XReal: un festival único en Latinoamérica, en un paraíso cerca de Buenos Aires.
“Es una experiencia increíble, difícil de describir con palabras” -afirmó una de las invitadas al evento. Tal vez sea complejo de describir porque es un concepto totalmente nuevo. XReal es una fiesta sensorial, interactiva e inmersiva que combina arte visual, música, gastronomía y naturaleza. En esta tercera edición de XReal que se llevó a cabo el 7 de diciembre se sumaron más experiencias, artistas y nueva tecnología para concretar un evento único en Latinoamérica.
En este festival XReal los participantes disfrutaron de obras de arte virtuales en el lugar, y también en la app de realidad aumentada Uxart. Gracias a esta tecnología las obras se convirtieron en hologramas proyectados en los soñados jardines de Isla El Descanso,
En este entorno los participantes vivieron un viaje único, con obras de grandes artistas argentinos como Julio Le Parc, Rogelio Polesello, Gyula Kosice y otros, integradas al entorno natural, entre bosques, lagos, puentes y senderos mágicos.
Miller participó nuevamente del evento, consolidándose como una marca fiel a su estilo, disruptiva, innovadora y en la búsqueda de nuevas tendencias.
La musicalización del evento estuvo a cargo de Miller con una propuesta de música electrónica de la mano de Londonground, Virginia da Cunha y Agustín Toffolini, quienes tocaron sets inspirados en la dinámica del evento
Fue una experiencia donde se rompieron los límites entre la realidad y lo virtual, entre el mundo concreto y la fantasía.
El recorrido
Los participantes llegaron a la isla después de un breve traslado en barcos desde el puerto de Tigre.
Fueron recibidos con diferentes tipos de comidas y bebidas en espacios ambientados con muebles originarios de recónditos lugares del sudeste asiático.
Después pudieron elegir entre distintos recorridos diurnos por senderos a través de jardines llenos de flores, aromas, puentes y esculturas.
Ya de noche empezaron a aparecer entre la naturaleza y las construcciones nuevas obras virtuales, con música de fondo, que hicieron que la experiencia sea una verdadera fantasía para todos los sentidos, como un jardín de flores intervenido con luces de colores que parecía transportar a los visitantes a otra dimensión.
Así los invitados recorrieron la isla y conocieron en profundidad las distintas obras y sus artistas, viviendo la experiencia como en los mejores museos de las ciudades más cosmopolitas del mundo.
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