Julieta Cardinali: diario de una it woman
Julieta Cardinali tuvo uno de los años más intensos de su carrera: dio vida a una malvada de telenovela en el exitoso culebrón de El Trece Los ricos no piden permiso, protagonizó junto a Fernán Mirás el unitario en clave sitcom Ultimátum por la TV Pública, y le puso el cuerpo a una madre desesperada por salvar a su hija en la película de terror Ataúd blanco, que se estrenó con éxito en más de 80 salas locales. También, en su faceta de it woman requerida por las mejores marcas y solicitada en los eventos más top de Buenos Aires, se convirtió en la primera embajadora argentina de L’Oréal Professionnel, bajo el sello de Inoa Blond Resist.
El secreto de su éxito, explica, no se construye de un día para el otro sino que es el resultado de duros años de estudio y hard work.
“Trabajé un montón y siento que valió la pena todo el esfuerzo que hice durante muchos años. Este último tiempo trabajé como loca, tuve 12 meses seguidos de grabación de tira diaria, y antes de eso grabé la serie Ultimátum y rodamos la película Ataúd blanco, todo seguido, sin un respiro. Fueron dos años de sembrar, y eso estuvo muy bueno”, cuenta sentada en una de las mesitas de afuera de Birkin, el café del momento, mientras toma una limonada con jengibre y cuenta los minutos para ir al gimnasio y llegar a buscar a su hija Charo, de diez años, a uno de sus últimos días de clase.
"Me puedo equivocar, pero sé lo que me gusta y me identifica. No hago publicidad ni me involucro con marcas que no me representan"
–Tuviste un año impecable a nivel laboral. ¿Cómo se construye una imagen
como la tuya?
–Me parece que tiene que ver con la madurez, con crecer y con saber elegir. Me puedo equivocar, pero sé lo que me gusta, las marcas que me identifican, no hago publicidad ni me involucro con marcas que no me interesan, prefiero sacrificar plata y no dignidad. Y en la actuación, yo trabajo desde muy chica, entonces fui aprendiendo a elegir.
–¿Qué te atrajo de tu personaje en la novela?
–Me atrajo la propuesta en general. Es la primera vez que hago un culebrón. Al principio tenía mucho miedo y pre juicios sobre el género, pero una vez que supe que hay que entenderlo para saber contarlo, me entusiasmó mucho que me ofrecieran ser la “mala”. Me parece que, como actriz, este papel está lleno de matices. ¡Me divierte mucho hacerlo porque las malas de culebrones son malas hasta el infinito!
–¿Cómo fue volver al ritmo de tira?
–Es muy exigente, pero al mismo tiempo hay algo de orden que te da el horario de la tira que a mí me gusta, que está bien, que lo puedo hacer. Me cuesta que sea prolongado en los meses, a diferencia del cine. Pero sabía en lo que me metí y lo estoy tomando con madurez; no me enojo por el exceso de trabajo, sino que mi energía la tengo concentrada y la voy sacando a cuentagotas.
–Tu rol de diseñadora sigue evolucionando. ¿Cómo describirías la nueva colección de Clara by Julieta Cardinali?
La colección de este verano se llama Summer Loving y está inspirada en Grease y en Olivia Newton-John. Hay muchos top off shoulder que usaba ella en la peli, tiene las camperas que dicen “Big Love” bordado. Como siempre, es una línea cápsula de treinta prendas donde siempre resaltan las piezas de cuero, que a mí me encantan. En este caso hicimos cuero metalizado, plateado, que es la novedad, la vedette de la colección. Hay mucho pantalón de cuero con top ajustado, todas las remeras tienen algo que ver con pink ladys o summer loving, con el tema musical. Siempre tenemos un hilo conductor en cada colección, que a veces puede tener que ver con una película, a veces con una época. Por ejemplo, ahora estamos preparando Punk Love.
–Te separaste hace unos meses, ¿cómo te llevás con la soltería?
–Estoy chocha, voy y vengo a donde quiero, nadie me rompe las bolas, nadie me llama doscientas veces, ¡nadie me jode! Estoy harta de todo eso. Al ser madre ya no tengo ningún apuro en conocer a nadie. Mis amigas que tienen mi edad y no fueron madres están más atentas a con-seguir un hombre para alcanzar la maternidad, en cambio yo estoy parada en un lugar espectacular en donde no tengo ningún apuro por nada, y ya no creo que quiera volver a convivir con nadie.
–Entonces, ¿de volver a noviar ni hablamos?
–Me encanta levantarme y que nadie me hable, no sé, soy bastante fóbica. Así como pasé por momentos en los que tuve una visión súper romántica de la pareja, ahora la sigo teniendo pero ya no la quiero para mí. Me encanta la par-te romántica, me encantan las parejas que se llevan espectacular, que se acompañan, que están mil años... pero hoy por hoy la pareja no es mi objeto de deseo, sino todo lo contrario.
–¿Qué es lo que más te atrae de las vacaciones?
–Me gustan mucho el ocio y las vacaciones. Trabajo desde que tengo trece años, entonces siempre pienso que me las merezco. Sé disfrutar. No me gusta irme de vacaciones a muchos lugares: no soy de las que se van a Europa y hacen dos días en cada ciudad. Me gusta quedarme un tiempo largo en los lugares, conocer las ciudades que visito. Si voy a París me quedo muchos días, o tal vez viajo solamente a Nueva York y no lo combino con nada; o de repente me gusta ir solamente a la playa. No me gustan las vacaciones que incluyen vuelos internos.
–¿Cuáles son tus destinos favoritos?
–Me gusta cuando me voy de vacaciones largas a un lugar con playa paradisíaca, pero también disfruto vacacionar en ciudades. Uno de mis lugares favoritos en el mundo es Río de Janeiro: me parece una ciudad muy canchera, me gustan sus playas, me gusta su gente, me gusta lo que se come, lo que se toma. Me atrae esa mezcla de megaciudad con playa espectacular... Y mi último destino favorito fue Berlín, una ciudad moderna en la que te sentís cómodo. Alquilé una bicicleta y así recorrí la ciudad. Cuando viajo me gusta mucho comer rico, conocer los lugares que me recomendaron. Soy una gran gozadora de los viajes.