Teatro, del off al on: un mundo de sensaciones por descubrir
Sus luces de neón son la antesala de un bazar de placeres: porciones de pizza rebosantes de queso, libros, brillo, aplausos, risas, llantos, perfumes, colores, gritos, bailes. Las marquesinas se encienden y una energía previa palpita y contagia cierta adrenalina o expectativa sobre aquello de lo que aún no se sabe: un espectáculo está por empezar. Esa mística se vibra tanto arriba como abajo del escenario, la sienten los que actúan y los que ven. ¿Qué pasa cuando una obra del under se muda por un rato a ese mundo de sensaciones llamado calle Corrientes?
Jon Goransky, director del Metropolitan, lo hizo posible. Desde 2020 creó el ciclo Verano Off en el Met. Durante esta temporada, Las cuñadas y La fiebre, dos de las obras de Nün Teatro Bar, uno de los referentes del teatro independiente de Buenos Aires, pisan fuerte en un nuevo y colosal escenario.
Maru Belli, Sandra Srolovich y Karina Hernández crearon Nün seis años atrás, en una zona de Villa Crespo en donde no hay teatros y no existían tantos bares como hoy. Su espacio se distingue por generar intimidad; una sala chica que hace que el espectador esté bien cerca de los actores.

“Es un receptor y generador de arte, que nos da la posibilidad de brindar a la comunidad un espectro cultural lo suficientemente amplio, para que todo aquel que llegue encuentre algo con lo cual identificarse”, cuenta Karina. La identidad tanto del bar que recibe a quienes llegan a ver una obra como del lugar en general emana esa sensación de estar en el living de una casa.
Distinto a lo que sucede en el Metropolitan, con la inmensidad de su sala y su pesado telón. Un cambio de ambiente, de público, de juego posible, con otras reglas. Jon Goransky buscó invertirlas y de esta manera lo logró: “Todo parte del deseo de pensar en la trifecta a la hora de hablarle a otro público, atrayendo a otros artistas y promoviendo otro tipo de contenidos para el público. Nosotros siempre hablamos de ‘ahora en calle Corrientes’, más que de ‘llega a calle Corrientes’, porque si no la sensación pareciera que es que todo el mundo quiere y muere por llegar, y yo entiendo y celebro que no para todos ese sea el norte”.
“Las obras del teatro off suelen ser más jugadas o tener otro tipo de búsquedas, porque el espacio lo permite; a veces en el teatro más comercial necesitás actores famosos que vendan tickets y puedan llenar esa sala. Esta es una cruzada excelente, poder acercar al mainstream un poco de lo que pasa en el off, se da una visibilidad inédita. Es una forma de retroalimentarnos”, continúa Karina.
Exploración y encuentros
Las cuñadas es una obra que tuvo su estreno en 2019 en Nün y atravesó ya dos temporadas, pandemia mediante. Un triángulo conformado por las actrices Julia Galeano, Mercedes Moltedo y Florencia Naftulewicz, autora y codirectora junto a Pilar Boyle.
Una comedia escrita en verso, que explora el sarcasmo en su máxima expresión al desnudar la hipocresía y los secretos de dos cuñadas de una familia de clase alta acomodada, en el marco de un típico ritual de belleza: su encuentro con la manicura.
“Me surgió una imagen de dos mujeres muy de clase alta con su manicura. Ese fue el disparador, me hizo pensar en el choque de clases y de situación de vidas; fue un gran desafío poder escribir sin prejuicios, porque los personajes son tan particulares que a veces me daba pudor escribir las barbaridades que dicen estas mujeres. Las cuñadas son estos personajes que viven encerrados en sus casas, como en otro mundo, como si todos los logros de las mujeres en el último tiempo no les hubieran llegado; y en contrapunto, la manicura, una mujer que viene de otra realidad, con otra situación”, dice Florencia, la autora y actriz que interpreta a una de las cuñadas.

