EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
A 60 kilómetros de Belo Horizonte, escondida en medio de la mata Atlántica, esta gema de exquisitas belleza y curaduría artística acaba de cumplir su primera década.
La soñó un millonario brasileño que hace tiempo compró las 96 hectáreas en que se emplaza este Museo Abierto de Arte Contemporáneo. En realidad, comenzó siendo soñado como un parque donde convivieran las especies más variadas de todo el país, desde palmeras reales a orquídeas epifitas y narcisos ordenados por nada menos que Burle Marx. Al diseño de los descomunales jardines le siguió la construcción de cuatro bellísimas lagunas artificiales (la más hermosa es aquella a cuya orilla se encuentra la Galería True Rouge, que alberga una instalación monumental de Tunga).
A contramano de los especialistas, que desaconsejaban el emprendimiento de este espacio de arte fuera de los circuitos tradicionales, el empresario (y uno de los mayores coleccionistas del Brasil) Bernardo Paz comenzó a pergeñar un circuito que albergara a los artistas contemporáneos más emblemáticos desde la década de 1960. Y así emprendió la realización de 46 (sí, 46) pabellones de dimensiones casi irreales, con una arquitectura que va desde el racionalismo y el brutalismo al futurismo más excéntrico, para alojar estas obras.
El circuito tiene 46 pabellones de dimensiones casi irreales, con una arquitectura que va desde el racionalismo y el brutalismo al futurismo más excéntrico, para alojar obras de arte contemporáneo
Uno de los últimos pabellones, homenaje a los diez años cumplidos en 2016, aloja a los más importantes artistas surgidos en los últimos años. Entre el laberinto de jardines, que haría las delicias de Borges, destaca un estanque aterrazado cubierto de narcisos y pelotas plateadas que refulgen bajo el sol del trópico, obra de la magnífca Yayoi Kusama.
En cuanto a otros imperdibles (si te quedaras en la zona menos de dos días, tendrás que seleccionar qué ver), la Galería Psicoactiva de Tunga y la de Adriana Varejão llevan la delantera. La buena noticia es que pronto un hotel de lujo estará habilitado dentro del museo y eso facilitará la permanencia por un par de noches para disfrutar de este sitio único en el mundo.