Agustina Córdova, la chica de tus sueños
La novia de Chucho Acasuso es actriz, fue modelo y estudia budismo tibetano. La fama, asegura, la tiene sin cuidado y sólo sueña con sentarse junto a su chico a mirar el mar.
No creo en los encasillamientos, menos ahora que los artistas son multifacéticos”, dispara Agustina Córdova.
–Pero podríamos decir que usted es una actriz que ha ce las veces de modelo.
–Nunca quise ser modelo, porque toda mi infancia me la pasé actuando en el jardín, después en el colegio y por último con mi papá, que estudiaba cine. El modelaje fue algo que me sirvió sólo para anclar en Buenos Ai res. Me siento una actr iz que también trabaja de modelo.
–¿Su padre se hacía el director con usted?
–Tuve familiarmente dos caminos muy marcados. El de mi madre, que es muy espiritual, y el de mi padre, que estudiaba Fotografía y Cine. Es más, mi primera foto me la sacó él y la primera vez que actué fue en un corto suyo. A ellos les debo todo lo que soy ahora. Mi papá me leía a Borges en vez de cuentos y mi madre me hacía meditar.
–Imagino una infancia muy tranquila, aunque a sus 16 vivía en Buenos Aires.
–Un cambio gigante. El primer año odié todo, pero me fui acostumbrando tanto que hoy no podría volver a vivir en Mendoza. Con el tiempo Buenos Aires te va conquistando, sobre todo con su variedad cultural. Pero ta mpoco me gusta vivir en el asfalto siempre, cada tanto necesito viajar.
–¿Es cierto que siendo modelo no le gustaba el mundo de la moda?
–Estuve muy peleada con la moda. Pero me terminé amigando cuando entendí que es una industria en la que hay miles de personas talentosas trabajando y haciendo de eso sus vidas (...)