Marou Rivero: Chica lunar
Tiene más de 68 mil seguidores en Instagram y es toda una referencia influencer. Con padres dedicados a la moda, se fascinó por ese universo, estudió Sociología y no paró hasta convertirse ella misma en una marca registrada.
Dejamos un rato de lado las típicas preguntas relativas a su hermana actriz o al famoso tatuaje en honor a Yayoi Kusama que comparte con su familia. Optemos, mejor, por conectarnos con ella como personaje principal y único, y saber de dónde viene y a dónde va Marou. “Siempre digo que soy catacordoporteña: viví en Catamarca hasta que cumplí siete, después mis viejos se fueron a Córdoba y ahora, hace tiempo, vivo en Buenos Aires.”
"Hay dos tendencias que estoy esperando ansiosa: la dark y la romantic, de la época victoriana, y el Renacimiento, con siluetas lánguidas y oscuras. "
–¿Cómo perfilaste tu camino?
–Cuando empecé a trabajar en esto, las marcas no mostraban el behind the scenes, los shootings, el back de los desfiles, las fábricas… la inspiración era lo último que se le contaba a las clientas. Siempre me jacté de que quería mostrar todo eso y, mientras estaba en la facultad, comenzamos con un proyecto familiar, un programa de televisión en Córdoba. Cuando mi hermana la pegó acá, pasamos a papel porque nos quedamos sin conductora y ahí empecé a escribir.
–¿Qué tenía Marou de diferente a las demás chicas que también escribían un blog?
–Dos condiciones me acompañaron: por un lado, mi hermana estaba actuando y, gracias a eso, yo tenía acceso a eventos y marcas; y por el otro, siempre ponía el ojo en donde nadie lo hacía, al menos en ese momento. Me acuerdo de que una vez fui al lanzamiento de una novela y me encantó un vestido que tenía puesto Agustina Cherri, le pregunté de dónde era su outfit y lo conté en Twitter. En ese momento las actrices no contaban lo que tenían puesto, salvo para la gala de una revista. Creo que fue la curiosidad y hacer todo siempre con mucho respeto.
–¿Cómo ves la relación de las marcas de moda con las redes?
–Después de mucho tiempo, las marcas entendieron que las redes son espacios en donde pueden soltarse e ir un poco más lejos. La regla número uno de las redes es que la gente es curiosa; cuanta más interacción quieras generar, más privacidad tenés que mostrar. De hecho, suben cosas que ni siquiera son de moda: playlists de Spotify, platos de comida, salidas, recitales o muestras. Cuando vos elegís una marca no estás eligiendo sólo la ropa, sino todo un universo.
–¿Te gusta que te describan como bloggera o influencer?
–Hace un mes que no actualizo mi blog, así que, como bloggera, te diría que estoy fallando fuerte (risas). Con respecto a influencer, la primeva vez que me hicieron una nota como tal me reí porque me pareció un peso pesado cargar con eso, pero después te das cuenta de que la gente quiere saber qué opinas, es importante, como cuando yo busco la opinión de los que son referentes para mí. Yo no etiqueto a las personas, pero si vos me preguntás a mí qué soy; soy una observadora participante, me gusta ver qué está pasando, contarlo y potenciarlo.