Miranda de la Serna: "Desde chica sueño con hacer 'Romeo y Julieta'"

Lleva en el rostro y en el ADN la irreverencia de dos intérpretes como Érica Rivas y Rodrigo de la Serna. Sin embargo, a los 22 años ya consiguió trazar un recorrido personal con potente voz propia.

“Le robé la pollera a mi mamá”, dice mientras juega con la falda y deja asomar sus zapatos con tiras entrecruzadas y aire flamenco. Miranda de la Serna es hija de Érica Rivas y Rodrigo de la Serna, pero no necesitás que te lo cuente, basta con verla y escucharla.

Con 22 años, solo en los últimos tiempos ya coprotagonizó 'Errante corazón' junto a Leo Sbaraglia, fue La novia en la puesta de 'Bodas de sangre' realizada por Vivi Tellas en el Teatro General San Martín (compartió escenario nada menos que con María Onetto) y formó parte de la serie internacional 'Now & Then'.

Por estos días está filmando 'Elena sabe', la película basada en la novela de Claudia Piñeiro dirigida por Anahí Berneri, con Mercedes Morán y Érica Rivas, que se estrenará en Netflix. “Hice un casting para hacer de mi mamá en versión adolescente, por suerte quedé”, dice. Y viéndola es imposible imaginar a otra en su lugar. Retrato de una actriz arrolladora en este mano a mano con EPU.

–Ya habías trabajado junto a tu mamá en películas como 'Bruja' o 'Antes del estreno', ¿pero cómo es hacer de ella? ¿Se pusieron de acuerdo en determinados guiños del personaje? Compartís mucha gestualidad con tu madre.

–Sí, ¡total! Hago las mismas caras que mi mamá, y en esta lo estoy aprovechando (se ríe). En otras oportunidades trato de prestarle atención a mi propia gestualidad, que es una mezcla entre la de mi padre y la de mi madre, pero acá eché mano a full al histrionismo de mi mamá. Hicimos una construcción de nuestro personaje, Rita, con algunos detalles: por ejemplo, uso un peinado muy rígido, el crucifijo en el cuello... hasta me pusieron lentes de contacto oscuros. Y después está toda la composición interna.

–Participaste en la serie 'Now & Then' para Apple TV y estuviste varios meses viviendo en España. ¿Laburar para una plataforma allá es tan distinto como lo imaginamos o te encontraste con el meme “expectativa vs. realidad”?

–(Se ríe) Te juro que se cumplió con la expectativa, realmente fue un sueño desde el momento en que me confirmaron que quedé. Cuando pisé el avión pensaba “¿cuándo me van a despertar?”, porque todo parecía mentira. Realmente había un nivel de producción que nunca había visto, son movidas gigantes de 300 personas.

Y tuve la oportunidad de trabajar con actores increíbles, como Maribel Verdú, Soledad Villamil (yo era la versión adolescente de su personaje), Diego Yazbek, Rosie Perez... ¡cómo te explico el amor por Rosie! Mucho no la conocía antes de compartir la serie, me puse a investigar todo lo que había hecho y no podía creerlo.

–No olvidemos que Rosie, ante todo, es Perdita Durango.

–¡Pero claro, literal! Ella es muy tímida y al principio pensaba “¿será mala onda?”. Pero empezamos a conectar y terminamos llevándonos increíble, se armó un grupo re lindo, estuve diez meses viviendo en España.

–¿Y qué hiciste en esos diez meses?

–De todo, ¡qué no hice! Eran relativamente pocas jornadas de trabajo para todo el tiempo que estuve, así que estaba tipo diosa en Madrid; me hice amigos, tenía mi propio departamento. Más que un laburo, fue una experiencia de vida. También grabamos un mes en Miami, y yo estaba re “vida de Maiameee”, me pellizcaba para creerlo. Todas esas puertas me las abrió la película 'Errante corazón', donde hice de hija de Leo Sbaraglia para HBO Max, y la idea es seguir trabajando afuera, intentar una carrera internacional.

–A tu vuelta te esperaba 'Bodas de sangre' en el San Martín. La novia es uno de esos papeles al que aspira toda actriz. ¡Pero qué contraste del “Maiameee” de Fort a Lorca en la sala Martín Coronado!

Uf, sí. Volví, me separé… todo para atrás. Aunque llegó 'Bodas…' y fue genial. La propuesta de hacer la obra fue muy loca; mi mamá justo había ido a visitarme, alquilamos un autito, nos fuimos a recorrer España y se alinearon los astros. ¿Podés creer que estábamos justo en Granada cuando me llamó Vivi Tellas para decirme que el personaje de La novia iba a hacerlo Maite Lanata pero le había salido una serie y querían probarme para el papel?

