Fernando Gago: la consagración

Antes de partir a Brasil para jugar su primer Mundial con la Selección mayor, el volante de Boca habla de todo: su historia, su familia, sus compañeros y el sueño dorado de la Copa.

 

 

Antes de partir a Brasil para jugar su primer Mundial con la Selección mayor, el volante de Boca habla de todo: su historia, su familia, sus compañeros y el sueño dorado de la Copa.

 

 

–¿Vos querés jugar en novena o en la primera?

 

 

–En primera –respondió entre sollozos el chiquito de las inferiores de Boca que había ido a pedir el pase cansado de que lo mandaran al banco por su contextura minúscula.

 

 

–Entonces, esperá. ¿Qué apuro tenés? Vos vas a jugar en primera, quédate tranquilo.

 

 

Sobre la calle Marcos Sastre, en el barrio de Villa del Parque, la fachada tapiada de un viejo edificio da testimonio de cómo han cambiado los tiempos. El Club Social y Deportivo Parque –los futboleros lo saben– fue la cuna dorada de los cracks que nutrió no sólo a grandes equipos, sino también a la Selección argentina en sus diferentes etapas. Riquelme, Tevez y el mismísimo Diego Maradona salieron de esa cantera.

 

 

El secreto de aquel club de barrio era Ramón Maddoni, mentor deportivo y humano de los chicos y quien refirió la anécdota del inicio de la nota con un jovencísimo Fernando Gago. “Tuve que hacerle entender que era necesario seguir luchando y ser paciente”, explicó entonces. No se equivocaba: a los 18 llegó a la primera de Boca. Un año después el mediocampista consiguió la titularidad del club de la mitad más uno y fue convocado para la Selección. De ahí a Europa, un pique corto.

 

 

Ahora, enfundado en impecable traje Hugo Boss, con peinado ad hoc y una enigmática letra H del alfabeto chino en el cuello, el jugador de 28 años que está a punto de volar a Brasil para jugar su primer Mundial con la Selección mayor se presenta como flamante embajador de Boss Black Parfums.

 

 

“Hoy por hoy, si cuido mi imagen, lo hago por mí, por mi carrera y también por mi mujer y por mi familia.”

 

 

–Los futbolistas que alcanzan el éxito se convierten en referentes para muchísimos jóvenes. ¿Cómo se siente habiendo llegado a ese lugar?

 

 

–La verdad es que debe de ser lo más lindo, lo que yo más valoro de mi profesión. Es muy gratificante que un chico venga a pedirme una foto y que me tenga como ídolo del mismo modo que yo tuve en su momento a otros jugadores. Es lo más lindo que te deja la profesión; tener la oportunidad de darle un consejo a un pibe que también juega al fútbol y poder decirle que se divierta. Esas cosas son las que más me llenan en lo personal.

 

 

–¿Eso le hace sentir una responsabilidad adicional respecto de su imagen o de las cosas que dice?

 

 

–Yo me muestro como soy, no tengo por qué cambiar mi forma de ser. Yo siempre fui de esta manera: me crié en un barrio, como la mayoría de los jugadores del fútbol argentino, y me fue muy bien en lo deportivo. Estoy haciendo una carrera con la que creo que el día de mañana voy a estar muy contento, pero tengo los mismos amigos y sigo moviéndome por los lugares donde siempre me manejé.

 

 

–¿Qué cosas le gusta hacer cuando no juega?

 

 

–Últimamente disfruto mucho a mi hijo, y de estar con mi familia en mi casa (N. de la R.: Está casado con la ex tenista Gisela Dulko, con quien tuvo a Mateo, de un año). Estoy tratando de disfrutar esta etapa nueva en mi vida, es muy lindo realmente, es lo más lindo… Me cambió la vida hace un año y hoy eso es mi única prioridad en todo.

 

 

–Ya lo vimos con la camiseta de Boca y muy seguido en la cancha.

 

 

–Y sí, es hincha de Boca como yo fui de chiquito también, pero ahora estamos disfrutando de verlo crecer. A la cancha va siempre; de local, va siempre.

 

 

–¿Cuáles son las ventajas de convivir con alguien que también es deportista?

 

 

–Es fácil porque ella conoce la profesión, sabe cómo es la vida que llevamos los jugadores de fútbol y eso facilita mucho. No sé… las concentraciones, los tiempos, los descansos, la alimentación, son cosas que ella también vivió en su época de deportista.

