90 años de Fernando Botero: 10 obras icónicas del reconocido pintor colombiano
Fernando Botero cumple 90 años, el pintor colombiano más reconocido del mundo, y la plataforma Google Arts & Culture puso a disposición de los internautas una colección de los cuadros más icónicos del artista nacido en Medellín el 19 de abril de 1932. Entre ellos, uno de los más importantes: “Lección de guitarra”, que se encuentra en el Museo Nacional de Colombia.

Son cien imágenes digitalizadas las elegidas en representación del arte de un hacedor reconocido por sus figuras voluminosas y su paleta de colores explosiva. La plataforma ofrece además la posibilidad de ver las obras con la técnica de realidad aumentada, acompañada por zoom de alta definición, videos online y mucho más.

Ese estilo absolutamente reconocible es el medio por el cual Botero abordó una gran variedad de temas, ya sea reinterpretando cuadros de los antiguos maestros como ofreciendo pantallazos de latinoamericanismo en imágenes de la vida doméstica de la región, escenas de la calle o retratos satíricos de personajes políticos. El volumen exagerado de sus criaturas, en todo caso, persigue menos una crítica a la forma de los cuerpos que la búsqueda de impacto visual.

En la exposición digital también pueden encontrarse fotografías de algunas de sus esculturas, ya que en esa disciplina Botero también supo lograr una extensión de sus obras bidimensionales. Sus piezas escultóricas pueden hallarse en calles de Medellín, Nueva York, París, Barcelona, Madrid, Jerusalén, entre otras. Buenos Aires integra la lista, orgullosa: el Parque Thays cuenta con “Busto”, donada por el artista en 2002.

Autodidacta y universal
A pesar de haber asistido a la Academia de San Fernando en Madrid y a la de San Marcos en Florencia, Fernado Botero es autodidacta. Publicó por primera vez ilustraciones en el suplemento literario del diario medellinense El Colombiano, y su primera exposición individual fue en Bogotá, a los 19 años.

Su momento epifánico –ese instante en que un artista sabe para siempre quién es- le llegó en 1956, cuando residía en la ciudad de México. La revelación tuvo forma de cuadro: el de una mandolina plasmada con formas desproporcionadas, lo que le permitió explorar a futuro el tema del volumen. Por un lado, sentía que allí había algo nuevo; por otro, que en ese descubrimiento se cifraba un estilo.

Así nacía el “boterismo”, esa forma del arte plástico deudora del estilo figurativo que el reduccionismo se empeña en agrupar bajo una denominación tosca: “los gordos de Botero”. Seña de identidad que el antioqueño desde hoy nonagenario cultivó a fuerza de giras y el inestimable aporte de los críticos internacionales, siempre elogiosos con su trabajo.

Esta nota despliega una decena de obras para celebrar el cumpleaños número 90 de un pintor que a lo largo del tiempo se convirtió en uno de los artistas latinoamericanos más vendedores, superando varias veces el millón de dólares en casas de subastas prestigiosas, como Sotheby’s y Christie’s.


Fuente: Télam