Comer y beber en Buenos Aires: 3 recomendados por El Planeta Urbano
MANDUCA
El propósito de este enclave gastronómico ubicado en el Paseo La Plaza es alentador: darle al Centro un lugar donde, como manifiesta su gerente general, Pablo Kompel, se unan “los platos identitarios porteños con los hallazgos de la gastronomía actual”.
Así, Manduca ensaya una amalgama entre la parrilla tradicional –Los Platitos, felizmente reabierto, con su increíble sándwich de cuadril (en realidad, de ojo de bife, $1.700) como bandera– y la pizza estilo napolitano de San Paolo (entre $1.500 y $1.950), con hallazgos como Batacazo (imperdible el pebete de vittel toné, $1.500) y ¡Oy Vey! (bakery con platos de cocina judía tanto tradicional como moderna), además del hit Sifón Sodería (con sus vermús, jarras y raciones), el restó cien por ciento veggie Let It V, la propuesta asiática de Koko Bao Bar, la barra cevichera de Asu Mare y dos locales que le suman dulce y café al recorrido: Negro + Cuadra y la clásica heladería Scannapieco.
Si esta zona de Buenos Aires necesitaba un empujón tras el azote de la pandemia, que la debilitó notablemente, este es uno y bien potente.
Paseo La Plaza, Av. Corrientes 1660
@manduca.ba

NEGRESCO BISTRÓ
El Palladio Hotel ocupa, con los agregados edilicios necesarios para su funcionamiento, un hermoso palacio de estilo neoclásico levantado en el siglo XVIII por el arquitecto italiano Andrea Palladio.
A él homenajea el menú de pasos que para Negresco, su restaurante, creó el chef ejecutivo Ramiro Martínez, hombre de amplia trayectoria y discípulo del gran Ramiro Rodríguez Pardo. Una armónica sucesión de platos comienza con un escabeche de ostras con espuma de mar y manzana y sigue con dos delicadeces que muestran el manejo de Martínez sobre el pescado (tartare de trucha patagónica; abadejo marinado en miso), prólogos del delicioso (y sorprendente) apionabo braseado.
El cierre es a todo sabor: cochinillo confitado con cabutia y membrillos. Y para el postre, húmedo de chocolate con quinotos al whisky y helado de café. El precio por persona (con agua mineral y gaseosa, café o té con petits fours) es de $12.000, una relación precio/calidad como hay pocas en restaurantes fine dining de Buenos Aires.
Av. Callao 924
@negrescobistroybar

QUECHUA
Escondido en el pasaje más emblemático del Abasto, y con pocas señas particulares que a simple vista lo distingan de los muchos restaurantes peruanos del barrio, se encuentra este local cuya propuesta lleva el sello del chef apurimeño Julio Marín, ya con una década de residencia en Buenos Aires (dirigió la cocina del extinto La Rosa Náutica).
Quechua posee una carta completísima, que requiere varias visitas para conocerla a fondo. Buena síntesis son las rondas de la casa, con tres o cinco opciones para degustar ($2.050 y $3.150) y los infaltables ceviches (se recomienda pedir la degustación, dividida en ceviche clásico, mixto y de salmón, $3.000). Hay también un inspirado sushi (alrededor de $1.000 los diez rolls), variedad de tiraditos, entradas (frías y calientes), causas, arroces, carnes, pastas y muy buenas opciones de pescado, que se puede pedir en filet o entero.
A la llegada, chilcano ($850) o pisco sour ($950) entonan para lo que viene. Y antes de irse, nada como un dulce suspiro limeño ($750) o un postre tres leches ($750). ¡Y que viva Perú!
Pasaje Carlos Gardel 3163
@quechua_bsas
