De gira por Chacarita: 3 bares para redescubrir un barrio trendy con mucha historia
Si bien el nombre del barrio nos remite al cementerio –creado durante la epidemia de fiebre amarilla– su origen proviene del diminutivo de "chácara" o "chacra", voz quechua que significa "granja" o "quinta" y se remonta a principios del siglo XVII cuando era conocido como la Chacarita de los Colegiales, ya que era el lugar donde pasaban los veranos los estudiantes del Colegio San Ignacio.
Desde hace varios años, Chacarita está teniendo un marcado crecimiento tanto en su oferta gastronómica como artística y cultural. Sus tranquilas calles empedradas con árboles frondosos, casas bajas y phs modernizados, mantienen el aire de barrio porteño y un espíritu de diversidad envidiable. Probablemente por estas características haya sido elegido por unos cuantos reductos para establecerse. En cuanto a coctelería, nos permite hacer un recorrido con variadas propuestas.
Uno de los bares elegidos por los más jóvenes por su onda descontracturada y ambiente inclusivo es Sede. Bajo el lema “el whisky no tiene género”, abrió hace 4 años para romper con todos los prejuicios sobre esta bebida. Con el whisky como faro, ofrece una carta de cócteles para todo paladar que desafía hasta a los menos amantes del emblemático destilado.

Fundado por Juan Manuel Boetti Bidegain, Gonzalo Fleire y Roberto Cardini, Sede aprovechó su cumpleaños para encarar una lavada de cara que incluyó nuevos cócteles con el asesoramiento del bartender Lucas López Dávalos y un renovado menú de platitos. “Fue parte de la salida de la pandemia, volver a poner el foco en una coctelería de alto nivel y una carta que acompañe con una vuelta de tuerca acorde”, explica Juan Manuel.
Tragos como el Flores Blancas (Jameson, Bacardí, ananá, lavanda, manzanilla y sauco, $1000) o el Manzana (Jim Beam White, Jameson Grant's, ginger ale, manzana clarificada y sidra, $1100) son ligeros, refrescantes e ideales para la primavera. Mientras que el Penicillin de Frutillas ofrece más potencia con Jameson, frutillas, miel y jengibre ($1100); y el Maní Old Fashioned (Jim Beam White, Jameson, maní y bitter Angostura, $1300) es una exquisita reversión del infaltable clásico, óptima para cerrar la noche. La carta de whiskys merece mención aparte por el buen surtido de etiquetas de diferentes regiones.

Para comer, los platitos tientan tanto a carnívoros como a veggies, con opciones como las alitas de pollo Kentucky con yogurt, jengibre, barbacoa y bourbon ($1350); el canoli de provoleta crocante con chutney de tomate y pesto trapanese ($1200), o los increíbles buñuelos de boniato sufflé con reducción de soja, jengibre y Jameson y pickles ($1000). Todos ideales para compartir. De postre: flan de boniato y dulce de leche con crema ácida y garrapiñada ($1000).
A pocas cuadras, la destacada bartender Mona Gallosi acaba de inaugurar su bar. Si bien el espacio ya existía, antes llamado Puente G, estaba sólo destinado a eventos o pop ups. Hoy, transformado en Punto Mona bar, abrió sus puertas a todos los amantes del buen beber y comer, o sea, de pasarla bien. El amplísimo local cuenta con diferentes áreas bien ambientadas: el patio, el salón con la gran barra como protagonista –impresionante el bar back–, mesas clásicas, varios livings y hasta veredita. Hay Dj en vivo así que fiesta asegurada.