Yo estaba muy con mi cabeza en Madrid, le consulté a mamá y te imaginarás lo que me contestó: “Vos esto lo tenés que hacer”, tipo “no hay otra opción, date cuenta, es Lorca”. Mi mamá siempre había querido hacer La novia y no se dio. Estudié sobre sus apuntes, sobre sus textos marcados, fue re lindo eso. Yo también tengo mis fetiches, cosas que me gustaría hacer sí o sí

–Se impone la repregunta, ¿cuáles son?

–Ahora que hice 'Bodas de sangre' obviamente quiero interpretar todos los clásicos. Desde que soy muy chica sueño con 'Romeo y Julieta'; viste que 'Bodas…' es medio eso pero a la española, así que confirmé mi deseo. Otra obra que me encantaría hacer es 'El zoo de cristal,' también es un obrón 'Yerma', 'La casa de Bernarda Alba'… Y ya fuera de los clásicos, soy muy pero muy fan del terror, es mi género favorito

–¿Te gustaría ser una scream queen?

¡Es mi sueño! Mi compañero y colega Federico Venzi vino a verme a 'Bodas de sangre', al final yo pegaba un grito fuera del escenario y me dijo: “Sos la scream queen del teatro!”. Listo, ya está, me quedo con ese título (nos reímos). Con él estamos desarrollando ideas para dos películas de terror, algo autogestivo, independiente, muy guerrillero.

–El terror suele ser un género menospreciado por la crítica tradicional y siempre ha sufrido a la hora de los premios. Pensaba en que la versión de 'Bodas de sangre' de la que formaste parte también fue blanco de algunos críticos que se ensañaron bastante. ¿Cómo te llevaste con eso?

Voy a contar una anécdota: para el casting elegí la escena del final, donde La novia pide que la maten. Cuando estás haciendo un clásico, lo obvio es encararla con ese decir de tragedia teatral, pero mi mamá me paró y me dijo: “Lorca no es Shakespeare, esto no es 'Romeo y Julieta', son gitanos, están conectados con la tierra”, y eso me cambió la perspectiva totalmente.

Es un clásico pero también es una tragedia rural, y creo que algunas críticas no identificaron eso, que es un clásico con falta de respeto, de algún modo. Porque tiene mucho sexo, sangre y pasión. Eso polarizó las críticas: los más conservadores ya tenían su idea y se indignaron; otros la amaron; pero no dejó a nadie indiferente.

–No voy a decir nada que no sepamos, pero tu mamá mantiene sus convicciones siempre, aunque a veces tenga que cargarse el costo de eso. ¿Cuáles son las tuyas?

–Ella es una persona muy sensible, no es de las que se enojan. En ese sentido, yo heredé algunas de sus batallas, como la paridad laboral. Todas las estructuras construidas en el pasado las seguimos padeciendo en el presente, y desde mi lugar siempre intento plantarme para modificar eso, aunque pueda jugarme en contra.

Cuando se realizó la presentación de la temporada 2023 en el Complejo Teatral de Buenos Aires, descubrimos en el anuncio de su directora, Gabriela Ricardes, la escasa representación femenina que había. Tanto María Onetto como otras compañeras y yo firmamos el petitorio reclamando más presencia de mujeres. No es una cuestión de cupo, de ocupar lugares solo con puestos menores, sino con directoras y mujeres con capacidad de decisión.

Nosotras firmamos mientras hacíamos 'Bodas de sangre' dirigidas por una mujer como Vivi Tellas y no nos reprogramaron. Que haya mujeres a la cabeza es algo por lo cual pelear. Con mi mínima voz trato de decir esas cosas porque quedarme callada es avalar esas prácticas.

–Hablamos mucho de las actrices, de tu mamá, pero tu papá también quiere trabajar con vos, ¿para cuándo los De la Serna juntos?

Mi viejo se pregunta lo mismo, muere de ganas por que hagamos algo, me dice “¡oootra película con tu mamá!” (se ríe). Él está muy en padre ahora, tengo dos hermanitos chiquitos que son un amor, está muy feliz y metido en esa. Es muy lindo verlo ser padre; lo viví como hija pero mirarlo desde otra perspectiva es conmovedor. La verdad es que tengo muchísimas ganas de trabajar con él. Todavía a nadie se le prendió la lamparita así que si algún productor está leyendo esto (levanta la voz acercándose al grabador): queremos trabajar juntos, por favor.

Fotos: Alejandro Calderone Caviglia

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