En el país de la carne, el verdadero boom es la alimentación a base de plantas
En apenas un lustro, la alimentación a base de plantas (plant based en inglés) creció de manera exponencial. Si la tendencia ya estaba firme antes de la pandemia, desde la llegada del Covid-19 a nuestras vidas la preocupación por lo que comemos se volvió casi una obsesión. Así, millones de personas (literalmente) incorporaron a su dieta alimentos que hasta hace poco estaban destinados a un pequeño nicho de mercado.
Si bien no hay datos oficiales, desde la Asociación de Productores a Base de Plantas, una entidad que nació al calor de este boom, estiman que en el mercado circulan alrededor de 15 mil millones de pesos anuales distribuidos entre unas 50 PYME y miles de pequeños emprendimientos que florecen por doquier para cubrir una demanda que no para de crecer.
“Argentina tiene un enorme potencial. Hay mucha gente que se levanta todos los días pensando cómo mejorar su emprendimiento. Y la Asociación es eso, un conjunto de emprendedores con una forma particular de ver el mundo”, dice a El Planeta Urbano Francisco “Pancho” Piñero, presidente de la Asociación y creador de una de las marcas más exitosas del mercado, Casa Vegana.
Para graficar el crecimiento del sector, Piñero acude a su propia experiencia: “Nosotros damos trabajo a 40 familias. Hace cinco años, éramos sólo tres; hace cinco años, vendía 7 mil productos por mes, hoy vendo 85 mil. Hay un crecimiento exponencial, muy pronunciado.”

Pandemia, factor multiplicador
En 2019, tanto en Estados Unidos como en Europa la tendencia alimenticia que más crecía era la de productos plant based. La pandemia no hizo más que acelerar el proceso. “Comer bien pasó a ser una prioridad. Lo que comés es lo que te metés adentro del cuerpo, ni más ni menos”, ensaya Piñero.
“Durante la pandemia, la gente empezó a prestarle más atención a su salud y se dio justo en un momento en que el consumo a base de plantas ya estaba creciendo. La acción de comer es muy importante, es como si te plantaras cuatro veces al día frente al sistema”, agrega.
Pero además, lo que en el sector empezaron a visibilizar es que el público objetivo se amplió. Las ventas no son impulsadas sólo por quienes optan por una dieta vegana o vegetariana, sino que se sumaron personas preocupadas por cómo afectan los alimentos a su salud y, sobre todo, el creciente interés por el impacto ambiental de la producción de carne. “Está comprobado por estudios internacionales que este último aspecto es mayoritario entre quienes optan por variar su alimentación con productos a base de plantas”, dice Piñero.
Esto no quiere decir que la gente deje de consumir carne, sino que la reduce drásticamente. “Nuestras empresas le hablan a ese público; hace 15 años, le hablábamos al vegano, hoy los clientes buscan una dieta más equilibrada y la tendencia está tomando fuerza hacia ese aspecto”, explica. “Vamos hacia un giro que instalará la alimentación saludable y los productos plant based aportan muchísimo a ese equilibrio porque hoy la oferta de productos es muy amplia”, añade.
El 80% de los clientes que optan por estos productos, comen de todo y están tratando de equilibrar. “Y… la verdad es que te sentís mejor, si escuchás a tu cuerpo, la solución va por ahí: cómo vivir mejor, cómo comer mejor”.
Emprendedores por doquier
En la Asociación de Productores a Base de Plantas hay empresas grandes, como la exitosa marca de origen chileno NotCo y la interesantísima propuesta de Crudencio, quienes ya llegaron a grandes supermercados, pero también pequeños emprendedores, como Ortiga Mansa, un emprendimiento ubicado en Duggan (San Antonio de Areco) que produce hamburguesas veganas para toda la zona.
Las ramas son variadas. Desde quesos veganos (Augusta), pasando por helados (Haulani), chocolates (Dr. Cacao), yogures (Yogger) y arroces (Pampa’s Grains), golosinas (Un Rincón Vegano), jugos (Pura Frutta), aderezos (Arytza) o galletitas (Zafrán), entre muchos otros.
“Hay cada vez más emprendimientos”, confirma Piñero. Desde la Asociación impulsan mentorías para pequeños emprendedores y apuestan por la difusión sobre la importancia de este tipo de alimentación. “También hay mucha aplicación de tecnología y desarrollo, como un emprendimiento para sacar proteína de los hongos. Hay mucha inventiva”, se entusiasma.
