A 45 años de su muerte, Elvis Presley regresa para consolidar su reino

En el marco del éxito mundial de su reciente biopic, un repaso por la vertiginosa vida de uno de los intérpretes más importantes de la historia del rock and roll.

Una de las estrofas del himno góspel “Where No One Stands Alone” (“Donde nadie está solo”), de Mosie Lister, dice: “Como un rey, puedo vivir en un palacio tan alto, con grandes riquezas para llamarlas mías. Pero no conozco una cosa, en todo este ancho mundo, que sea peor que sentirse solo”. Esta canción fue grabada por Elvis Presley en 1966 y publicada un año después en su disco How Great Thou Art (Qué grande eres).

Solo eligió cantarla una vez en vivo, diez años después de la salida de aquel álbum, sin haberla ensayado, casi como un rapto impulsivo, en lo que sería una de sus últimas presentaciones ante el público. Y es que el Rey tenía una forma única de percibir la música e interpretarla. 

Marcó la ruta del rock y rompió con las barreras de segregación racial de la época, cuando el arte de las armonías se dividía de acuerdo al color de piel. Elvis supo integrar en cuerpo, alma y voz la melancolía y sensualidad del rhythm and blues, la sensibilidad y el carácter del country y la esperanza y energía espiritual del góspel. 

Carismático, transgresor y optimista. El despliegue de sus movimientos sobre el escenario irradiaba un magnetismo erótico, jamás visto hasta entonces. Ávido animador, humorista y narrador de historias, tenía lo que llamaban “el encanto sureño” y disfrutaba de aislarse del mundo en Graceland, su hogar, en compañía de su familia y amigos, conocidos como la Memphis Mafia.

Considerado un gran productor, no solo dirigía y elegía a cada uno de sus músicos (a los que llamaba la TCB Band, en referencia a “Taking Care of Business”, algo así como “los que se ocupaban de los asuntos”), sino que también participaba de los arreglos de sus canciones en vivo. 

Los excesos, la peculiar relación con su manager, el Coronel Tom Parker, y el fantasma permanente del temor a ser olvidado lo llevaron a perder muchas veces el control de su vida, más nunca el dominio de su voz. Conseguía la grabación perfecta con una sola toma y era dueño de un rango vocal de más de dos octavas. 

No escribía sus canciones, pero las hacía suyas inmediatamente. En ellas supo refugiar su verdadero ser y la autenticidad del artista, donde el resplandor de la esencia de su amor por la música ardía con el ímpetu sagrado que habitaba en su alma. Fue el cantante más grande del siglo XX, el mejor intérprete solista de la historia y el verdadero número uno del rock and roll.

En el amor y en la guerra

En pleno auge de su carrera, Elvis recibió la noticia de que debía enlistarse en la armada estadounidense para formar parte de las Fuerzas Especiales y entretener a los soldados, como lo hacían las grandes estrellas en esa época. Los EE.UU. estaban involucrados en la guerra de Vietnam y a su manager no le gustaba la idea de que el Rey estuviera actuando gratis en cuarteles.

Argumentó que de cumplir con su deber patriótico, sin aprovecharse de ningún tipo de beneficio, sería visto como un héroe y podría limpiar su imagen de niño rebelde que andaba por la TV haciendo movimientos de pelvis amorales y poco ortodoxos. Meses atrás, Elvis se había presentado en el programa The Ed Sullivan Show y, cuando empezó a cantar, se les ordenó a los camarógrafos filmarlo solo de la cintura para arriba. 

La preocupación más grande del Rey radicaba, puntualmente, en que si se unía a la armada, el público se iba a olvidar de él, pero durante esos dos años en los que se ausentó sus canciones no dejaron de sonar gracias a las hábiles estrategias publicitarias de Parker.