La carta de coctelería, con el sello de Mona, tiene opciones sofisticadas para todos los gustos. Desde el Penton (gin Bosque, cordial de suico, tónica y pepinillos, $1200), pasando por el Khorasan (pisco, pomelo rojo, clarificado de frambuesas y jarabe de chili, $1260), el Coeur D’Or (St. Germain, vino blanco, soda de tomillo y néctar de sauco, $1450), hasta el Kofuna Miso (Johnnie Walker Black, syrup de miso, bitter Angostura y aceite de sésamo, $1570), entre otros. No faltan los clásicos, algunos reversionados como el Boulevardier de café (Johnnie Walker Red, Campari, vermú rosso y cold brew, $1200).
Para comer, la carta se divide en snacks, suaves, fuertes, entre panes y dulces. Entre los snacks está el Hummus de garbanzos con huevo a baja temperatura, pickles de cebolla y oliva ($1950), como plato suave, el tartar de atún rojo con crema de palta, huevo curado y quinoa crocante ($2400) es exquisito. Entre los fuertes, recomiendo el taco de camarones con sofrito de maní, pickles y tortillas de maíz fritas ($2530). Hay opciones veggie como el coliflor asado con ricotta cremosa, limones confitados y almendras tostadas ($2400) o la hamburguesa vegetariana con pepinillos, lechuga capucchina y dressing ($2330). Para el momento dulce: profiteroles con limón orgánico, lavanda y chocolate blanco ($1140). El valor del cubierto es de $200.

De visita obligada para los amantes del vermú, en la esquina de Dorrego y Castillo está desde hace 4 años La Fuerza bar, lugar emblemático dedicado a esta porteñidad que fue reconocido por la revista Time como uno de los 100 mejores lugares para visitar durante 2019. Hoy lo encontramos con nueva carta y estrenando un producto que dará que hablar: La Fuerza Sideral, un vermú que reposó doce meses en barricas de roble previamente usadas para vino.
El vermú, la estrella del lugar, sale directo de los grifos y también se embotella para llevar (se puede traer el envase vacío para recargar). Pero la comida no se queda atrás: hay picadas, platitos y principales exquisitos, hechos con productos de estación, orgánicos y con foco en lo local.

Para empezar, un buen picoteo es el escabeche de hongos ($690), las originales croquetas de arvejas con queso ahumado y alioi (5 u $1290) y el delicioso pescadito (corbina curada en gravlax con remolacha sobre un puré de arvejas alimonado con zucchinis, cebolla, alcaparras y eneldo, $2950). Otra novedad imperdible son los súper sandwiches de miga: el Mar del Plata, de atún con papas ($890) y el Feliz, con huevo y mayonesa ($820), ambos con papitas. Continúan en la carta los hiteros buñuelos de acelga (7 u $1150) y la tortilla de papas ($1260).
Para beber, vermú La Fuerza Rojo, Blanco o Primavera en vaso con soda o tónica ($760), o el flamante vermú La Fuerza Sideral, súper amable y redondo, ideal para beber puro con hielo y una piel de naranja (el vaso a $860).

También hay tragos como el Chacarita Spritz (La Fuerza Blanco, sidra de pera y soda, $890) o la Fuerza del Sur (La Fuerza primavera, gin, limón, almíbar, frutos rojos, licor de casis, $890), entre otros.
Si son varios en la mesa, hay opciones como La Fuerza de Compartir + Octolet (botella de vermú, dos sifones de soda y el Octolet que trae aceitunas, lupines, pasta de girasol, puré de morrones, chips de batata, frutos secos, crackers y pickles, $5990). De preferir un plato forzudo: matambrito de cerdo marinado en cítricos ($2990) o milanesa de gírgolas con puré de cabutia ($2250), entre las novedades.
Datos útiles
Sede
Guevara 421, Caba
@sedewhisky
Martes a sábado desde las 19:30. No hacen reservas.
Punto Mona
Fraga 93, Caba
@puntomona.bar
Miércoles a sábado desde las 19:30.
Reservas: puntomona.meitre.com
La Fuerza Bar
Dorrego 1409, Caba
@lafuerzabar
Lunes a jueves de 18 a 01. Viernes de 18 a 02. Sábado de 12 a 02. Domingo y feriados de 12 a 01. No hacen reservas.
Dudas y consultas: pueden escribirme a @drinksbymarazzi