Agustina Casanova: ¿quién es esa chica?

En pocos años forjó una carrera en la TV gracias a su participación en los noticieros de Telefé. También es modelo, actriz y conductora. Radiografía de una periodista en ascenso.

Es una de las caras más bonitas de la TV. Y en pocos años se posicionó como una de las jóvenes promesas con mayor capacidad de crecimiento. Tras estudiar periodismo en TEA y completar una licenciatura en la Universidad del Salvador, debutó en la pantalla chica como presentadora de noticias internacionales del mundo del espectáculo en la señal Magazine. Después se encargó de los rankings del Canal de la Música y realizó cobertura locales para E! Otro importante paso en su carrera fue su participación en Nico trasnochado, primero en la producción ejecutiva y luego delante de cámaras. Esa primera experiencia en un canal abierto llamó la atención de los directivos de Telefé, que la convocaron en 2011 como columnista de espectáculos para el noticiero de los mediodías. Hoy, a los 27 años, también participa en el ciclo mañanero del canal de San Cristóbal Baires directo, donde, periódicamente, es invitada a desempeñarse como coconductora. “En el periodismo es fundamental formarse y estudiar todos los días. Cada mañana me levanto sabiendo que voy a aprender algo distinto, algo que me haga crecer en mi profesión. Yo no compito con nadie, sólo conmigo misma. Mi objetivo es hacer hoy algo mucho mejor de lo que hice ayer”, reseña Agustina, también modelo y actriz, que se acaba de casar con el empresario Lautaro Mauro, amigo de Marcelo Tinelli y Daniel Scioli.

 

 

–Usted dice no competir con nadie. Pero en televisión la competencia existe, ¿no? ¿La padece?

 

–Existe, pero yo no la sufro. Soy profesional, voy a trabajar y no me la paso mirando a las demás. No me parece sano. Tampoco llevo y traigo, me recluyo en mi mundo.

 

–¿Siente más la competencia de parte de los hombres o de las mujeres?

 

–No, no, de las mujeres. Yo he trabajado en un programa de fútbol (en TyC Sports), donde todos eran hombres, y me llevé muy bien con cada uno. En la facultad mis compañeros eran prácticamente solo hombres, y me sentía genial con ellos, en el colegio lo mismo. Las chicas, en cambio, son… complicadas. Una a veces encuentra en ciertos lugares chicas copadas y te podés convertir en amiga. Pero no es lo más usual.

 

–Entre mujeres de la televisión, ¿prima la envidia?

 

–La envidia, las comparaciones, el decir “por qué ella crece y yo no” o “qué habrá hecho para llegar hasta ahí”. En fin, los típicos prejuicios.

 

–¿Se sintió alguna vez en la obligación de dar alguna explicación?

 

–Jamás tuve que dar explicaciones. Yo soy humilde y de bajo perfil. Todos saben que soy buena mina y que no me meto en nada raro. Como te dije, no llevo ni traigo y detesto los chismes de pasillo.

 

–¿Ser también modelo la ayudó a forjarse como periodista o le generó problemas?

 

–Ni una cosa ni la otra. Son cosas completamente distintas que caminan por lados diferentes. Igual, no me considero una modelo. De vez en cuando hago fotos o participo de eventos para hacer simplemente actos de presencia o para promocionar, por ejemplo, un producto para el pelo. Eso me parece genial. Porque no se transmite sólo a través de la palabra sino también con una foto o de la forma en que estás vestida. Me gusta transmitir desde ese lado también. Yo tengo un sentido de la estética, me gusta la moda, ese costado también me copa. Pero no los uno. Hoy elijo el periodismo, sé que mi carrera va por ese lado. Pero si me llaman para hacer unas fotos, bueno, es algo más que suma.

 

–Pero convengamos que las otras periodistas o presentadoras que realizan publicidades no se exponen físicamente demasiado. Usted, al contrario, acaba de protagonizar una campaña para una marca de ropa interior. ¿Ha escuchado al respecto algún comentario suspicaz de alguna colega?

 

–No, aunque no me cabe la menor duda de que deben existir los comentarios. Pero prefiero no escucharlos. Esto no creo que me reste seriedad a la hora de, por ejemplo, informar que mataron a una persona en Quilmes. De todos modos, medité mucho antes de hacerla y lo hablé con mi representante y con Marcela Koury, la dueña de la marca. Fue algo muy cuidado, no estoy desnuda y no fue hecho para impactar.

 

–¿Cómo se suma a su labor principal de periodista con la actuación?

 

–Lo de la actuación surgió justo cuando terminé el colegio. Estudié tres años con Reina Reech e incluso hice teatro. Trabajé en un infantil en Córdoba, durante las vacaciones de invierno. Fue una etapa muy buena, pero después me di cuenta de que mi carrera iba por otro lado. Si hoy me invitan a hacer una participación en, por ejemplo, Vecinos en guerra, la hago, pero prefiero que la gente me conozca tal cual soy yo, no a través de un personaje.

 

–Para ser una periodista de televisión se requiere cierto histrionismo, ¿no? Por eso varias periodistas pasaron por la actuación, tales los casos de Mónica Cahen D´Anvers y Pinky.

 

–Y, sin ir tan lejos, María Cristina Pérez. Quién iba a pensar que podría también dedicarse a eso con el perfil que ella tenía. Sin embargo, es una gran actriz. Y no por eso uno pone en duda su capacidad de periodista. Me parece fantástico que pueda combinar ambas facetas.

 

–¿Y usted cree que en algún momento va a poder combinar todas sus facetas?

 

–Yo creo que de alguna manera ya lo logro en la conducción (no tanto en el periodismo) porque ahí se me pone en juego todo: la imagen, la parte histriónica y el contenido.

 

–¿Cuál es el acontecimiento periodístico que más le impactó cubrir?

 

–En general son los internacionales, porque viajás y estar afuera te abre muchísimo la cabeza, ya que estás en contacto con otras formas de trabajo, te rodeás con otro tipo de gente y debés lidiar con otros idiomas. En ese sentido, entrevistar a una estrella de Hollywood no es lo mismo (sin desmerecer a nadie) que a un actor local. El desafío es mayor, obvio. Desde que empecé mi carrera llevo un libro donde a cada nueva experiencia periodística le dedico un capítulo. Y sin
duda el más importante hasta ahora es el de mi viaje a Holanda para cubrir la boda de Máxima. Fue una experiencia que disfruté y aproveché tanto en lo profesional como en lo personal. Y aunque hoy no lo dimensione del todo, sé que en un futuro, cuando lo relea, voy a pensar: fue un hecho histórico y yo estuve ahí.

 

–A propósito de bodas, usted se casó hace unas semanas. ¿Qué la decidió a dar el sí?

 

–Es que Lautaro hizo todo para conquistarme. Como nos llevamos trece años, al principio tuve mis dudas y se la hice muy difícil. Pero finalmente lo logró. Me conmovió con su perseverancia y los pequeños gestos. Poco a poco se fue convirtiendo para mí en un príncipe azul. ¿Y qué chica no quiere un príncipe azul?

 

“Mi cobertura periodística más importante fuE la boda de máxima en holanda. Fue un hecho histórico y yo estuve ahí.”

 

“En la TV es mayor la competencia et re las mujeres . Pero yo no la sufro, me recluyo en mi mundo.”

Producción: Ash Mateu

Asistente de producción: Paula Basso

Maquillaje: Laura Gigena para Perkes Gandini Studio

Peinado: Gabo Escobar para Juan Olivera

Agradecimiento vestuario: Etiqueta Negra, Ricky Sarkany, Los Vados.

 

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