Mientras cumplía con su deber militar, recibió la noticia del fallecimiento de su madre, un momento devastador, puesto que tenían una relación muy estrecha. A finales del 59 fue transferido a Alemania, y en una de las fiestas que organizó, conoció a quien se convertiría en el gran amor de su vida: Priscilla Beaulieu. La relación continuó a la distancia, y cuando Priscilla cumplió 21 años se casaron en una capilla en Las Vegas. Al poco tiempo, nació la primera y única hija de la pareja, Lisa Marie Presley, su otro gran amor.

El heroico retorno del Rey

La cadena NBC negoció con Tom Parker un especial navideño que se transmitiría a fin de año en el programa Singer Presents…, patrocinado por las máquinas de coser. Era la vuelta de Elvis a la actuación en vivo, después de siete años durante los cuales su carrera se centró en el negocio del cine, algo que al Rey no lo hacía feliz pero que Parker consideraba redituable y de gran publicidad.

Tanto el productor Bob Finkel, de NBC, como el director Steve Binder se ocuparon de transformar la idea inicial de brindar un show a puro villancico y le propusieron a Elvis en voz alta lo que él tanto añoraba en voz baja: volver a sus raíces. Parker se opuso hasta el último minuto, pero esta vez no logró salirse con la suya.

El contexto sociopolítico de los 60 en los EE.UU. era complicado. Las permanentes manifestaciones del pueblo por los derechos de libertad e igualdad llenaban el aire de ecos de desesperanza y violencia. El compositor Earl Brown fue convocado para escribir una canción para el gran final del especial, y si bien en un principio debía ser un tema navideño, se ignoró por completo este pedido.

Brown conectó con la admiración que Elvis sentía por Martin Luther King Jr., quien había sido asesinado recientemente. Los productores querían brindar un mensaje de amor para que el Rey pudiese impartirlo en el mundo entero, y así nació “If I Can Dream” (“Si puedo soñar”), una pieza que juega con el discurso más famoso del mundo, “I Have a Dream” (“Yo tengo un sueño”), pronunciado por King.

Al oírla por primera vez, y completamente conmovido, Elvis le dijo a Binder: “Nunca más cantaré una canción en la cual no crea”. Y así lo hizo. De hecho, jamás volvió a interpretarla en vivo, y permanece como testimonio de culto del poder de la música para inspirar a la acción y la esperanza al cambio.

El programa, que luego sería conocido como Comeback Special (Regreso especial), fue emitido el 3 de diciembre de 1968 y no solo relanzó la carrera del Rey del rock sino que obtuvo magníficas críticas, fue lo más visto de la temporada y permitió a la audiencia conocer a un Elvis completamente entusiasmado, bromeando permanentemente y haciendo múltiples bises para no dejar de cantar. Pero lo más importante fue que, por primera vez en mucho tiempo, pudo hacer lo que genuinamente deseaba. Y este fue su verdadero éxito. 

La resurrección de Las Vegas: el principio del final

En julio del 69, el Rey pisó por primera vez el escenario del recién inaugurado Hotel Internacional de Las Vegas para dar lo que sería el primero de una serie de conciertos que repitió dos veces por noche, todos los días, durante varias semanas. Una vez más, superó todas las expectativas, generó ingresos millonarios, puso el foco en la ciudad del pecado y dio origen a los modelos actuales de conciertos que se dan hoy allá. 

En el 73, volvió a hacer historia llevando a cabo el primer recital retransmitido vía satélite para el mundo, Elvis: Aloha from Hawaii. El concierto, brindado en la sede en el Honolulu International Center, tenía como objetivo recaudar 25 mil dólares para el Kui Lee Cancer Fund. Presley recaudó 75 mil y tuvo una audiencia de más de mil quinientos millones de televidentes que lo sintonizaron desde América, Oceanía, Asia y Europa. Elvis: Aloha from Hawaii es considerado el espectáculo de un solista más visto en la historia de la música.

En sus últimos años de vida, se embarcó en un programa de conciertos completamente agotadores diagramados por su manager. Elvis estaba con problemas financieros, al igual que el Coronel, que no solo se llevaba un 50 por ciento de los ingresos del Rey sino que además tenía una adicción al juego que le trajo inconvenientes con los casinos.

