Astor Piazzolla: a 30 años de su partida, la música y el legado de un artista irrepetible
El 4 de julio de 1992, Astor Piazzolla fallecía en Buenos Aires luego de agonizar casi dos años tras un infarto cerebral sufrido en su casa de París, el 5 de agosto de 1990. El eximio bandoneonista y renovador del tango, el hombre que cambió el género desde sus entrañas mismas, abandonaba este mundo a los 71 años. Pero la leyenda había nacido mucho tiempo antes, cuando con sólo 19 ingresó en la orquesta de Aníbal Troilo, “Pichuco”. Allí, desde la fila de fueyes, de a poco fue metiendo en la agrupación su impronta de músico “culto”, alumno de Alberto Ginastera y amante de Bach, Gershwin y Ravel.

En el medio siglo que siguiera a esa entrada explosiva, el marplatense no dejó casi nada en pie: compositor inspiradísimo, tomó el gesto del jazz y la música clásica para imprimírselos al tango sin jamás traicionarlo, sumó instrumentos como la guitarra eléctrica y la batería, resignificó las formaciones orquestales (armó octetos, nonetos, sextetos, fue de lo acústico a lo electrónico y logró con su Quinteto Nuevo Tango la expresión más acabada de su búsqueda musical) y formó una dupla autoral con el poeta uruguayo Horacio Ferrer -con quien compuso temas como “Balada para un loco” y “Chiquilín de Bachín” y creó la operita canyengue “María de Buenos Aires”- que en los ’70 dio nuevos aires a un género cuya época de esplendor y masividad ya estaba lejos.
La pregunta de si lo que hacía “era o no tango” se la hizo él mismo en 1955, cuando tras unos años en París, donde fue a estudiar con la insigne maestra Nadia Boulanger, regresó a Argentina con la idea de armar el vanguardista Octeto Buenos Aires. Cuando a su certeza se sumó la aprovación del director y compositor Osvaldo Pugliese, quien tras escuchar un ensayo del grupo dictaminó que, efectivamente, lo que hacían “era tango”, el camino a la renovación quedó pavimentado. De ahí en más Piazzolla sería una marca, un estilo, el nombre de una polémica que hasta hoy perdura.

Sin embargo, es una polémica vana: si hay alguien que ha unido los extremos más sensibles del tango es él. Cuando vivía en Nueva York con sus padres, y siendo un niño que ya estudiaba el bandoneón, conoció al mismísimo Carlos Gardel, que lo invitó a participar de una escena del film “El día que me quieras” y hasta lo escuchó ejecutar el instrumento (“tocás como un gallego”, bromeó con él el astro).
La palabra “tango” fue su bandera para triunfar en Europa y Estados Unidos con su extraordinario Quinteto; y no hay nada más tanguero que esa lucha de fuerzas que late en la que es, tal vez, su más célebre creación, “Adiós Nonino”, compuesta en 1959 tras la muerte de Vicente, su padre, donde el motivo rítmico inicial es interrumpido por un pasaje lírico conmovedor. Allí está la clave de su arte: el hacer convivir en un mismo universo toda la sofisticación, belleza y melancolía que puede encerrar una música popular. Por eso, Piazzolla es tango. Y por eso, también, es irrepetible.

5 discos clave
“Astor Piazzolla - Completo 1956–1957”
Incluye los álbumes Tango progresivo y Tango moderno, con Octeto Buenos Aires; Lo que vendrá, con quinteto y orquesta de cuerdas del S.O.D.R.E y Tango en Hi-Fi, con quinteto y orquesta de cuerdas.
“Piazzolla interpreta a Piazzolla” (1961)
LP debut del Quinteto, con Jaime Gosis, Simsia Bajour, Horacio Malvicino y Kicho Díaz. Incluye la primera grabación de “Adiós Nonino” (y su antecedente, “Nonino”) y otros clásicos piazzolleanos: “Lo que vendrá”, “Calambre” y “Decarísimo”.
“María de Buenos Aires” (1968)
Operita canyengue con letras de Horacio Ferrer. Incluye “Fuga y Misterio”, “Tocata rea” y “Tangata del Alba”. Quinteto con Osvaldo Manzi, Antonio Agri, Oscar López Ruiz y Kicho Díaz. Voces de Amelita Baltar y Héctor de Rosas.
“Adiós Nonino” (1969)
Quinteto con Dante Amicarelli, Agri, Díaz y López Ruiz. Contiene la versión más memorable del tema que da título al disco, además de “Otoño porteño”, “Soledad” y “Michelangelo 70”
“En vivo en el Teatro Regina” (1970)
Quinteto con Manzi, Agri, Cacho Tirao y Díaz. Una formación en estado de gracia interpretando las llamadas “cuatro estaciones porteñas”, “Buenos Aires Hora Cero” y “Retrato de Alfredo Gobbi”.