Leonora Balcarce: El quinto elemento
Pasó por el cine, la televisión, el modelaje y la moda hasta llegar a este presente con el teatro como su mejor aliado.
Viene de un ensayo que la tiene motivada y sabe que en pocas horas estará de regreso en su casa para disfrutar el tiempo con su hijo Vinicius. En este momento de su vida, su familia encabeza la lista de prioridades. Dinner, la comedia negra que está por estrenar en el Paseo La Plaza, con dirección de Valeria Ambrosio, le cerró: “Por mis horarios, tenía un montón de ganas de hacer teatro. Y quería hacer una obra, de hecho pensaba en volver a juntarme con algunos amigos para armar algo off”, cuenta.
Comenzó a trabajar en la tira Montaña rusa, otra vuelta con 16 años. Entonces atendía un local de ropa y cuando los clientes la reconocían, ella negaba ser la chica de la tele. En 2001 fue parte del elenco de la película La ciénaga, de Lucrecia Martel; luego llegaron otras ficciones juveniles, novelas muy vistas y unitarios y miniseries, como Epitafios y Para vestir santos. Balcarce alternó entre televisión y cine, y después se reencontró con el teatro, que había estudiado con Julio Chávez. En el camino protagonizó campañas de moda (asegura que no se considera modelo, lo hizo como actriz) y lanzó una línea propia de remeras estampadas. “Te empezás a mover y las cosas de trabajo también vienen, con un poco de suerte, en el momento en el que tiene que ser”, dice.
–Decís que esta obra llegó en el momento justo y que por algo se dio. ¿Hoy tus prioridades cambiaron?
–Sí, ahora tengo menos ganas de irme de mi casa. Pero a la vez está bueno laburar, y no sólo está bueno: ¡hay que trabajar! El otro proyecto que daba vueltas era más demandante en tiempo, inconscientemente no salió. No soy muy mística, pero a veces lo que esperás, lo que querés, influye. Con un hijo tan chiquito está bueno poder aprovechar, porque todos me dicen que crecen muy rápido.
–¿Tenés ganas de volcarte a más proyectos?
–Ahora haré la obra y veré cómo sigue, seguramente el año que viene estaré más metida. Está bueno moverse y generar cosas, porque el de los actores es un trabajo muy inestable. Esperar a que te llamen es muy frustrante. He gestionado algunos proyectos, cosas con amigos, y es muy difícil. A veces se puede hacer y otras no, tenés que depender. Cuando hice la marca de remeras quería generar mi propio trabajo. Estuvo buenísimo pero después no se pudo sostener, había que invertir mucho dinero.
“Cuando era chica y me reconocían por la calle, me daba una fobia tremenda. Me preguntaban si era yo y decía que no, me tapaba, contestaba re-mal. Me daba terror. Era como un animalito, lo más antipático del mundo. No me gustaba, me daba vergüenza.”
–Fuiste armando tu profesión por etapas, ¿lograste llegar a donde aspirabas?
–Nunca tuve un deseo concreto de decir “quiero hacer esto”. La verdad es que no soy muy ambiciosa, siempre las cosas van saliendo y las voy transitando. Sí me da satisfacción cuando alguien me hace un buen comentario de un trabajo.
–¿En qué cosas de lo que hacés encontrás disfrute?
–En algunos proyectos te cierra todo y en otros no tanto, es difícil estar convencido en un cien por ciento; por ahí está buenísimo artísticamente y no reditúa en lo económico, o al revés. Me voy acomodando según el momento.
–Más allá de trabajo, el mundo de la actuación te dio amigos. ¿Son especiales esas relaciones en las que compartís todo?
–Las amigas que tengo son de hace un montón de años, casi veinte. En general te rodeás de gente que hace lo mismo que vos, con la que compartís un idioma. Eso está buenísimo. Si además tenés la oportunidad de trabajar con amigos, es lo mejor que te puede pasar.
"Primero te preguntan si convivís, después si te vas a casar, después cuándo vas a ser madre... Siempre hay algo."
–Tuviste mucha exposición desde chica, pero tenés un perfil bajo. ¿Cómo llevás el hecho de ser conocida?
–Tiene que ver con mi personalidad. Si hago un trabajo, salgo a contarlo, pero tampoco tengo una vida demasiado interesante para estar contando en las revistas. Por ahí soy un plomo, pero hablo de lo que hago, qué sé yo. Cuando era chica y me reconocían por la calle, me daba una fobia tremenda. Me preguntaban si era yo y decía que no, me tapaba, contestaba re-mal. Me daba terror. Era como un animalito, lo más antipático del mundo. No me gustaba, me daba vergüenza.
–¿Cómo hiciste para superar esa fobia?
–Cuando sos más grande te das cuenta de que en general son comentarios que tienen que ver con el trabajo que hiciste y está bueno que te digan algo. Y hay que tirar buena onda.
–¿Te inquieta el paso del tiempo?
–No, en este momento no me inquieta eso, estoy bien con el tema. Es una realidad que no se puede cambiar. El paso del tiempo y la muerte son parte de la vida, así que lo mejor es vivir el presente.
–Hace unos años te preguntaban cuándo ibas a tener un hijo y hablabas de los mandatos sociales, lo que el entorno exige. ¿Y ahora?
–¡Ya empezaron a preguntar por el segundo! Primero te preguntan si convivís, después si te vas a casar, después cuándo vas a ser madre... Siempre hay algo. Es como si hubiera que ser de determinada manera. Las otras preguntas, según el momento de mi vida, me molestaban. Y lo de tener un hijo me molestaba porque es una pregunta re-íntima como para que te la hagan al pasar en una ocasión social. Quizás venís de tener una situación de mierda con el tema de tener un hijo, o decidiste no tener, o no sabés. Es algo privado, no es comprarte un iPhone. Se supone que tenés que ser de determinada manera. O te preguntan si le das la teta o no, todo es juzgable. Cada uno vive sus cosas, pero a la gente le encanta hablar, meterse. Y uno también lo hace a veces y te das cuenta de que no hay que hacerlo.
–Vos, actriz; Cruz Pereyra Lucena, tu pareja, dedicado a la producción musical. ¿Tienen también una conexión creativa?
–A veces él me consulta algunas cosas y le doy mi opinión, o tal vez alguna sugerencia. Al revés no sucede mucho.
–Hoy, ¿cuál es tu plan perfecto?
–Quedarme en casa, ver una película o alguna serie y comer chocolates.
Styling: Gimena Bugallo
Pelo: Rocío Marrodan para JC Agency con productos Alfaparf
Make up: Juliana Giraldo para JC Agency con productos Maybelline
Agradecimientos: Clara, Vero Alfie, JT Not To Be Understood, Carmen Steffens, Bartolomé Joyas, Compañía de Sombreros, Ginebra, Las Pepas Selection by Patio Bullrich