Parker necesitaba de su cliente y jugaba con los miedos de su estrella, alegando que no sería un buen momento para realizar un tour internacional, algo que traería grandes beneficios monetarios. Pero detrás de ese discurso de aparente protección, el Coronel escondía un secreto: no tenía la documentación pertinente para acompañarlo. Parker sabía muy bien que de salir de gira, no hubiese podido volver a ingresar en los EE.UU y lo perdería todo. Por este motivo, Elvis nunca realizó un tour internacional. 

El abuso financiero de Tom Parker finalmente quedó expuesto en una serie de juicios que comenzaron unos años después de la muerte del Rey. Se descubrió no solo que no era ciudadano estadounidense ni coronel, sino también que su verdadero nombre era Andreas Cornelis “Dries” van Kuijk.

Parker trató de reclamar inmunidad como ciudadano de ningún país, pero finalmente se llegó a un acuerdo extrajudicial que puso fin a sus vínculos con el patrimonio de Elvis. El Coronel pasó sus últimos días deambulando por los casinos de Las Vegas, gastando su dinero en máquinas tragamonedas. 

Su eterna majestad

A modo ritual de sucesión en las monarquías de la antigua Europa, cuando un trono quedaba desierto por la partida del dueño de la corona, tanto el pueblo como los nobles alzaban la voz pronunciando la frase: “El Rey ha muerto, ¡que viva el Rey!”. Lo vitoreaban con vehemencia, al son de un grito sólido, envuelto en un desenfado energético. De este modo, se despedía al líder del reino con honra y valor, manifestando fidelidad eterna, alabanza devota y respeto legítimo.

El 16 de agosto de 1977, el corazón de Elvis dejó de latir. La voz del rock and roll sucumbió al sueño estigio y se apagó aquella tarde de verano en Graceland, sumiéndose en un silencio perpetuo que retumbó en el desconsuelo del mundo entero. 

Y con el trono oficial sin herederos, el linaje real llegó a su fin. Porque así como es utópica la idea de que dos reyes gobiernen al mismo tiempo, también lo es la de que exista otro intérprete que impere los pináculos de la historia de la música como lo hizo Elvis Presley, incluso al día de hoy. Soberano de la melodía, monarca de la canción. 

Damas y caballeros, el Rey ha muerto, ¡que viva el Rey!

Artículos Relacionados>

Por El Planeta Urbano

El reconocido productor argentino utilizó sus redes sociales para dar a conocer cuándo se estrenará su colaboración #57.

Por Lorena Marazzi
El Planeta Urbano estuvo en Mendoza para presenciar la fecha final de esta serie de charlas organizadas por el bartender Gonzalo Palacio en su bar The Garnish, donde brilló Inés de los Santos. Además, el sábado 30 de septiembre el exitoso rincón coctelero cumplirá tres años de vida y habrá festejo.
Por El Planeta Urbano

Sus majestades satánicas presentaron el segundo corte de difusión de su nuevo álbum "Hackney Diamonds", que se estrenará el 20 de octubre. Cuenta con una poderosa performance vocal e instrumental de dos viejos y queridos amigos de la banda.

Por El Planeta Urbano

El reconocido artista murió a los 82 años y los fanáticos de la saga de ciencia ficción lamentaron su pérdida en las redes sociales.

Por El Planeta Urbano

El vocalista y músico de la banda se refirió a sus ideas para seguir vigentes durante muchos años más.

Por El Planeta Urbano

La compañía de alojamientos temporarios invita a sus huéspedes a vivir una experiencia nueva junto a la reconocida película.

Por El Planeta Urbano

Hoy, el buscador más visitado del mundo celebra su cuarto de siglo y para ello comparte con sus usuarios el recorrido de su logo y sus orígenes. Conocé su historia.

Por El Planeta Urbano

La cantante estadounidense decidió grabar uno de sus shows para que sus fanáticos lo puedan disfrutar como si estuviesen presentes.