esta idea de cambiar el paradigma"
Con una estética que define “entre Cyndi Lauper y Almodóvar”, la cantante chilena pisa fuerte en la escena artística de la región. Por segunda vez en la Argentina, promete dejar en estas tierras su huella feminista, rebelde y confesional.
Con cinco discos de estudio y un amplio recorrido internacional, Francisca Valenzuela se convirtió en una referente de la canción pop chilena. Junto con artistas como Mon Laferte y Javiera Mena, marcó su camino no solo con melodías y un notable cuidado por la producción musical, lírica y visual, sino también con su compromiso social y con la realidad de las mujeres en su país.
A horas de presentarse de nuevo en la Argentina (este sábado a las 20 en La Trastienda), la artista habló con El Planeta Urbano sobre este momento de su carrera, que la encuentra cerrando una etapa con las canciones de su último disco, Vida tan bonita (2022), en un nuevo rol como coach de la versión chilena del programa televisivo La voz y en medio de la composición de un próximo álbum. Francisca Valenzuela no se detiene.

–Repasando tu carrera, ya llevás lanzados cinco discos y a lo largo de ese camino se observan cambios en tu música. ¿Cómo lo viviste?
–Ha habido una evolución y una búsqueda constante. Para mí, los discos son un impulso obligatorio de mi quehacer artístico y creativo, van reflejando un momento. Es como una foto. En ese sentido, uno va cambiando. Creo que he estado siempre explorando y queriendo crecer y cambiar. Creo que ha habido un hilo conductor que tiene que ver con mi manera de componer, cantar y decir las cosas. Los primeros discos fueron en banda, y en los dos siguientes me enrollé más con la programación. Vida tan bonita fue una mezcla de ambos mundos.
–La fortaleza salió a comienzos de 2020 y luego se vino el encierro por la pandemia. En ese contexto tan particular surgió Vida tan bonita. ¿Cómo fue ese proceso?
–La fortaleza fue casi premonitorio en su mensaje. Por ejemplo, el video del tema que da nombre al disco es interactivo, hecho con gente en pandemia. El contexto permitió una colaboración creativa que quizás de otro modo no hubiese sucedido. Cuando les compartí mis canciones a los productores, Sebastián Krys y Ali Stone, me dijeron: “Acá hay un disco”. Fue como un antídoto a la dinámica de la pandemia y una oportunidad inesperada de forjar una obra que propuso un relato positivo a pesar de la adversidad.

“En Chile se abrieron muchas conversaciones, se generó un momentum de la ciudadanía muy fuerte. Muchos artistas nos sentimos conmovidos, y me sentí muy activa a participar.”
–En tus videoclips y en la puesta en escena de tus shows se percibe un cuidado muy atento por la producción y la estética. ¿Te interesa mucho esto?
–La parte visual complementa mi música. Tiene que ver con mi identidad artística. Incluso muchas veces me siento más cómoda escribiendo o pintando que cantando una canción. Con Vida tan bonita sabía que quería un disco supercolorido, teatral. Eso se ve en los videoclips o en los shows, con un piano fucsia muy pop, un lenguaje entre Cyndi Lauper y Almodóvar. Tiene que ver con una energía latina, atrevida, confesional y femenina.
–Estuviste muy comprometida con el estallido chileno, ¿cómo lo estás viviendo hoy?
–Fue un remezón nacional muy importante donde se reabrieron muchas heridas, se abrieron muchas conversaciones, se generó un momentum de la ciudadanía muy fuerte. Muchos artistas nos sentimos conmovidos, y me sentí muy activa a participar, no solo apoyando sino informándome, tratando de entender. El no a la nueva Constitución abrió espacios para la autocrítica y tuvimos un cambio de gobierno que renovó los aires. Igual veo cosas fuertes todos los días, como el terremoto en Turquía o la guerra en Ucrania, que no sé si estamos pudiendo incorporarlas del todo.
–¿Esto te afecta a la hora de crear?
–Aparece en las canciones, “Despierto” surgió del estallido, es como una carta de amor a la sociedad. Es esta sensación de violencia y de querer ser un puente, unir, cuidar. Reconocer y validar la historia, los errores, las heridas, que en Chile ha sido un tema muy importante. No considero que cante sobre esos temas pero sin duda no estoy inmune al contexto.

–Creaste la plataforma y el festival Ruidosa para difundir a artistas mujeres, ¿cómo vivís el feminismo?
–En la plataforma hacemos investigación (de hecho, investigamos el proyecto de Ley de Cupos en la Argentina y eso inspiró un proyecto en Chile). Creo que hay una conexión, una sororidad y una hermandad muy fuertes entre mujeres y disidencias en la música donde existe esta idea de cambiar el paradigma: “Basta de competir, somos todas iguales”. Estoy constantemente buscando, aprendiendo y aportando a esa red feminista.
–¿Te sentís parte de una escena pop chilena creciente con artistas como Javiera Mena y Mon Laferte?
–Sí, creo que hay una escena y proyectos con diferentes puntos de vista artísticos y sonidos que son super diversos y muy auténticos. Cada uno está forjando su camino a su manera. En un principio como pudimos porque no había mucha estructura. Con la Javi y la Mon nos conocemos desde hace muchos años, tenemos buena onda. Me encantan las que vinieron después, como las Yorka, que ganaron en el Festival de Viña. Además hay una onda como de ser proactiva con tu carrera que me encanta. Eso ha hecho la diferencia.

–Hace poco colaboraste con varios artistas argentinos, como Abel Pintos y Los Auténticos Decadentes. ¿Cómo fue esa experiencia?
–Ha sido increíble. Lo de Abel llegó por medio de Sony. Me dijeron: “Abel te quiere invitar en una canción (‘Abrazándonos’), ¿le podemos dar tu WhatsApp?”. Obvio, me encantaría. Nos conocimos y fue un enamoramiento musical inmediato, yo estaba intimidada porque canta como poca gente en el mundo. Y con los Decadentes nos conocimos en el Vive Latino 22, allí surgió la idea de hacer algo juntos y reversionamos mi tema “Salú”. Grabamos en México, hicimos todo en un día. También abrí el show de Jazmín Esquivel en Niceto, que soy superfán; canté con el Ruso (Conociendo Rusia) y con Rosario Ortega... Aquí hay una escena que me fascina y es muy colaborativa.
–Se acerca tu show en La Trastienda, una nueva visita a la Argentina luego del Niceto de 2022. ¿Cómo te estás preparando?
–Siempre ha habido un vínculo espectacular con la Argentina, me siento súper en casa, soy ultrafán de todo lo cultural que pasa aquí y siempre ando buscando excusas para volver. Este show me tiene contenta porque va a ser un poquito más íntimo sin perder la fuerza. Niceto fue una presentación en sociedad, ahora puedo darme el gusto de regocijarme en las canciones.