Franco Masini: "El crecimiento implica un riesgo todo el tiempo"
Después de un año de trabajo repartido entre México y España, el actor regresó a la Argentina para protagonizar una superproducción teatral que nada tiene que envidiarle a Broadway. La clave del éxito, asegura, está en asumir riesgos y animarse a salir de la zona de confort.
“Puse cámara lenta para entender mejor qué es eso que me pasa cuando pierdo el control. Jugando a ser otro que oculta mi interior se hace difícil distinguir también quién soy”, canta Franco Masini en “Formas”, uno de los tracks de su más reciente disco, titulado Náufrago, escrito y grabado íntegramente durante la pandemia.
Y es que él siempre se encuentra en permanente movimiento. Su vida laboral lo llevó a girar por diversos rincones del mapa y a jugar a perderse en un abanico de personajes completamente antagónicos a lo largo de su carrera.
Hoy, con una madurez notable, el actor y cantante domina los sets de filmación internacionales, contribuye con encanto y fascinación a las plataformas más populares de música y gobierna con un atractivo magistral los escenarios porteños.

Este fin de semana se despide de una de las superproducciones musicales más importantes de los últimos tiempos, Regreso en Patagonia, obra que protagoniza con Fer Dente y Nahuel Pennisi con un artilugio teatral pocas veces visto en la Argentina.
En el espectáculo, Franco encarna a un personaje peculiar con una sabiduría estelar, casi mágica, que invita a la reflexión y nos conecta con lo verdaderamente importante: los mensajes del alma.
–Cuando te llegó la propuesta para protagonizar Regreso en Patagonia estabas en España terminando de grabar una serie. Sin embargo, se corrieron las fechas y finalmente pudiste estar.
–Sí, al principio se hizo un poco difícil porque no me daban los tiempos, pero casi cuando estaban por arrancar los ensayos, llamaron a mi equipo para avisar que se posponía y que había nueva fecha.
Yo creo que las cosas, cuando se tienen que dar, se dan, y acá se acomodaron para que yo estuviera. Menos mal, porque es increíble lo que pasa cada vez que terminamos una función. Estamos muy sorprendidos de cómo se conmueve la gente.
–¿Y qué fue lo que te cautivó de la obra?
–Son varias cosas. Poder hacer este musical, que es cien por ciento argentino, con una megaproducción, porque realmente creo que pocas veces vi algo tan grande en un espectáculo teatral local, con pantallas de 300 metros, 32 artistas en escena, una orquesta de más de doce músicos… Es muy grande todo lo que sucede, y el guion tiene un mensaje fundamental, que viene muy bien en esta época del año.
La obra habla del amor, de los valores, de conectar con las pequeñas cosas de la vida, y creo que la gente necesita ver eso, necesita relajarse y conectar con lo que pasa arriba del escenario.
–La obra está basada en El regreso del Joven Príncipe, de Alejandro Roemmers, que es una especie de secuela de El Principito. ¿Qué desafíos te implicó tu personaje?
–Bueno, toda la obra va en una dirección, y mi personaje en otra; viene de otro mundo, de otro planeta, por así decirlo, y ese fue el reto que tuve a la hora de componerlo.
Cada experiencia te deja algo distinto, y este personaje me ayudó a ampliar mi espiritualidad, me hizo conectar con lo místico. Creo que representa un poco la ilusión, esa cosa simple que tienen los chicos, que toman cada cosa que ven como algo nuevo. En la obra uno va viajando con él.
–¿Pudiste absorber algo de todo eso?
–Sí, obviamente. Hay una frase que dice: “Para avanzar hay que correr riesgos”, y me parece que eso es así siempre. Uno cuando está en una zona de confort se encuentra quieto, está cómodo, se siente seguro, y cuando quiere avanzar, tiene que correr los riesgos que eso implica. A mí me pasa cuando estoy en otros países, uno se tiene que adaptar a ese lugar, a su gente, a su cultura, a esa forma de trabajo, y eso también forma parte del crecimiento.
–Uno de los primeros temas que trata la obra tiene que ver con la desconexión de los seres humanos entre sí, a partir de la conexión con el celular. ¿En dónde te encontrás vos con todo ese mundo?
–Creo que el desafío que todos tenemos es soltar el teléfono para concentrarnos en otras cosas, como en una charla, por ejemplo. El teléfono te desconcentra, uno tiene que estar atento para que no se convierta en un todo, para no terminar todo el día ahí metido.

–La obra fue un éxito absoluto. ¿Sos de estar al tanto de lo que pasa con la venta de entradas? ¿Es algo que genuinamente te interesa o preferís estar al margen?
–Sí, obviamente, siempre estamos al tanto de si la gente se suma, qué expectativas genera la obra o qué pasa una vez que la ven, porque está bueno construir sobre lo que va pasando. Mismo en el escenario, si tirás un chiste que tiene buena repercusión porque el público se ríe, ¡listo, quedó! La siguiente función se repite.
–Hablando un poco de tu faceta musical, durante la pandemia escribiste varias canciones y armaste un disco. ¿Cómo fue ese proceso?
–Todos vivimos la pandemia de una forma distinta. En mi caso, me estaba por ir a México a filmar la serie Rebelde, y cuando me fui, ni siquiera pudimos empezar a rodar. Estuve allá una semana, volví y nos encerramos. Ahí fue cuando empecé a escribir las canciones, a grabarlas. Los videos también fueron hechos en esa época, y fue increíble porque pude conectar con eso, tuve el tiempo de hacerlo.
Yo necesito estar tranquilo para hacer música, no puedo estar haciendo una obra o una serie y a la vez escribir, y la pandemia me ayudó con eso. Pasaba todo el día escribiendo mis canciones en un papelito; de hecho, nunca había escrito tantas a la vez. Desde ese momento no volví a sacar música, y espero hacerlo pronto. Me quiero hacer el tiempo para sacar las canciones, para poder tocarlas y defenderlas.
–¿Por qué lo titulaste Náufrago?
–Era como yo me sentía dentro de la ciudad en la pandemia, medio a la deriva sin saber cuándo iba a terminar todo. Todas las canciones tienen que ver con ese sentimiento.

–Ahora que termina la obra, ¿cuáles son tus próximos planes? ¿Por dónde vas a seguir girando?
–Me pasó que estuve dando vueltas por muchos países en muy poco tiempo. Después de filmar en México, volví, y al toque me fui a España para grabar Todas las veces que nos enamoramos, una serie que se va a estrenar a principios del año que viene. Probablemente, para el estreno me vaya a Madrid, estoy muy ilusionado con eso. Quiero aprovechar todo lo que me está pasando a nivel internacional.
Me encanta estar en la Argentina y disfruto mucho de hacer cosas acá, pero ese mix de venir, hacer una obra, estar cuatro meses y de golpe irme a Europa seis meses me encanta. Ahora tengo algunas propuestas para hacer cine y series. Se están por definir esas cuestiones.
–¿Acá o afuera?
–En ambos lugares, así que vamos a ver en dónde termino.
Fotos: William Kano
Dirección de producción: Gimena Bugallo
Producción y styling: Camila Mariani
Make up: Macu Atauri
Agradecimientos: @lacoste, @magnitud_ba, @viglietti_, @brunogiordano_official