"Cocaine Bear": la increíble historia real que inspiró una de las películas más esperadas de 2023
El próximo 9 de marzo, UIP estrenará en la Argentina “Oso intoxicado”, una película dirigida por Elizabeth Banks cuya trama tomó un caso de la vida real para convertirlo en lo que parece ser un disparate sangriento y divertidísimo. Eso al menos es lo que se adivina al ver su tráiler, adelanto jugoso que no hace más que acompañar al imaginativo afiche que promociona al film: un oso en actitud feroz cuyo contorno está delineado por un polvo blanco. Inequívocamente, cocaína.
Muy apropiado: “Cocaine Bear”, tal el título original de la película (que en los Estados Unidos se debutará el 24 de febrero), cuenta la historia de un enorme oso negro de 80 kilos que en diciembre de 1985 fue encontrado muerto por un cazador en el Bosque Nacional Chattahoochee, ubicado al norte de Georgia, después de sufrir una sobredosis de la sustancia referida en el título. Cerca del animal había una bolsa de lona que originalmente contenía aproximadamente 35 kilos de cocaína. Y aparentemente el oso había dado cuenta de ellos.
Pero la increíble historia, como todas, tiene un comienzo. En un camino de entrada a Knoxville, Tenesse, a unos 97 km del lugar donde se halló el cadáver del oso, el 11 de septiembre del mismo año fue encontrado sin vida Andrew Carter Thornton II, un “niño bien” de la alta sociedad de Kentucky que había sido paracaidista, oficial de policía y abogado antes de dedicarse al contrabando de drogas. Thornton comúnmente transportaba cocaína a los Estados Unidos desde Colombia a bordo de un Cessna 404, avión de su propiedad.
Cuando la policía descubrió su cuerpo, Thornton vestía un chaleco antibalas, llevaba 4 mil dólares en efectivo, dos pistolas y unos 35 kilos de sustancia en una bolsa de lona atada a la cintura. ¿Qué pasó? En apariencia, su paracaídas no funcionó al saltar de la nave, a la que antes de poner en piloto automático dirigió rumbo al Océano Atlántico. El Cessna cayó en el Chattahoochee con el resto de la carga que llevaba. Lo demás es solo hacer cálculos.

DE LA REALIDAD A LA PELÍCULA
Elizabeth Banks, conocida por sus papeles de comediante, dirige y co-produce un film que imagina el derrotero del oso después de que supuestamente ingiriera buena parte del cargamento caído en su zona de influencia. El guion de Jimmy Warden da cuenta así de los informes verídicos que hablaban del hallazgo, junto con el animal, de 40 bolsas de cocaína abiertas y vacías.
En ese momento, el laboratorio criminalístico del estado de Georgia informó que el estómago del oso estaba "literalmente lleno hasta el borde con cocaína", aunque se estimó que la bestia había absorbido solo de 3 a 4 gramos de la sustancia en su torrente sanguíneo en el momento de su muerte. Muy poco para una cantidad que, a dinero de hoy, se estima en unos 2 millones de dólares.

El resto es pura ficción: con protagónicos de Keri Russell y Ray Liotta, en lo que es la última participación en cine del actor de “Buenos muchachos”, fallecido el 26 de mayo de este año, la película cuenta en clave de thriller con toques de comedia el azote del animal, desbocado por el efecto de la cocaína, sobre turistas y pobladores de la zona aledaña al bosque. Un buen enfoque para el cine que, sin embargo, tal vez sea muy distinto a lo que sucedió en la vida real: en aquellas vísperas de 1986, las autoridades policiales dudaron seriamente de que el oso consumiera o destruyera los 35 kilos de cocaína, y contemplaron seriamente la posibilidad de que fuera rescatada por algún lugareño.
DESTINO FINAL
Hoy, que “Oso intoxicado” parece ser el más inmediato vehículo hacia la inmortalidad del desafortunado animal, vale recordar que su primer destino, luego de ser disecado por un taxidermista, fue el Área Recreativa Nacional del Río Chattahoochee, tras ser donado a la entidad por el estado de Georgia. Más tarde, el oso fue a parar a una casa de empeño, donde fue comprado por la estrella de la música country Waylon Jennings. Tras pasar de mano en mano, encontró su lugar en el mundo.

Se trata del Kentucky Fun Mall, un centro comercial que lo exhibe y vende merchandising alusivo (remeras, gorras, muñecos de peluche, sweaters, postales, vasos y jarras, etc.). En su sitio web puede conocerse, también, la historia criminal de Thornton (hasta está en venta el libro “The Bluegrass Conspiracy”, de Sally Denton, que la narra con lujo de detalles). Allí, subido a un pedestal, y con una actitud mucho menos belicosa de la que mostrará en la película que llegará en 2023, el “oso vicioso” luce una etiqueta donde, debajo del nombre por el que es conocido, llama la atención un curioso apodo: "Pablo EskoBear".