Shinrin yoku · BOSQUE ADENTRO

Una centenaria tradición japonesa propone internarse en los pulmones más imponentes del país y experimentar una conexión total con la naturaleza para mejorar el bienestar personal. En el sur de la Argentina tomaron nota y esta actividad se erige como una alternativa turística para cuando termine el aislamiento.


En un momento estuvo muy de moda hablar de “déficit de naturaleza”, en relación a la falta de contacto con el mundo natural que tenemos quienes vivimos en ciudades, una idea que ahora, en el encierro, adquiere otra relevancia. Una de las técnicas de salud y bienestar basadas en la naturaleza (por los beneficios que tiene sobre la ansiedad, el estrés, la depresión, la microbiota, etcétera) es el shinrin yoku. También llamado “baño de bosque” o “terapia de bosques”, es algo que se practica en Japón y otras culturas orientales, pero que también tiene adeptos locales.

En este sentido, el shinrin yokuha sido comparado con otras técnicas o enfoques de terapia natural o “ecoterapéuticos”, como el river running, que se practica, por ejemplo, en los EE.UU. y que tuvo sus orígenes en los 50 y 60 con los river recreationists. Se ha usado para tratar el estrés postraumático en veteranos de guerra, y consiste en aprovechar las virtudes de caminar, correr o hacer kayak en los ríos. De alguna manera, es algo que intuitivamente sabemos: estar al aire libre, en contacto con la tierra (grounding), tomar sol y aspirar aire puro, sin duda, tiene su impacto positivo en la salud. ¿Pero cuánto y cómo exactamente?

Entre algunas de las recomendaciones que se dan están, por ejemplo, caminar, sentarse y observar entre los árboles. Esto, acompañado de una dieta balanceada de comida orgánica con ingredientes locales y, si es posible, complementado con baños termales.

De la filosofía a la acción

No sorprende que el shinrin yoku, tildado por algunos como una simple tendencia de fitness o uno de los tantos movimientos de detox digital, tenga una gran conexión con la filosofía budista y otras prácticas, como la meditación y el mindfulness,extendidas en culturas orientales, ya que en esencia reafirma el sentido de que el mundo natural –contrario a las creencias en Occidente, donde se lo considera como algo externo– es parte de nosotros y de un todo armónico con el que podemos conectarnos.

Si bien los beneficios transformadores de la naturaleza sobre el cuerpo y la psique son conocidos, los mecanismos detrás de los cambios profundos que pueden llegar a generar son menos debatidos y entendidos. Según un artículo reciente de la revista Psyche, hasta 1982, cuando Tomohide Akiyama, entonces secretario de la Agencia de Bosques de Japón, acuñó el término “shinrin yoku” para describir la práctica de adentrarse en los bosques en busca de una renovación física y mental, no existía tanta información o investigación formal sobre el tema.

Aunque cabe destacar que la tradición ya tiene cientos de años en Japón, el hecho de concederle una terminología y empezar a establecer cuáles son las mejores prácticas para aprovechar estos paseos naturales es algo contemporáneo. Entre algunas de las recomendaciones que se dan están, por ejemplo, caminar, sentarse y observar entre los árboles. Esto, acompañado de una dieta balanceada de comida orgánica con ingredientes locales y, si es posible, complementado con baños termales. Por otro lado, según las bases del Forest Therapy Institute, los cinco sentidos tienen que estar en juego en estas caminatas.

Akiyama también retoma el trabajo pionero que realizó el científico soviético Boris P. Tokin en los 20 y 30 sobre los fitoncidios, compuestos orgánicos volátiles aleloquémicos antimicrobianos en forma de aceite que exudan las coníferas y algunas otras especies de plantas que reducen la presión sanguínea y ayudan al sistema inmunológico.

Por suerte, hoy en día, el tema está más documentado y existen numerosos estudios y papers que se han dedicado a explorar estos y otros efectos. Incluso la sola vista de un espacio natural fomenta el control autónomo del ritmo cardíaco y la presión sanguínea, y lo mismo sucede con los sonidos de la naturaleza y su impacto (reducción del cortisol, la hormona del estrés). ¿Otros puntos a tener en cuenta? Las luces brillantes y los iones negativos del aire (átomos de oxígenos con un electrón extra).

La dosis justa

Los estudios también señalan que de tres días a dos noches en un lugar arbolado mejora las funciones del sistema inmune y produce sensaciones de bienestar (relajación, restauración de la atención, posibilidad y vitalidad) que pueden durar hasta siete días. Además de reducir el riesgo cardiovascular, fiebre, migrañas y bajar los niveles de ansiedad.

Y si bien los beneficios no son los mismos en espacios edificados, como indican desde el College of the Environment de la Universidad de Washington, quizás sea posible replicar algunas de estas variantes en medios urbanos: como se sabe, la gente responde favorablemente a fuentes de agua en un jardín. Para no perder totalmente las esperanzas de lograr beneficiarnos de alguna manera, la llamada naturaleza ornamental, diseñada o creada, también puede ser efectiva. “Incluso en las ciudades donde la naturaleza endémica no está disponible podemos intervenir y diseñar para curar”, insisten desde la revista Psyche.

Tal vez por eso esta terapia también se está expandiendo a otros países por afuera de los parques nacionales en Japón, ganando adeptos con programas para guías certificados y hasta clubes, membresías y retiros.

Los estudios señalan que de tres días a dos noches en un lugar arbolado mejora las funciones del sistema inmune y produce sensaciones de bienestar (relajación, restauración de la atención, posibilidad y vitalidad) que pueden durar hasta siete días.

Conexión local

En el país existe el instituto Baños de Bosque Argentina, con guías certificados por el Forest Therapy Institute, que hace poco realizó el primer congreso local y virtual. Uno de los sitios donde se practica esta técnica es Villa La Angostura, en la Patagonia. El iniciador de los baños de bosque en la Argentina es Juan Aubert, guía certificado, quien regularmente difunde información sobre las implicancias que tiene en el ecoturismo y en cómo sustentan tanto la salud humana como el turismo local.

Podés consultar más info en shinrinyokuargentina.blogspot.com.

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