OJOS DE VIDEOCLIP

El prestigioso director de cine Paul Thomas Anderson estuvo a cargo del último trabajo de Haim, una banda indie de tres hermanas californianas en ascenso. Con este envión, vale la pena repasar algunos de los mejores saltos entre la pequeña y la gran pantalla.


Pasó algunas veces, y casi siempre fueron míticas. Cada vez que ocurrió, la historia no tuvo más chances que calar hondo, profundo, seco, fuerte. Dejar marca. Por eso, en esos dulces regalos de vaya a saber qué dios pop, un surco visual marcó el devenir de esos protagonistas. El videoclip siempre fue un agente popularizador y, con la cultura MTV mermada pero con YouTube en alza, hoy es objeto de culto. Aun así, no son muchas las bandas en el mundo que pueden contar con la dirección de un autor (autor autor) al mando de sus clips. Cuando sucede, la mano de esos artistas destaca por sobre el resto.

A lo largo del tiempo, hubo algunos cruces alucinantes y otras mezclas de locos. Pero sorprende, y realmente llama la atención, que Paul Thomas Anderson, que dirigió películas trascendentales, como Boogie Nights, Magnolia o There Will Be Blood, y que se unta a diario con el maquillaje del prestigio, se encargue de la dirección de un tendal de clips de una banda joven. Por caso, Haim es un conjunto de hermanas californianas, habitualmente comparadas con Fleetwood Mac y que, bajo este influjo random, tuvieron la colaboración de P. T. Anderson en cinco oportunidades: “Right Now”, “Little of Your Love”, “Night So Long”, “Summer Girl” y, ahora, por estos días, en “The Steps”.

Durante los ochenta, ese gesto fue determinante para el devenir de los videoclips. Con John Landis dirigiendo películas como The Blues Brothers o An American Werewolf in London, pero también cambiando la forma en la que el público se relaciona con los artistas: gestó “Thriller”, de Michael Jackson, el video definitivo. Con Steve Barron filmando Teenage Mutant Ninja Turtles y Coneheads pero rompiendo el molde con “Take On Me”, de A-ha. Con Mary Lambert cargándose la potente Pet Sematary (de Stephen King) e inventando la versión más sexual de Madonna vía “Like a Virgin”, “Material Girl”, “La Isla Bonita” y “Like a Prayer”.

Desde ahí, con esta especie de big bang, una nueva noción de videoclips narrativos pero, casualmente, al mando de directores de cine. No parece sencillo ni para cualquiera: evidentemente, comprimir magia en tres o cuatro minutos es tarea para los grandes. Allí, la diferencia con el resto. Cuando hay fuego, se nota. Entretanto, se desliza la calidad cinematográfica, se grafican poemas audiovisuales, se lucen verdades experimentales, se explotan conceptos manejados por profesionales que saben lo que es bueno.

El videoclip siempre fue un agente popularizador y, con la cultura MTV mermada pero con YouTube en alza, hoy es objeto de culto.

Michael Bay

Cortes rápidos, grandes explosiones. Bay es uno de los hombres más taquilleros de Hollywood (vamos al hueso: Armageddon, Pearl Harbor, Transformers) y, al mismo tiempo, dirigió los clips de “I Touch Myself”, de Divinyls; “Love Thing”, de Tina Turner, y “Do It To Me”, de Lionel Richie, entre otros.

Tim Burton

El Niño Ostra (¿está mal decirle así a Burton?) se lució con Edward Scissorhands, Batman, Corpse Bride y Ed Wood (con esta filmografía se le perdona Alice in Wonderland). Y, en apenas dos oportunidades, se metió en los videoclips, con “Bones” y “Here With Me” (con protagónico de Winona Ryder), ambas canciones de The Killers.

Sofia Coppola

Utilizando imágenes de su primera película, The Virgin Suicides, Sofia Coppola construyó su video más original: “Playground Love”, de Air. Asimismo, repitió la jugada con “City Girl”, de Kevin Shields, utilizando fragmentos de Lost in Translation. También vistió de lencería a Kate Moss para “I Just Don’t Know What To Do With Myself”, de The White Stripes.

Anton Corbijn

Fotógrafo exquisito, autor de videos en blanco y negro, dueño de una estética elegante, Corbijn se despachó con un puñado de clips de Depeche Mode; “Heart Shaped Box”, de Nirvana, y “One”, de U2. Además, es conocido por Control, filme que narra el devenir de Ian Curtis, atribulado cantante de la igual de atribulada banda Joy Division.

David Fincher

Durante la era dorada del clip, Fincher y Madonna, que estaban en su punto justo, se potenciaron con la intensidad del otro. Y no es de extrañar que tanta combustión terminara en un trabajo como “Vogue”, de la reina del pop. Hace poco se filtró un backstage picante que vale buscar. ¿Qué hizo Fincher? Seven, Fight Club y mucho mucho más.

Romain Gavras

Ambientes ásperos, realidades yuxtapuestas y llenas de energía. Los universos del hijo de Costa-Gavras (Z y État de siège) evocan una estética cool y su artefacto suele ser la violencia. Es conocido por dirigir “Bad Girls”, de M.I.A., y esas minipeliculitas de Justice: “Stress” y “Civilization” (con brand de adidas). En cine, hizo Le monde est à toi.

Michel Gondry

Innovador visual, manipulador de las puestas de escena. El sofisticado realizador de Eternal Sunshine of the Spotless Mind y The Science of Sleep estuvo cerca de The Chemical Brothers con “Star Guitar”, “Let Forever Be” y, más acá, con “Got To Keep On”. Además, filmó para nombres pesados como Björk, The White Stripes y Devendra Banhart.

Spike Jonze

Fotógrafo de skate, amigo de los dementes de Jackass y portador de una onda fenomenal, Jonze remixa la cultura pop en videos musicales como “Buddy Holly”, de Weezer; “It’s Oh So Quiet”, de Björk; “100%”, de Sonic Youth; “Weapon of Choice”, de Fatboy Slim, y “Sabotage”, de Beastie Boys. A su vez, es el director de Being John Malkovich, Adaptation y Her.

Martin Scorsese

Uno de los más grandes directores en la historia del cine se juntó con uno de los más grandes artistas en la historia. Pasó en “Bad”, y aquella resultó la unión de Scorsese con Michael Jackson. No hace falta aclarar que Scorsese dirigió Taxi Driver, Raging Bull y Good Fellas. Y muuucho más acá, The Irishman, esa de Netflix que no ganó nada en los últimos Oscar.

Gus Van Sant

Dueño de un pulso angustiante, narrador de la juventud y voz de cierta opresión, Van Sant brilló con Elephant y Last Days (la de los últimos días de Kurt Cobain) y pasó a jugar en primera con Milk, llevándose dos Oscar. En medio de esta aventura, puso su lente para David Bowie, Stone Temple Pilots y “Under the Bridge”, de Red Hot Chili Peppers.

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