A dos décadas de su primera cosecha de Malbec, Viña Cobos, el proyecto del enólogo norteamericano Paul Hobbs, se ha consolidado como una de las bodegas más prestigiosas de la Argentina.

“Es notable, probablemente el logro más notable de mi vida”, ha dicho Paul Hobbs de la creación de Viña Cobos, el proyecto que imaginó desde que pisó por primera vez Mendoza en 1988 y que en 1999 elaboró la primera cosecha de Malbec para las líneas Cobos y Bramare. A 20 años de aquel logro, el winemaker estadounidense mira hacia atrás con la conciencia de haber cumplido un sueño. Uno en el que un hombre con credenciales poderosas (Hobbs trabajó para Robert Mondavi en Napa Valley y para Catena Zapata aquí) plasmó lo que el terroir le decía: que Mendoza era un lugar donde la viticultura de alta gama tenía posibilidades de desarrollo como en pocos lugares del mundo. Lo cumplió en 1997, cuando junto a la pareja de enólogos argentinos Luis Barraud y Andrea Marchiori creó una bodega que en 2014 lograría lo que ninguna hasta ese momento: que un vino suyo -el Cobos Malbec Marchiori 2011- fuese calificado con 100 puntos por el crítico James Suckling. Atrás quedaba lo que había sido su escalón mayor, los 99 puntos Parker logrados con el Cobos Malbec 2006, año en que se construyó el edificio del establecimiento.
A lo largo del tiempo, y explorando las mejores zonas dentro de Luján de Cuyo y el Valle de Uco, Hobbs se dedicó a perfeccionar todas las líneas en busca de un logro definitivo: elaborar vinos únicos. Y no es casualidad que la carta de presentación de la bodega en el mundo fuera un vino elaborado con la cepa insignia de la Argentina: Hobbs ama el Malbec y a lo largo de los años le ha dado el lugar que merece a través de etiquetas de la bodega como Cobos, Bramare y Felino. También el Chardonnay, el Cabernet Sauvignon y el Pinot Noir son protagonistas y están presentes en varias de las líneas que completan el portfolio, pero es el Malbec el que mejor representa la filosofía enológica de Hobbs.
Con el tiempo llegarían a la bodega la apertura al turismo local e internacional, el certificado de Excelencia de Trip Advisor y la expansión de su zona productora. La tarea no ha sido fácil y en dos décadas hubo muchas dificultades en el camino, pero finalmente la bodega logró posicionarse como un símbolo de vinos de alta gama en Argentina, con el Malbec como mayor expresión de excelencia. El mismo Hobbs lo describió sin ahorrar palabras: “Viña Cobos creció hasta convertirse en lo que es hoy y estoy muy contento con lo que hemos logrado, lo cual no parecía posible. Volvería a pasar por todo aquello para ver cómo hemos llegado hasta aquí”.