Mikhail Baryshnikov: like a rolling stone
Se dice que es el intérprete más completo que se pueda ver hoy sobre un escenario, la mayor estrella de la danza y uno de los hombres más atractivos del planeta. Su visita para presentar el espectáculo The Old Woman, junto al actor Willem Dafoe, es una nueva oportunidad para conocer a este artista de 66 años que descree su propio mito y sueña con seguir creciendo.
El hombre nació en 1948 en Letonia, parte del territorio del Imperio ruso y miembro de la ex Unión Soviética. Se sabe que fue su madre quien le inspiró el amor por la danza y se sabe también que cuando ella se suicidó, él ya había ingresado en la Ópera de Riga. Tenía 12 años. Su carrera avanzó rápidamente, y durante una gira por Canadá pidió asilo político en Toronto. En los ochenta se nacionalizó estadounidense y dirigió el American Ballet Theatre.
Fue también la década en la que tuvo a su primera hija, Alexandra, fruto de su relación con la actriz Jessica Lange. Como actor, participó en las películas Turning Point, por la que fue nominado al Oscar; White Nights, junto a Isabella Rossellini, quien fue su pareja, y Dancers. Pero el gran público recuerda especialmente su participación en la última temporada de Sex and the City, con el seductorpersonaje de Aleksandr Petrovsky. Actualmente está al frente del Baryshnikov Arts Center y está casado con la ex bailarina Lisa Rinehart, con quien tuvo a sus hijos Peter, Anna y Sofia. A los 66 años se encuentra una vez más en medio de una gira internacional, presentando, con excelentes críticas, el espectáculo The Old Woman.
–¿Qué busca en un nuevo proyecto?
–Un director fascinante, compañeros talentosos y, obviamente, un tema interesante.
–¿Fue un plus que se trate de un texto con humor?
–The Old Woman no es exactamente un texto cómico, es una comedia absurda, pero por supuesto el director Bob Wilson le dio su propia visión y la obra tiene mucha comedia. Yo estaba fascinado por la idea de interpretar múltiples personajes y usar cada uno de los elementos del teatro: en un momento es un vodevil, al siguiente hago un actor de cine mudo, luego canto, luego recito parte del texto de tres historias cortas inconexas, uso diferentes idiomas… creo que es un desafío para mí y también para el espectador (...)