Casualmente, un cruce inesperado se da tanto en el ciclo que hace convivir al off con el on como en esta obra en la que se entrelazan de un modo inesperado las vidas tan diferentes de estas tres mujeres.
“Cuando la estrenamos en Nün fue una gran sorpresa darnos cuenta de que la gente se reía, y a la vez le parecía un horror reírse de lo que veía. Eso para nosotras fue un objetivo cumplido. La obra atravesó un montón de cosas. Yo fui madre, vino la pandemia. Pero las ganas de continuarla estaban. Y en 2021, cuando reestrenamos, fue muy interesante, porque nosotras cambiamos y la obra cambió. Los actores aprendimos a vivir en la inmediatez. A hacer una función y no saber si la íbamos a poder volver a hacer. Creo que eso le da un presente increíble al teatro, un disfrute, una necesidad de estar en el minuto a minuto de ese tiempo en escena”, resalta Florencia.
Animarse a arriesgar
A partir del estreno de la obra en el actual ciclo del Met, todo se multiplicó: el público, los aplausos, las risas, la visibilidad, el espacio y las oportunidades. Pilar Boyle, para este pasaje, se propuso probar cosas nuevas: “Es un texto que contiene una agresividad por debajo muy potente, y nos hace muy valientes, nos hace animarnos a contar una historia muy violenta pero desde la comedia. Para este ciclo me propuse probar cosas nuevas en la puesta que quizás en un teatro más pequeño sería mucho; me animé a probar fantasías que tenía”.
La actriz Mercedes Moltedo interpreta a una de las maléficas cuñadas: “Es una obra sin límites, puede pasar cualquier cosa y todo está habilitado. Haber hecho este pasaje nos dio la oportunidad de expandir la voz, el espacio; es un gran desafío pasar del off al on. Nos da una fuerza extra para producir, para llevar gente, una solidez y una legitimación. Porque todo cobra una dimensión más grande”.
Julia Galeano interpreta a la manicura, y dice: “Cuando tuvimos la primera función en el Met, cuando entré en el escenario casi me caigo de emoción. Había 200 personas, era más del doble del público que entra en la sala del Nün. Son dos experiencias totalmente distintas pero muy buenas; en Nün se da algo más íntimo, estamos como contando secretitos, el público es más cómplice. Pero en el Met la obra se expande, todo crece, podemos irnos más para afuera”.
“Las cuñadas era una obra que me interesaba sobremanera, es una muy buena comedia, que viene demostrando cómo se va ganando público función a función, y cómo va creciendo el contenido. La experiencia de pasar a un espacio más grande la hace crecer. Con La fiebre, que recién estrena, tenemos mucha expectativa con respecto al texto y a la actriz, y con ver qué pasa con esa obra en un espacio como el Metropolitan”, cuenta Goransky.

Emociones a flor de piel
La fiebre también dio el salto del off al on gracias al recorrido que dio durante su temporada en Nün. Dirigida por Mariana Chaud y protagonizada por Julieta Zylberberg, es un diálogo entre su protagonista, Azucena, y Fiebre, una tortuga. En esa charla se ponen en juego temas como el trabajo, el amor, el beber, la marginalidad y emociones como la gracia, la agresividad y la paranoia.
Azucena pasa de la lucidez extrema a la locura. Y es tal vez eso lo que tanto disfruta Julieta de interpretarla: “El personaje es muy rico porque pasa por muchísimos momentos y explora temas y puntos que me interpelan a mí como persona, empatizo con el personaje. Hay canciones muy lindas también, me encanta hacerlas. Es como una tragedia musical de la soledad. Salgo de la obra con mucha energía. Si bien es graciosa, tiene bastante densidad, me conmueve en todo sentido. Es bastante exorcizante hacerla. Hay obras del off que son muy lindas para pensar cómo serían en otro circuito. Esta es una”.
Este nuevo diálogo entre los teatros del off y el on inaugura otro tipo de circulación y alimenta a la comunidad teatral, tal como afirma Goransky: “Entender que una obra puede tener una sobrevida para dar con un público nuevo, ver cómo se resignifica, me parece superinteresante. La intención tiene que ver siempre con que las salas no sientan que pierden un contenido, sino que sientan que lo ganan, que tengan una ventana más de exhibición. Lo mejor que nos puede pasar a todos es que esa circulación tenga sentido y que haya buena energía, que todos ganemos, y que después esa obra también crezca en su próxima temporada”.