 

 

“Creo que la mayoría de los que hoy estamos en la Selección tenemos historias parecidas: no es que nos faltó, pero nunca nos sobró nada de chicos. Por suerte esas cosas hoy por hoy se valoran y entonces se ven los logros que se consiguieron y eso es lo importante.”

 

 

–¿Son muy competitivos en casa?

 

 

–De vez en cuando sí, siempre hay una competencia.

 

 

–¿Juegan al ping-pong?

 

 

–Ping-pong, pool…

 

 

–Al ping-pong gana ella.

 

 

–No, al ping pong gano yo. Al tenis me gana, al ping pong no; tengo varias concentraciones encima.

 

 

–También ha sido un ganador con las mujeres…

 

 

–Nunca me lo puse a pensar. Hace cinco años que estoy en pareja y por ahí en otro momento de mi vida sí estaba más atento a esas cosas pero hoy por hoy, si cuido mi imagen, por ejemplo, lo hago por mí, por mi carrera y también por mi mujer y por mi familia.

 

 

–¿En qué medida le preocupa el paso del tiempo?

 

 

–No me preocupa. Siempre trato de vivir el presente, no pienso tanto en el futuro, sino que disfruto del hoy. Alguna vez me ha pasado de pensar más de lo que tenía que pensar y creo que me equivoqué, entonces ahora vivo el presente y trato de disfrutar eso.

 

 

–¿Le quedan sueños por cumplir?

 

 

–Sí, muchos; en lo deportivo y en lo personal. Hay muchas cosas que en lo deportivo es fácil pensar como un objetivo: el Mundial por supuesto es un título importante, pero son cosas que se van dando solas, hoy no me planteo pensar que dentro de un mes puedo estar diciendo que gané un mundial. Ojalá sea así, pero es muy difícil, es una competición en la que hay muchos equipos que quieren ganar. De todos modos, los deseos siempre están.

 

 

–¿Se vive con mucha ansiedad la previa?

 

 

–No, lógicamente hay una motivación linda por poder estar en una competición del mundo pero hasta que no lleguen los plazos, son etapas que no se pueden quemar. No me conviene hoy pensar en lo que va a pasar, sino tratar de llegar lo mejor posible en lo deportivo, en lo físico y en lo mental para un acontecimiento tan importante.

 

 

–Tiene muy buena relación con Leo Messi.

 

 

–Sí, a Leo lo conozco desde los 17 años, es un chico muy normal, muy humilde, compartimos muchas selecciones. Por ahí lo que genera él a nivel mundial es de una magnitud increíble, pero para nosotros es un amigo más. Tomamos mate en la concentración y podemos charlar como con cualquier amigo, pero es el mejor jugador del mundo.

 

 

–Esta selección parece conformada mayormente por esa camada de jugadores, a la que usted también pertenece, con perfil bajo y un estilo poco ostentoso que el público agradece.

 

 

–Eso tiene que ver con cómo nos criamos, creo que la mayoría de los que hoy estamos en la Selección tenemos historias parecidas: no es que nos faltó, pero nunca nos sobró nada de chicos, por suerte esas cosas hoy por hoy se valoran y entonces se ven los logros que se consiguieron y eso es lo importante. También es un lujo tener un grupo de amigos y que todos pensemos de la misma manera más allá de lo futbolístico, que es un deporte, es un juego… Tener la conversación casi semanal de hablarnos y preguntarnos cómo estamos y cómo está la familia o juntarnos a comer, yo lo valoro mucho.

 

 

–¿Qué valores aprendió del fútbol?

 

 

–Muchos. La educación, el respeto, saber escuchar, escuchar a los entrenadores. Te va dejando muchas cosas en general pero yo, además, prácticamente me crié en una cancha de fútbol, desde los cuatro años que juego a la pelota y esas son cosas que te marcan.

 

 

Fernando Gago es el embajador de Boss Black Parfums para la campaña Success Beyond The Game. Los otros dos embajadores de la región son nada menos que el capitán del equipo nacional brasileño, Thiago Silva, y el delantero mexicano, ganador de la Liga de Campeones de la Concacaf, Aldo de Nigris. El último lanzamiento de esta línea fue su nueva y exclusiva fragancia para el Mundial, Boss Bottled Unlimited, de edición limitada.

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