EN OTRO PLANO
Las marcas más prestigiosas de la moda se pelean por vestirlos y la música que componen ocupa los primeros puestos en el chart mundial. Participan de eventos y se involucran en temas de alta conciencia social. Modelos, cantantes y activistas, pero de otra realidad.
[dropcap size=big]S[/dropcap]i todos los pronósticos de los expertos en tecnocultura son ciertos y nos movemos inexorablemente hacia un futuro de mayor automatización en el que los bots cubrirán gran parte de las actividades que hacemos los humanos, ¿por qué habrían los influencers de quedar inmunes ante la avanzada cibernética? Si los influencers de carne y hueso son también, en algún sentido, un producto digital del nuevo milenio, pensar que simulaciones virtuales puedan hacer el mismo trabajo (promocionando y vendiendo productos) no parece tan descabellado. Al fin y al cabo, a los primeros los conocemos solamente porque existen en una plataforma digital (Twitter, Instagram o YouTube), y muchos agregarían que por momentos sus vidas parecen bastante irreales o sus contenidos monocordes y mediocres. De ahí a pegar el salto a lo virtual parece haber poca distancia… y mucho para ganar en términos tanto de costos como de contenidos y artística.

Así parecen pensarlo algunas marcas, mientras las agencias se preguntan por qué no tener un robot humanoide que esté vendiendo productos o que esté explicando cosas. En un mercado saturado como el del marketing de influencers –algunos vaticinan que el fenómeno ya se aproxima a su fin–, y donde destacarse con lo diferente paga, la AI puede ser una nueva tendencia rentable para considerar.
Con más de un millón de seguidores, Miquela Sousa es una brasileña/estadounidense de 19 años que reside en Los Ángeles, donde trabaja como modelo y componiendo música.
Las chicas mandan: las nuevas it girls virtuales
Es probable que esto sea lo que pensó Prada cuando, en la última Milan Fashion Week, recurrió a la primera it girl virtual, Lil Miquela, para lucir sus prendas. No faltó mucho tiempo para que Moncler, Diesel y Adidas también se subieran a la movida. Y es que esta veinteañera pecosa y canchera, fan de la moda casual y el athleisure, que según se sabe fue creada por la compañía Brud (un colectivo de artistas de Los Ángeles especializado en la “creación y gestión de talento artificialmente inteligente”), ha conquistado a todos. Con más de un millón de seguidores, Miquela Sousa es una brasileña/estadounidense de 19 años que reside en Los Ángeles, donde trabaja como modelo y componiendo música (su tema “Not Mine” alcanzó el puesto número ocho en la lista Spotify Viral). Como la conciencia social también está de moda, Miquela es además abanderada de Black Lives Matter y apoya a la comunidad LGBT.

La influencer tuvo que confesar su verdadera naturaleza después del ataque de otra personalidad artificial, Bermuda (obra de la compañía de inteligencia artificial Cain Intelligence, conocida por sus apoyos a Donald Trump), que hackeó por un par de horas su cuenta antes de hacer las paces con ella. Graciosamente, Bermuda es todo lo opuesto a la liberal Miquela. Bermuda es rubia, admira a Iggy Azalea, apoya al presidente y también tiene sus canciones en Spotify, pero su estilo es más tradicional. Real o pautado, el pleito cumplió con su cometido: mantener a los seguidores en vilo, y, por supuesto, seguir haciendo crecer su popularidad para colocar productos.
Pero las chicas no están solas, y como corresponde a estos tiempos étnicamente correctos, también está Shudu, quien presume de ser la primera supermodelo digital del mundo, que saltó a la fama cuando la maquillaron con un labial de Fenty Beauty, la firma de maquillaje de Rihanna, y subieron la foto a Instagram. En este caso sí se conoce a su creador, un joven fotógrafo de moda británico llamado James Cameron-Wilson, que asegura que creó a la modelo como una obra de arte, inspirado en Barbie Princesa del Sur de África. “Pienso en ella como un maniquí. Es como tener una muñeca para vestir”.
La polémica de lo real vs. lo virtual

Si al ver las fotos de Miquela o Shudu te quedás un poco sorprendido (sobre todo en el caso de la segunda), no es para menos. Lo cierto es que este avatar es muy realista, y de hecho Cameron-Wilson tuvo que aclarar que nunca tuvo la intención de engañar a los seguidores de Instagram que reaccionaron mal cuando se enteraron. A su vez, muchos criticaron la aparición de Shudu, ya que dicen que les quitaba el trabajo a las mujeres de esta raza de carne y hueso. Quizás el desafío a futuro, tanto para los creadores como para los clientes que los contraten, sea superar el llamado “uncanny valley”, una teoría que postula que cuando las réplicas antropomórficas (sean robóticas o animadas) se acercan en exceso a la apariencia y comportamiento de un ser humano real causan una respuesta de rechazo entre los observadores humanos. “Obviamente, Shudu es tan perfecta que estoy un poco contenta de que no sea real”, revelaba una seguidora. Aunque tal vez lo más peligroso sea fomentar una idea de la perfección, con avatares o personas, que se vuelva irreproducible e inalcanzable.
Los chicos también

Tanto Miquela como Bermuda se muestran acompañadas por el misterioso Ronnie Blawko, quien siempre sale en las fotos de su perfil con la cara tapada. Aficionado al street style y al Fortnite, sólo cuenta con 131 mil seguidores. Pero denle tiempo.